Este domingo tenemos una nueva oportunidad de acabar con este maleficio, en el encuentro que jugará la Real ante el Levante a partir de las cuatro de la tarde en el Ciudad de Valencia. A priori, es una buena oportunidad para romper con la racha de más de ocho meses sin ganar fuera de San Sebastián.
El Levante disputó este jueves su primer partido en la fase de grupos de la Europa League con lo que se supone que puede acusar el cansancio físico y emocional de su primer envite internacional. Además, los levantinistas han iniciado de una manera discreta la liga. Tan sólo han sumado cuatro puntos en las primeras cuatro jornadas y ocupan el puesto 14 en la clasificación. No obstante, este Levante se ha ganado por merecimiento propio un respeto en la Liga BBVA. Hace pocos años parecía desahuciado económica y deportivamente, sin embargo, desde hace tres temporadas, está sorprendiendo a propios y a extraños.
Ascendió junto a la Real en 2010 y en su regreso a Primera tuvo una primera temporada muy meritoria. El año pasado dio un ejemplo al mundo del fútbol coqueteando desde el principio en la zona noble de la liga, lo que le dio como resultado final un envidiable sexto puesto y la clasificación para la UEFA por primera vez en su historia.
Cuando pienso en el equipo levantino, se me vienen a la cabeza a todos los que constantemente nos hablan de paciencia a la hora de analizar la exigencia de resultados en la Real. Sin embargo, miramos al Levante y vemos que un equipo que también ascendió a Primera en 2010, ha conseguido en dos años clasificarse para Europa. La directiva de la Real tiene derecho a marcar sus propios tiempos, pero de todo corazón creo que esta institución continúa avanzando a paso de tortuga, cuando en realidad tenemos un Ferrari para aspirar a cotas mayores.
Dejando de lado esta comparación, el Levante es un equipo de muy malos recuerdos para la Real. La temporada pasada fue junto al Real Madrid y el At. Bllbao, el único equipo que fue capaz de derrotarnos en los dos partidos de liga, llegando a marcarnos 6 goles, 3 en Valencia y 3 en Donosti.
Si repasamos los datos históricos, nos echamos las manos a la cabeza. 4 veces hemos jugado en Primera en el Ciudad de Valencia y 4 derrotas de la Real, aunque 3 de ellas hayan sido por la mínima (la última vez con el incomprensible 3-2 de la temporada pasada, en un encuentro que la Real parecía tener controlado).
Otro dato para la preocupación es que el Levante es un equipo experto en defenderse en el “cuerpo a cuerpo”. Cuenta con jugadores curtidos en mil batallas como Ballesteros o Juanfran que son capaces de “ensuciar” el partido con mil triquiñuelas para favorecer los intereses de su equipo. Si a esto unimos la habitual imagen inmadura de los nuestros fuera de Anoeta, la combinación puede ser letal para la Real. No obstante, no desesperemos. Esta Real objetivamente hablando dispone de jugadores de mucha mayor calidad que la del Levante y si se ponen a jugar a fútbol, están perfectamente capacitados para ganar en el Ciudad de Valencia.
En enero de 2009, todavía en Segunda, la Real venció allí por un claro 0-2 con dos goles de Agirretxe. Quedémonos con ese dato, sin olvidarnos de la recuperación de los lesionados y el hambre de éxitos que nuestra joven plantilla debería tener. Una victoria nos permitiría afrontar el esperado derby contra el Athletic en una situación privilegiada en la clasificación. Han sido muchas frustraciones consecutivas lejos de Anoeta, pero nunca perderemos la fe en que llegue el día en que la Real nos dé una alegría a domicilio. ¿Tal vez llegue ese momento este domingo? Ojalá que sí.
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