Desde su regreso a Primera División allá por 2010, la Real Sociedad ha encontrado la paz en su hogar.
Así como fuera de casa, nuestro equipo peca de una mezcla de ingenuidad e indolencia que unida a la incompetencia de Montanier, le convierten en una perita endulce para la mayoría de los equipos locales, en Anoeta, nuestra Real se transforma.
Y este fin de semana, afortunadamente jugaremos en casa, recibiendo el domingo a partir de las 19:50 al Zaragoza de Manolo Jiménez. Los números no engañan. Los últimos 11 partidos oficiales de liga que ha jugado la Real en Anoeta se han saldado con 8 victorias (ante Sporting, Sevilla, Mallorca, Zaragoza, Rayo, Racing, Valencia y Celta), 2 empates (ante Betis y Villarreal) y una única derrota frente al Levante.
En nuestro estadio, el miedo se convierte en valentía, las dudas en seguridad, el infantilismo en picardía, y la bisoñez en fortaleza. Si podemos destacar un aspecto positivo en esta etapa bastante triste de la historia de la Real, es que nuestros rivales acuden con mucho respeto a San Sebastián, porque conocen que nuestro equipo es un valor en alza cuando juega con el aliento de sus aficionados.
El partido ante el Zaragoza es aquel de los que puede ayudar a marcar tendencia. Sólo han transcurrido 3 jornadas de liga, y donostiarras y maños estamos igualados con 3 puntos, en la zona media-baja de la tabla. Un resultado positivo te puede llevar a la zona noble y una derrota al infierno. Todavía no existen excesivas distancias clasificatorias y este primer tramo de liga, sirve para definir cuáles serán los objetivos de cada equipo, a salvo de futuras remontadas o hundimientos.
Confío en que la Real obtenga un buen resultado este domingo. El Zaragoza al igual que la Real es un histórico venido a menos, aunque en el caso de los maños su declive es más notorio y a diferencia de los realistas, no tienen una hornada de jóvenes jugadores de la cantera, que les permita ver el futuro con ilusión. El Zaragoza se mueve por impulsos para sobrevivir. Desde 2002, ha vivido dos descensos, escándalos institucionales, y dos milagrosas permanencias logradas en las dos últimas temporadas.
Lejos queda la época gloriosa de uno de los clásicos, que se ganó un hueco en el “top ten” de la historia de la liga. De todos modos, a pesar de haber caído en una inercia perdedora, este Zaragoza en el siglo XXI, fue capaz de ganar dos Copas del Rey, encontrando en esa competición una válvula de escape para sus miserias (¿por qué la Real no lo ha logrado?).
A pesar de que el Zaragoza ha ganado su único encuentro a domicilio que ha disputado en esta liga (1-2 ante el Espanyol), sigue siendo un equipo bastante blando que necesita de la inspiración de su portero Roberto para poder ir sacando puntos de donde pueda. En cuanto al historial más cercano, las dos veces que Real Sociedad y Zaragoza se han visto las caras en Anoeta tras nuestro retorno a la élite, los txuri urdin ganaron. 2-1 con un gol agónico de Aranburu y el plácido 3-0 del año pasado.
No debemos fallar. El equipo zaragocista está llamado a luchar por la permanencia y jugamos en casa. Los tres puntos son necesarios para que no empecemos a jugar con fuego. La pésima imagen ofrecida en Mallorca supuso un jarro de agua fría, pero todavía tenemos 35 partidos por delante para diseñar esa temporada de ilusión que tanto anhelamos. Mientras no cometamos errores en casa, la gloria no estará demasiada lejana y a ese clavo nos tendremos que agarrar.
Así como fuera de casa, nuestro equipo peca de una mezcla de ingenuidad e indolencia que unida a la incompetencia de Montanier, le convierten en una perita endulce para la mayoría de los equipos locales, en Anoeta, nuestra Real se transforma.
Y este fin de semana, afortunadamente jugaremos en casa, recibiendo el domingo a partir de las 19:50 al Zaragoza de Manolo Jiménez. Los números no engañan. Los últimos 11 partidos oficiales de liga que ha jugado la Real en Anoeta se han saldado con 8 victorias (ante Sporting, Sevilla, Mallorca, Zaragoza, Rayo, Racing, Valencia y Celta), 2 empates (ante Betis y Villarreal) y una única derrota frente al Levante.
En nuestro estadio, el miedo se convierte en valentía, las dudas en seguridad, el infantilismo en picardía, y la bisoñez en fortaleza. Si podemos destacar un aspecto positivo en esta etapa bastante triste de la historia de la Real, es que nuestros rivales acuden con mucho respeto a San Sebastián, porque conocen que nuestro equipo es un valor en alza cuando juega con el aliento de sus aficionados.
El partido ante el Zaragoza es aquel de los que puede ayudar a marcar tendencia. Sólo han transcurrido 3 jornadas de liga, y donostiarras y maños estamos igualados con 3 puntos, en la zona media-baja de la tabla. Un resultado positivo te puede llevar a la zona noble y una derrota al infierno. Todavía no existen excesivas distancias clasificatorias y este primer tramo de liga, sirve para definir cuáles serán los objetivos de cada equipo, a salvo de futuras remontadas o hundimientos.
Confío en que la Real obtenga un buen resultado este domingo. El Zaragoza al igual que la Real es un histórico venido a menos, aunque en el caso de los maños su declive es más notorio y a diferencia de los realistas, no tienen una hornada de jóvenes jugadores de la cantera, que les permita ver el futuro con ilusión. El Zaragoza se mueve por impulsos para sobrevivir. Desde 2002, ha vivido dos descensos, escándalos institucionales, y dos milagrosas permanencias logradas en las dos últimas temporadas.
Lejos queda la época gloriosa de uno de los clásicos, que se ganó un hueco en el “top ten” de la historia de la liga. De todos modos, a pesar de haber caído en una inercia perdedora, este Zaragoza en el siglo XXI, fue capaz de ganar dos Copas del Rey, encontrando en esa competición una válvula de escape para sus miserias (¿por qué la Real no lo ha logrado?).
A pesar de que el Zaragoza ha ganado su único encuentro a domicilio que ha disputado en esta liga (1-2 ante el Espanyol), sigue siendo un equipo bastante blando que necesita de la inspiración de su portero Roberto para poder ir sacando puntos de donde pueda. En cuanto al historial más cercano, las dos veces que Real Sociedad y Zaragoza se han visto las caras en Anoeta tras nuestro retorno a la élite, los txuri urdin ganaron. 2-1 con un gol agónico de Aranburu y el plácido 3-0 del año pasado.
No debemos fallar. El equipo zaragocista está llamado a luchar por la permanencia y jugamos en casa. Los tres puntos son necesarios para que no empecemos a jugar con fuego. La pésima imagen ofrecida en Mallorca supuso un jarro de agua fría, pero todavía tenemos 35 partidos por delante para diseñar esa temporada de ilusión que tanto anhelamos. Mientras no cometamos errores en casa, la gloria no estará demasiada lejana y a ese clavo nos tendremos que agarrar.
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