Real 0-0 Osasuna
Estoy pensando cambiar de título a esta serie de artículos porque si algo estamos teniendo esta temporada es domingos sin fútbol Real. Cerramos la jornada el lunes y la abrimos el viernes. Así, como si fuéramos el bedel de la liga o algo. Lo bueno que tiene jugar un viernes a las 21.30 es que el fin de semana se te hace más largo, puedes salir a celebrar la victoria o ahogar penas y que si te pones mala tienes dos días enteros para recuperar.
Y en ello estoy, entre aceltilcisteinas y paracetamoles, con mi tradicional voz de Sabina y la fiebre del viernes noche que aún me dura aunque sea domingo por la mañana. ¡¡¡Qué buen día!!! Amaneció un viernes de viento sur con la sonrisa de mi prima rubia, la brisa sobre las olas en los confines del Cantábrico, los sabores italianos en compañía de primos gentiles que nos acompañaron en un café express en el lugar donde nació ese concepto. Y tras la previa, volvíamos a Tierra Santa.
Se abrieron las puertas para recibir a un Osasuna en puestos de descenso que venía con un puñado de gargantas incansables que buscaban romper el mito de que en Donosti no hay fiesta quemando la ciudad en una farra sinfín para celebrar su triunfo. Del otro lado, Montanier jugaba al despiste, por si alguno habíamos osado aprendernos de memoria la alineación de ‘La Real por la que muero’, cambiando no sólo jugadores sino posiciones de los que repetían.
Rubén Pardo se reencontró con el banquillo en un supuesto intento del míster de reservarlo para la copa. Algo que no me queda demasiado claro teniendo en cuenta que sólo ha gozado de la titularidad en dos encuentros desde la temporada pasada y con 20 años, no debería tener demasiados problemas para jugar 3 partidos en 8 días….
El hombre del bigote infinito y del ‘joputa en boca’ perenne se convirtió en la voz de nuestro sector y nos regaló todo un recital de improperios y blasfemias que una Dama jamás debería escuchar provocadas por la insistencia del árbitro en darnos ‘más palos que un tambor en fiestas’. Un ‘irrintzi tirolés’ hizo que mi rubia y yo no dejáramos de reírnos aunque el ambiente en la grada cada vez subía más de tono.
Yo sé poco de estrategias y no entiendo si es mejor jugar con un 4-4-2 que con un 3-4-2-1; no sé si tenemos que poner dos pivotes, jugar con un hombre libre o hacer uso del término de moda ‘falso nueve’… Yo sólo entiendo de sentimiento, de sensaciones, de emociones y de las pasiones que me trasmite mi equipo y después del 0-0 nadie puede negarme que lo que vivimos en Anoeta no se pareció demasiado a la euforia del lunes.
Ni el lunes éramos héroes ni hoy somos villanos. Lo cierto es que no hemos logrado el 9 de 9, punto de partida que me llevó a prometer algo que nunca dije si rematábamos el martes superando la eliminatoria contra el Córdoba. Hubiera estado dispuesta a perseguir a Montanier para conseguir una foto juntos que mantendría de perfil en mis redes sociales hasta que finalizara una nueva tregua de cinco jornadas. Pero el 0-0 me dejó con la sensación de que todo sigue igual y me reafirmó en mi posición de que su marcha es lo mejor para el equipo.
Supongo que esta es la REALidad y que siempre que podemos tocar el cielo terminamos sucumbiendo a nuestro miedo a las alturas y mi apuesta iba sobre seguro porque en mi fuero interno no confiaba en el 9 de 9. Tampoco confío en cruzarnos con el Barça en la siguiente ronda aunque es lo mínimo que podemos exigirnos en Copa y volveré a dejarme el hilillo de voz que pueda recuperar en estos días para que se obre el milagro porque si el Mallorca pudo el año pasado, nosotros ¿por qué no?…
Hay una canción de Estopa que dice que ‘las penas con rumba son menos penas’ Pues yo me atrevo a añadir que las malas tardes de fútbol en compañía de buenos amigos se llevan mucho mejor. Salimos cabizbajos salimos de Anoeta y mi prima rubia no pudo celebrar un gol… pero la promesa de una noche de fiesta nos hizo venirnos arriba cambiando el traje de holligan por el top ‘de luces’ y dejamos de lado las malas sensaciones del campo porque ese no era momento de pensarlo… ya lo pensaríamos mañaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaana.
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