EL LUNAR DE APERRIBAY

Llegados al ecuador del campeonato, es tiempo obligado de análisis. Los registros de la Real Sociedad en esta primera mitad del ejercicio, no superan a los de la segunda vuelta, -y mucho menos a los de la primera-, de la pasada temporada: 7 victorias, 5 empates y 7 derrotas es el botín cosechado hasta la fecha, habiendo logrado tan solo 17 de los últimos 39 puntos en juego, que indican que seguimos estancados y sin dar el salto de calidad que buscaba el Consejo cuando incorporó a Philippe Montanier en 2011 abonando 500.000 euros al Valenciennes. (Habría que añadir a estos registros, una derrota y un empate ante el Córdoba en Copa, que hacen que sumemos más partidos perdidos que ganados).

Esta primera mitad de curso podríamos dividirla en dos fases; un mal arranque que nos llevó a estar a tan solo un punto de los puestos de descenso antes de visitar La Rosaleda; y una buena racha de resultados que coincide con la irrupción de Illarramendi como ´4´ y un mayor protagonismo de Pardo. (También podríamos achacar a esta mejora el contar con jugadores que al principio estaban defenestrados como Carlos Martínez, Ifrán, o como indico, el propio Pardo. Por el contrario, un jugador del nivel de José Ángel, sigue en el ostracismo dejando constancia de la nula mano izquierda y la nefasta gestión de la que hace gala Montanier).

Pero vayamos más atrás y retomemos algo ya repetido hasta la saciedad. El año pasado Montanier solamente fue capaz de superar en dos puntos el registro conseguido por Martín Lasarte (47 frente a 45) con una plantilla superior a la del charrúa; la liga bastante más devaluada; y una Real ya asentada en Primera División. Malos números sin ningún género de dudas, aunque los maquillasen y nos vendiese éxito. Y es la temporada que habría que utilizar para comparar a ambos técnicos -sus respectivos primeros años en la máxima categoría-, ya que a Lasarte no se le dio una segunda oportunidad, y sí al normando. Oportunidad que no está sabiendo aprovechar, dicho sea de paso.

Primera vuelta la pasada en la que llegamos a ser colistas y en la que Montanier logró cuatro puntos menos que Lasarte, repartidos en 5 victorias, 8 empates y 6 derrotas, con tan solo 17 goles a favor por los 29 conseguidos con el uruguayo. Y eso que con Lasarte se practicaba el ´patadón´ y con Montanier, el inventor del fútbol, el ´tiqui-taca´… Este año, y pese a tener la dinamita que tenemos arriba y a la clara mejoría del equipo, tampoco se han logrado más goles, habiendo anotando uno menos, 28. (Datos éstos en los que no están contabilizados, al igual que arriba, las dos victorias y dos derrotas en Copa ante Granada y Mallorca).

La segunda vuelta de Martín Lasarte fue paupérrima, eso tampoco admite dudas, y no pretendo encumbrar al técnico uruguayo, sino dejar patente la incapacidad del normando, que en nada supera a su homónimo uruguayo, que a su vez, ya era un técnico limitado, pero que pese a ello, cumplió con los objetivos marcados. Y si uno no valía, el otro tampoco.

Se buscaba el salto, y no se ha dado. Los números de Montanier hasta la fecha al frente de la nave blanquiazul hablan por sí solos, y se reparten así: 22 victorias, 17 empates, 24 derrotas -aquí sí incluidos los partidos de Copa-. Muy discretos. Y si a alguien le parecen buenos debería de considerar que su nivel de exigencia está por los suelos. Decir que no lográbamos mejor puntuación desde el año del subcampeonato, y quedarse tan ancho, me parece un gran error, ya que contamos con la mejor plantilla desde esa temporada, y es del todo obligado. Además, hemos estado sumidos en una montaña rusa y una irregularidad constantes, habiendo firmado alguno de los más bochornosos episodios de la historia.

Bajo mi punto de vista, y sin entrar más a fondo, solo comprobar lo que fueron capaces de hacer Osasuna y Levante el año pasado, o lo que están logrando actualmente Betis y Rayo Vallecano con plantillas inferiores, dejan bien a las claras que la Real Sociedad no está donde marca su potencial, y no rinde a plena máquina. Y hay que lograrlo.

Somos la Real Sociedad, campeón de liga y 8ª club histórico que en la última década -no nos olvidemos-, ha vagado sin rumbo dando verdadera lástima. Con el equipo plagado de foráneos mediocres, con una dirección nefasta, coqueteamos con el descenso hasta que se consumó en 2007, llegando con él la ruina, la Ley Concursal y la casi desaparición de la entidad. Y esa no es mi Real Sociedad, no la que yo quiero ni recuerdo, esa que era habitual ver en Europa paseando con orgullo el nombre de San Sebastián y Gipuzkoa por el Viejo Continente. Nací en 1977 y mis primeros años de vida coinciden con los de mayor esplendor de la Real Sociedad. Y eso, te forja. Crecí amando a un club ganador, ambicioso y respetado, al que la llegada del siglo XXI le trajo la oscuridad. 

Pero el horizonte se ha aclarado, y hay que sacudirse el nivel de exigencia y conformismo que hay instaurado, y elevarlo. Tenemos un gran potencial. Afortunadamente Aperribay se ha bajado de la burra, y la no continuidad de Montanier en el banquillo txuri urdin parece una decisión tomada. Es un gran paso. Así lo indica que sus adalides, esos que han vendido humo durante todo este tiempo, ahora le den la espalda, y ciaboguen a la vez descubriendo sus grandes carencias. Esos mismos que han faltado al respeto a la afición cargando contra ella por hacer lo que ellos ahora hacen, criticar al galo, preparan ahora la salida de un encumbrado Montanier. Una sufrida y bendita afición que ha sido insultada. El zorro de Vernon, nuestro pequeño Guardiola, parece haber perdido el crédito de la noche a la mañana.

Y si bien es discutible la labor de Loren y critico la planificación deportiva de hace dos veranos; la nula defensa por parte del Presidente a la afición la pasada campaña ante las agresiones a las que fue sometida; o las ampliaciones de contrato de Markel Bergara y Gorka Elustondo, entre otras muchas cosas, considero que Jokin Aperribay ha realizado, en líneas generales, una gestión brillante hasta la fecha, saneando y estabilizando la entidad. Muchos más aciertos que errores que desnivelan la balanza a su favor, si bien su mayor lunar, sin ningún género de dudas, es Philippe Montanier, con el que hemos perdido dos años desaprovechando una de las mejores plantillas de los últimos lustros. Grandísimo error traerle, pero mucho mayor error no recular a tiempo, y darle un segundo año al frente del equipo.

Ya no se puede fallar más. Este pasado verano se fue ambicioso y se actuó de una forma sobresaliente. Hay que acertar y traer un técnico con carácter que lidere y sirva para exprimir y sacar el mayor jugo a esta plantilla. Que no permita a nadie relajarse. Un entrenador al que le guste el buen trato del balón y un fútbol ofensivo que sea capaz de sacar el mayor rendimiento a este gran equipo. Para crecer, además, hay que incorporar siempre que se pueda únicamente a jugadores de calidad como Bravo, Vela, Chory o Jose Ángel. Muy importante por último es elevar el nivel de exigencia desde el propio club, e impedir que nadie se acomode, recuperando así poco a poco nuestro sitio en el fútbol estatal y europeo. Hay que lograrlo. ¡Goazen Reala!