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Cuando se saluden en el centro del campo en los instantes previos al choque, los jugadores del Espanyol y de la Real pueden decirse a la cara un revelador "¡como hemos cambiado!". Desde que se enfrentaran en la jornada 10 de la primera vuelta, ambos equipos han experimentado una espectacular metamorfosis que les ha alejado de las catacumbas de la tabla.
Antes de aquel encuentro, la Real era la decimotercera, con solo diez puntos, y el Espanyol era el penúltimo con seis, dos por debajo de la frontera del descenso. Como recordarán, el conjunto catalán tomó aire tras vencer de manera injusta en Donostia 0-1. En el gol logrado por Colotto en las postrimerías del encuentro en el único acercamiento espanyolista de todo el encuentro provocó que los blanquiazules tocaran fondo y que su entrenador, Montanier, volviera a ver peligrar seriamente su puesto tras escuchar de nuevo gritos en su contra de su propia afición.
Paradójicamente, el derrotado en ese encuentro ha logrado salir airoso de la delicada situación, mientras que el victorioso Pocchetino fue destituido semanas después. En la siguiente jornada, la Real, que arrancó el duelo en puestos de descenso, se llevó los tres puntos de Málaga y a partir de ese momento tomó la directa hasta convertirse en un firme candidato para entrar en la próxima edición de la Champions League.
En los 19 encuentros que ha disputado desde esa fecha, es decir media vuelta entera, la Real ha sido el tercer mejor equipo de la Liga, con 37 puntos. Solo le superan el Barcelona y el Real Madrid, con 49 y 44 puntos respectivamente. Por lo tanto incluso supera al Atlético, al que se impuso en su estadio hace dos jornadas, en dos puntos.
El Espanyol también sale bien parado en ese intervalo de tiempo, al aparecer en sexta posición, en puestos europeos, con 29 puntos. Los datos de los catalanes han mejorado notablemente desde que Javier Aguirre tomó las riendas después del despido de Pocchetino en la siguiente jornada, tras perder 0-2 frente al Getafe en la jornada 13 y caer a la última posición.
Desde que llegó el mexicano, el conjunto blanquiazul ha vivido un cambio radical en el que se ha convertido en el quinto mejor conjunto del campeonato, con 26 puntos en quince encuentros. Solo superan en esa hipotética tabla el Barcelona, el Madrid, la Real, con cuatro puntos más, y el Valencia. Pese a la mejoría, los catalanes todavía son el decimotercero en la clasificación actual, aunque han alejado los fantasmas del descenso a nueve.
El Espanyol ha pasado de promediar un 0,7 de puntos a sumar 1,7 por encuentro. Es un dato que debe tomar como referencia la Real por la dificultad que le aguarda el domingo, su rival con el nuevo técnico no conoce la derrota en su estadio de Cornellá. Solo el Sevilla, Levante y Mallorca han logrado marcar, y únicamente los sevillistas y el Valladolid han logrado sacar un empate.
Los principales cambios que ha introducido Aguirre son que ha variado de portero, para dar enterada a Casilla, que ha colocado a Sergio García de delantero centro y ha retrasado a Stuani, en teoría ariete, a la banda derecha, y que ha apostado por la experiencia de viejos rockeros como Capdevila, Simao o Colotto.
Las prestaciones defensivas han sido evidentes, como también resulta evidente que el equipo ya no juega con la misma alegría que antes. El carácter y la motivación del mexicano se notan en un bloque que, como la Real, ha crecido mucho en cuestión de confianza y autoestima. El domingo medirán el nivel de su estado de optimismo.
Elecciones
Jokin Aperribay y Philippe Montanier viajaron ayer al término del entrenamiento a París, para presenciar in situ en Saint Dennis el encuentro entre Francia y España. El presidente confirmó en una entrevista que su idea es convocar elecciones en otoño, y no en verano, como se venía especulando.
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