martes, 2 de abril de 2013

PASO A PASO, OBSTÁCULO A OBSTÁCULO


El partido ante el Espanyol ha servido a la Real Sociedad para sumar un nuevo punto que le permite mantenerse en la cuarta plaza y, sobre todo, volver moralmente reforzada a San Sebastián,

Los de Montanier ha disipado varias dudas. Todos los equipos albergan cierta inquietud al regresar de un parón de dos semanas y la afición txuri urdin estaba ligeramente preocupada al pensar que sus ídolos podían haber perdido la magia que exhibieron ante el Valladolid, por ejemplo.

No obstante, el devenir del partido dejó claro que el parón no ha afectado de forma negativa al conjunto donostiarra. Se vio por actitud u juego. Los guipuzcoanos quisieron llevar la iniciativa desde el principio y fueron de menos a más, hasta llegar a merecer el triunfo. Por ello y por su actuación sin varios pesos pesados del vestuario como Claudio Bravo, el portero titular, y Carlos Vela, máximo goleador, máximo asistente y hombre más determinante del ataque realista, el punto logrado en Cornellá sabe bastante bien.

La insistencia de los blanquiazules, que en esta ocasión iban de naranja, hizo olvidar a los cracks, que se quedaron en San Sebastián para continuar con sus recuperaciones durante el fin de semana junto a Elustondo y Chory Castro. Los cuatro jugadores que no entraron en la convocatoria han aprovechado la sesión de trabajo de este lunes para recibir al equipo en las instalaciones de Zubieta a su regreso de Barcelona y, también, para entregar los premios del torneo internacional juvenil que la Real organiza anualmente.

El club donostiarra sigue superando obstáculos en su camino hacia la Champions, competición en la que todos los realistas quieren participar defendiendo la casaca txuri urdin. No obstante, sus objetivos no se limitan a colarse en la máxima competición continental, puesto que hay otros alicientes que aportan una importante dosis de motivación al vestuario. Se pudo ver en Cornellá, estadio en el que los vascos no dejaron de buscar el triunfo, en parte, porque a todos les encantaría formar parte de la primera Real que sumó cuatro triunfos consecutivos a domicilio.

Este triunfo habría llegado de la mano del gol 3.000. Habrá que esperar al partido ante el Málaga, a no ser que los de Montanier sufran un importante desajuste en su puntería durante la semana y no perforen la portería de Willy Caballero. Lo que ha quedado claro es que la Real se encuentra bien sobre el césped y tiene hambre. Restan nueve finales por jugar, nueve obstáculos que superar. Y el Málaga, que llegará a Anoeta condicionado por la Champions, es el candidato para llevarse el siguiente bocado.

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