Cuando el Espanyol salió victorioso de Anoeta aquella lluviosa mañana de domingo en la que Carlos Martínez y Estrada ocuparon la banda derecha, muchos creímos que la Real viviría otro año de transición.
Más que enfadados, estábamos desilusionados. La Real tenía y tiene nivel de Europa. No sé si de Champions, puesto en el que estamos ahora mismo, pero de Europa League seguro. De hacerlo bien en la Europa League además.
Hoy, diecinueve partidos después, la Real ha sumado 38 puntos, la famosa media inglesa que le exigíamos al equipo en segunda lo está cumpliendo en primera. El domingo, sin sus tres extranjeros, sacó un punto en Cornellá saliendo de inicio con diez canteranos. Diecinueve partidos después hemos sido los primeros en ganar al Barcelona -remontándole un 0-2 además-. Fuimos los primeros en asaltar el Calderón, ganamos en Málaga, una manita en Mestalla... y pasamos por encima del Athletic en San Mamés. Una vuelta para enmarcar, una vuelta con una única cruz, los regalos de reyes al Madrid que acabaron con un 4-3 a favor de los locales en Chamartín.
La Real ha apretado por Europa y de qué manera. A falta de nueve jornadas, el equipo de Montanier es cuarto y puede pegar un tremendo golpe en la mesa de ganar al Málaga el sábado que viene en Anoeta. De no perder frente a los de Pellegrini, Montanier igualaría la racha de Denoueix de una derrota en veinte partidos, lo que es simple y llanamente espectacular.
El equipo está crecido, se lo cree y nos hace creer. En Cornellá sacó un punto que puede ser de oro al final del año. Después de viajar al feudo espanyolista sin Bravo, Vela ni Chory Castro era complicado de imaginar que el equipo podría ganar allí. Más aún después de la primera parte que hizo el equipo. Pero en la segunda parte fue el de los últimos diecinueve partidos, un equipo que compite siempre y que puede ganar en cualquier campo a cualquier equipo, tocando el balón principalmente, pero también defendiendo firmemente como en el Calderón.
Quedan nueve partidos: Málaga, Valencia, Rayo y Real Madrid entre ellos, y la temporada ya es sobresaliente. Falta ponerle la matrícula de honor pero el equipo está cumpliendo con creces. Diez años después volveremos a Europa si la cosa no se tuerce, lo merecemos, por el juego que desplegamos, por la humildad en todo momento y porque la sufrida afición de Anoeta se merece una alegría de una vez.
¡¡Europa txuri urdin!!
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