Aunque en realidad se llama Amaia, todos la conocemos por Hirugurutxeta. Es una seguidora apasionada de la Real Sociedad. Apasionada con su equipo, y apasionada con todo lo que hace en la vida. La pasión forma parte de sus entrañas.
Amaia, Hirugurutxeta, está enferma. Y de acuerdo con el director de este medio, Iñaki Milla, hemos decidido ofrecerle este pequeño homenaje del resto de seguidores de ese equipo por el que ella ha recorrido tantos kilómetros, cualquiera de las secciones de la Real Sociedad de Fútbol.
La primera imagen que yo vi de Amaia fue enfundada en la camiseta txuri urdin. Residente entonces en Bilbo, era la única de su familia que no bebía los vientos por la camiseta del Athlétic, se iba a los bares del bocho a ver los partidos de la Real de esta última temporada, por el placer de ver ganar a su equipo en un sitio atestado de bilbaínos. Ya se sabe, era la pequeña venganza por tantos años de aguantar la ironía de sus convecinos.
Hizo muchos kilómetros, ya enferma, empujando a los realistas hacia ese cuarto puesto de la Liga. Se cansaba y le dolía todo, doy fe de ello, pero iba y venía desde Bilbo a Zubieta, en autobús, para animar a las “neskas” de la Real, e incluso con alguna de ellas ha llegado a trabar una buena amistad. Ahora ya no puede hacerlo, pero su corazón sigue cada día volando en blanquiazul.
Queremos que sea fuerte y que se cure. Queremos que vuelva a Zubieta, a Anoeta, que vuelva a Vallecas, o al Bernabeu. Queremos verla animando a nuestras chicas, con esa fidelidad del aficionado que lo lleva en los genes. Queremos que en la eliminatoria de Champions esté con el equipo allá donde toque, como era su ilusión. Queremos verla de nuevo animando a nuestro equipo con sus pancartas hechas a mano, desde la última gradería de cualquier estadio, porque la economía no daba para más. Queremos que esa pasión que siempre ha derrochado para animar a la Real, la utilice ahora para curarse. Es un trabajo arduo y difícil, pero de un corazón txuri urdin como el suyo, cabe esperar lo mejor de lo mejor.
Hemos tenido diferencias de todo tipo, como no podía ser menos cuando se habla de alguien que cree que los caminos hay que recorrerlos con los pies y no con la mente, he sido testigo de sus ansias de justicia social, de su solidaridad con los que menos tienen, con los que sufren, y con los que necesitan una mano en su mano. He sido testigo de su decisión por vivir una vida intensa, vertiginosa incluso. La enfermedad la ha puesto en un compás de espera, que no de renuncia. Volverá a apasionarse con su equipo, volverá a apasionarse con su vida, volverá a apasionarse con sus sueños. Eso deseamos todos los que la conocemos, y desde aquí queremos recordarle que está y seguirá estando en nuestros corazones.
Amaia, se fuerte y aguanta. Coge fuerzas, que la temporada empieza enseguida y las neskas y los txuri-txampions te necesitan. Cúrate y ven. Todos te esperamos.
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