Siempre lo digo, no hay nada mejor que depender de uno mismo, y así es. Sí noto algo de cansancio en algunos jugadores, problemas físicos en otros, decisiones desde el banquillo que denotan falta de nivel, la sombra de las sanciones... Pero también siento -y eso que estoy algo lejos-, ilusión, compromiso, ganas y sobre todo capacidad y seguridad. En definitiva, valores que siempre están en el escudo de la Real Sociedad, unidos a una afición volcada como nunca, pero a la vez como siempre, y que el domingo (me incluyo) tiene el otro gran papel del partido: hacer cómplices de nuestro entusiasmo y seguridad a los jugadores, se llame como se llame el rival, en este caso Real Madrid.
Es cierto, la semana viene movida y ahora no voy a entrar, habrá otro momento. No voy caer en el error y cometer una irresponsabilidad como la de oficializar ahora la marcha de Montanier, justo ahora. Quiero centrar todo mi discurso en el primer paso; en el fútbol; en lo que nos gusta; en lo que nos hace disfrutar; en lo que realmente importa y que no es otra cosa que ganar al Madrid.
Aparquemos todo lo demás, tendremos tiempo de debatir, analizar y criticar si es necesario, pero ahora, pongamos todas las fuerzas en lo que es mas importante: la final del domingo.
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