La afición tardará en olvidar el color del segundo uniforme que su equipo utilizó la gran temporada en la que regresó a la Champions, que recuerda a la Holanda de los años 70
Gran parte del éxito de la Real Sociedad que logró el billete para volver a la Liga de Campeones una década después se ha basado en la fortaleza de los txuri urdin lejos de Anoeta. Ha sido un campeonato plagado de reconquistas, de victorias en en coliseos en los que ganar regularmente se consideraba inimaginable. El principal triunfo de este equipo es que no sólo ha dado la vuelta a la terrible racha de derrotas y empates que acumuló a domicilio desde que arrancara la segunda vuelta de la temporada 2011/12, pues ha terminado la Liga 2012/13 dando la sensación de que no había un feudo en el que pudiera ganar.
La transformación de este equipo se ha fraguado durante la última temporada. Tuvo que saborear cuatro derrotas en las cuatro primeras salidas del curso, ante Barcelona, Mallorca, Levante y Betis, antes de encadenar una racha que le llevó a sufrir una única derrota en siete partidos fuera de casa. Ésta tuvo que llegar en el Santiago Bernabéu, por 4-3 y con gran parte del equipo afectado por una inoportuna gastroenteritis.
La naranja mecánica había echado a andar y su reacción había quedado certificada ante Valladolid (2-2), Málaga (1-2), Valencia (2-5), Granada (0-0), Vigo (1-1) y Zaragoza (1-2). Eso sí, más allá de los resultados, los realistas habían exhibido un juego tan exquisito que llevó a rivales como el Celta de Vigo a plantear su partido a la italiana, esperando a los txuri urdin en su campo pese a jugar en casa. Otros, como el Zaragoza, tiraron de trivote para frenar a los butanitos, aunque no les sirvió de nada.
Especialmente recordados serán los encuentros en los que el fútbol de la naranja mecánica arrolló a sus rivales y dio comienzo a una increíble racha que no terminó hasta jornada 34, al caer en Getafe. Se habla, incluso, de que los partidos de la Real en la Rosaleda, Mestalla y la Romareda han sido los mejores partidos de este equipo lejos de Anoeta en la ya concluida Liga. Dio un golpe sobre la mesa ante los malaguistas llegando como colista, puso patas arriba el siempre complicado coliseo valenciano -en el que ganar empieza a ser una agradable costumbre- y exigió el respeto que algunos aún no le tenían ante los zaragocistas.
Aún faltaban por llegar noches memorables, como la del triunfo en el último derbi de San Mamés o la del asalto al Vicente Calderón, en las que el equipo también hizo gala de cierta madurez nunca vista hasta la fecha... aunque estas victorias se consiguieron vistiendo la txuri urdin, igual que la inolvidable victoria de Vallecas
No obstante, no se podía bajar el pistón si se quería sellar la clasificación para la fase previa de la Champions. Los donostiarras habían perdido fuelle y buena parte de sus posibilidades ante Getafe y Granada, aunque demostraron estar muy vivos tanto ante el Sevilla en el Pizjuán como en Anoeta frente al Real Madrid. Sólo faltaba el último acto, en el que la naranja mecánica volvía a ser la protagonista, esta vez, en Riazor.
El estadio gallego no pudo evitar lo que muchos daban por hecho. La Real llegaba a la última jornada jugándose la Champions, y eso son palabras mayores. Los guipuzcoanos, luciendo y sudando la elástica anaranjada, se llevaron los tres puntos y el billete para la máxima competición continental. Ese gracias al cual la próxima camiseta de la Real llevará estrellas bordadas en una de sus mangas. Porque la eliminatoria europea que se va a disputar en agosto se cuenta como partido oficial de la Champions...
Queda por saber qué color pasearán los donostiarras por Europa la próxima temporada, además del azul y el blanco de su camiseta titular. El año pasado hubo que esperar a mediados de julio para conocer el uniforme que el ejercito txuri urdin iba a lucir durante la temporada. Esperemos que este verano la incógnita no tarde tanto en desvelarse, porque el misterio genera mucha expectación y todos los seguidores quieren saber la respuesta.
A lo largo de la historia, los jugadores de la Real han utilizado segundas equipaciones de todos los colores. Algunas han tenido mejor acogida que otras y todos guardamos alguna especial en el recuerdo. Azul, negra, roja, amarilla, naranja... Hay muchas y no es difícil encontrar una preferida, aunque queda claro que la naranja de ésta última se queda en el recuerdo no sólo por cuestión de estilismo, gusto o cómo era la camiseta, también por todas las barreras que los realistas han superado con ella puesta.
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