martes, 18 de octubre de 2011

S.O.S

Siendo lunes post partido, lo normal sería una crónica de lo acontecido en La Romareda, pero merece más la pena analizar más cosas de las que se analizan en la crónica.

La Real Sociedad llegaba a Zaragoza con la imperiosa necesidad de lavar su imagen y de puntuar. No cumplió ninguna de las dos premisas el equipo de Montanier aunque con el once titular, lo de puntuar estaba complicado. Bravo se va de La Romareda pensando que ha tocado dos balones, los dos para sacar el esférico de la red. ¿Culpa suya? No, ninguna. Mikel González ha vuelto a la titularidad aunque no ha demostrado estar mejor que Demidov, cuyo rendimiento ya ha sido criticado por estos lares. Su choque con el noruego en la segunda parte estará entre las imágenes más cómicas del año.

Alberto De la Bella vuelve a ser un Expediente X. No estaría de más que alguien le buscara competencia al ex del Sevilla Atlético ya que está tan cómodo como bajo de forma. Mucho en ambos casos, claro. En el segundo gol de hoy rompe el fuera de juego y sigue la acción andando. Sin Griezmann por delante su carril se convierte en una auténtica autopista. Parece que al galo se le echa de menos delante, pero el catalán necesita, cada día más, las ayudas defensivas que el galo le da y que Sarpong, por ejemplo, no le da.

La titularidad del neerlandés resulta tan sorprendente como desesperante. Ejecuta el balón parado cuando sale y resulta también desesperante verle hacerlo. No tiene nivel para ser titular, no tiene nivel para ser un recambio, alguien podría dar la cara y decir que él lo fichó, ya sabemos quién lo trajo y también sabemos que él sigue y Sutil no, por ser el ex central realista su valedor. Entiendo que Griezmann tiene que ser suplente, por su juego y por su pico de oro, pero entre el galo y el holandés no podrá haber nunca dudas, el galo tiene que ser titular siempre, estando con fiebre, cojo y hasta con muletas.

En el otro flanco, ¿Qué te pasa Xabi Prieto? El donostiarra volvió a pasar de puntillas por un campo en el que tenía que haber sido protagonista. Su par, Javier Paredes, es uno de los más flojos que se va a encontrar en la Liga BBVA, también de los más violentos, pero Prieto no le buscó, no podría decir que botas llevaba, no le quiso ver de cerca. Se le pide más, se le pide lo que ha demostrado, se le pide que sea el ‘10’ no que simplemente lo lleve en la espalda. Evidentemente sigue sin tener un rival por el puesto, el que vino el año pasado para lucharle el puesto ahora sólo juega en el flanco izquierdo y el que ha llegado este año y puede hacerle sombra…se ha perdido ya tres partidos por lesión. ¿Otro Expediente X?

Que no salga Llorente demuestra lo que sabíamos, lo que dijimos. Llorente no está. Resulta curioso que Mariga se ganara ayer la titularidad… ¡estando sentado en el banquillo! El partido de Aranburu y Markel demostró que, efectivamente, el keniata es necesario en este equipo. Markel pidió entre semana minutos para seguir jugando. Había ganas de verle jugar después de lanzarle un hachazo impresentable a Rubén Pardo tras llegar este de ganar el Europeo sub 19. Está claro que el Markel que juega ahora no es el que ganó su sub 19. El de ayer no está para la élite. Que ayer no estuvieran Pardo, Ros o los dos clama al cielo. Faltando Illarra, era necesario que uno de los dos fuera titular.

Montanier llegó prometiendo juego de toque, estilo Barça decían y resulta que el equipo no solo no ha avanzado, razón por la que se echó a Lasarte, sino que ha retrocedido. Ha retrocedido dos años. El equipo juega prácticamente igual que hace tres cuando Lillo era el entrenador realista con la diferencia de que entonces se daban menos patadones de los que se dan ahora mismo. El equipo no sabe a qué juega. Fuera de casa es el mismo que perdió nueve partidos a domicilio en la segunda vuelta del año pasado, el mismo. Sólo que ahora no se sabe a qué juega. Ayer se equivocó con la convocatoria, se equivocó con la alineación e hizo tarde los cambios, ¿algo más? El año comenzó ilusionante cuando se venció en Gijón y se empató con el Barça pero no era oro todo lo que relucía. El equipo ganó en El Molinón porque el Sporting hizo un partido nefasto y empató contra el Barça porque el Pep Team se desenchufó, aunque hay que hacerle dos goles, ese mérito también está. Después se durmió.

Tantas alabanzas le han sentado mal al equipo, se le han atragantado y no ha sabido digerirlas. Desde el empate contra el mejor equipo del mundo, se perdió en Sevilla sin tirar a puerta, se venció al Granada con un gol de esos que se mete uno de mil, se dejó ir el partido de Mallorca y el derby sólo se compitió quince minutos. Ayer el equipo jugó bien a ratos, cuando el Zaragoza, que no es el Madrid aunque vista de blanco y de Adidas, se dejó llevar. Las postrimerías de la primera y de la segunda parte bien merecieron un gol para el equipo visitante ayer pero habría sido injusto un empate de un equipo que sólo juega diez minutos por partido.

Se largó a Lasarte para crecer, porque el equipo se había estancado, lo único cierto es que estamos bastante peor que hace un año cuando sabíamos nuestros defectos pero explotábamos nuestras virtudes y el equipo estaba mejor clasificado que ahora. Con el charrúa se dijo que el equipo careció de físico en ciertos partidos, con Montanier podemos decir que llegan muertos al final de todos y cada uno de los partidos jugados. El efecto Montanier ha demostrado ser una gaseosa, el equipo es muy lento para jugar al toque y arriba dos de los tres están desenchufados o poco enchufados, es cosa suya motivarles.

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