Aquella noche de febrero una verde amarela Real bailó al equipo ilicitano aunque no consiguió llevarse la victoria por un lado por un error de un línea que invalidó un gol legal de Víctor y por otro lado, por la inmensa actuación del portero del equipo franjiverde, Willy Caballero, Willy.
El meta argentino comenzó aquella noche su romance con la Real Sociedad. Esa noche desesperó a Díaz de Cerio, por aquel entonces realista de corazón, a Víctor, a Mérida, a Delibasic y a Martí con sus paradas pero no quedó allí esa relación de amor.
La temporada 2007-2008 el meta argentino volvió a ejercer de ángel salvador en la visita del conjunto ilicitano a Anoeta y se llevó la victoria un equipo en el que el lateral derecho era uno de los jugadores más queridos por Anoeta, el gipuzkoano Iban Zubiaurre, que además estrelló un balón en el palo. Willy Caballero volvió a irse sin recibir un sólo gol del equipo realista, candidato al ascenso.
Su parada a Abreu fue antológica y todavía se recuerda. Fue el debut del charrúa con la Real Sociedad y de cabeza estuvo a punto de marcar pero su sensacional testarazo lo sacó el meta ilicitano con un vuelo soberbio.
Ese mismo año, en la jornada 42 y sin nada en juego Willy se relajó y la Real se trajo una victoria del Martínez Valero por 1-2 con gol de Elustondo en el tiempo extra.
El año del ascenso el único equipo que venció en Anoeta fue el Elche de...¡Willy!
El meta argentino se marchó de nuevo sin recoger un sólo balón de sus redes a pesar de contar la Real Sociedad con un penalti, marrado por Carlos Éber Bueno.
Ese mismo año, también en la jornada 42 con la Real Sociedad ascendida se le pudo meter un gol, lo hizo Nsue, aunque fue el de la honra, ya que Jorge Molina le hizo cuatro goles al equipo realista para confirmarse como pichichi de la categoría.
El año pasado llegó al Málaga después del mercado de invierno y uno de sus primeros partidos fue en Anoeta donde la Real Sociedad fue incapaz de hacer un gol en uno de los peores partidos que se le recuerdan a la Real de Martín Lasarte.
No fue su mejor actuación aunque tuvo una parada de mérito realizada a disparo de Diego Rivas. El manchego, en uno de sus partidos como llegador, dispuso de una clara ocasión desde el punto de penalti pero su disparo fuerte lo salvó Willy con la cabeza.
Hoy la Real no sólo juega contra un equipo superior, entrenado por un entrenador que siempre ha puntuado en Anoeta, además tendrá en frente a un portero que se multiplica cuando ve un realista delante.
Por eso amigo Willy, apiádate de nosotros, lo necesitamos.
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