La Real purgó parte de sus penas
en la noche del sábado, con su meritoria victoria por 0-1 en Mestalla ante el poderoso Valencia.
Tras la indignación generada a la
afición por la debacle copera, había pocas esperanzas de conseguir un resultado
positivo, pero una vez más, este equipo actúa a contra corriente y
reacciona en el momento más inesperado.
Me gustó mucho el partido de la
Real. Los primeros quince minutos
fueron quizás lo único criticable del encuentro de ayer. El Valencia llegó con claridad al
área realista y un disparo de Pablo (bien despejado por Bravo) y un remate de
cabeza de Aduriz al larguero nos hizo temer por lo peor.
Pero tras sobrevivir a esas dudas
iniciales, la Real empezó a soltarse e incluso se atrevió a dominar varias
fases de esa primera parte. No hubo llegadas de peligro a la
portería de Alves pero la Real dio la cara y en ningún momento se sintió
acorralada por un Valencia que no tuvo ninguna ocasión en la última media hora
del primer tiempo.
Tras el descanso, el Valencia
salió enrabietado y un disparo de Feguouli casi supuso el 1-0 pero su remate
salió rozando el poste. En el minuto 55 llegó la jugada
decisiva; un colosal Antoine Griezmann peleó por controlar el balón, disparó a
puerta, y tras rozar el balón en un defensa valencianista, superó por alto a
Alves y se alojó en las redes. 0-1. Los seguidores de la Real no
dábamos crédito a lo que estábamos viendo.
Todavía quedaban 35 minutos para
finalizar el partido y no podíamos fiarnos.
Griezmann, en estado de gracia, disparó poco después desde fuera del área y su remate salíó rozando el larguero
de la portería de Alves. La Real no sufría y a pesar de
los escarceos finales del Valencia, la realidad es que se limitaron a remates y
centros lejanos que atajó sin ningún problema un seguro Claudio Bravo.
El árbitro Estrada Fernández (muy
acertado en todo el partido), pitaba el final y la afición de la Real respiraba
aliviada. La pena generada por la
humillación copera no desaparecía pero sin duda esta prestigiosa victoria de
nuestro equipo del alma ha sido la mejor medicina para nosotros.
De todos modos, al acabar el
partido me quedé con una espina. ¿Qué hubiera pasado si Montanier
hubiera jugado en Mallorca con el once inicial de ayer? ¿Por qué Montanier nos privó en
aquel partido de la seguridad y solvencia de Bravo, de las genialidades de
Griezmann, de la implicación de Agirretxe, del buen hacer de Aranburu, de un
inspirado Mikel González y de la progresión de Cadamuro? ¿Por qué no sacó a los mejores
hasta el 6-1?
Es fácil hablar ahora, pero con
estos 6 jugadores en el once inicial de Mallorca, quizás ahora podríamos estar
preparando con ilusión los cuartos de final de Copa ante el Athletic. Me da mucha pena porque a
día de hoy, hay jugadores en nuestra
primera plantilla que están en un momento muy dulce y a los que se privó de
salir de inicio en Mallorca. Tiramos por la basura un gran
sueño, pero hay que seguir adelante.
El sábado se constató que hay
jugadores que sí sienten la camiseta y que van a seguir luchando hasta el final
de liga. Estamos todavía a tiempo de
construir un nuevo sueño. La Real Sociedad ha escalado al
14º lugar y los puestos europeos están a sólo cinco puntos.
En esta liga de locos, la
igualdad entre los equipos es cada día mayor y todo es posible. No tengo ni idea de si la Real
luchará por la permanencia, quedará instalada aburridamente en la mitad de la
tabla, o se atreverá a soñar con Europa. Pero la realidad dice que el
equipo lleva 7 partidos consecutivos de liga sin perder y que los dos próximos
partidos se jugarán en Anoeta.
Ahora a pensar en el At. Madrid, pero sin bajar la guardia en las exigencias a los jugadores. Lo de Mestalla es una muestra más de que esta plantilla se
relaja cuando los medios de comunicación se muestran indulgentes, y se crece
cuando se les critica con dureza. Esta victoria es el principio de la redención
pero todavía os tenéis que ganar el perdón completo de la afición de la Real.
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