Hoy a las 16:00h, la Real Sociedad
comienza la segunda vuelta recibiendo al Sporting de Gijón en el estadio de
Anoeta, en un encuentro vital para ambos equipos separados por tan sólo tres
puntos en la clasificación.
La semana dentro del entorno txuri
urdin ha sido agria por distintos motivos:
1- Balance negativo de la primera
vuelta
Una vez que hemos llegado al
ecuador de la liga, los medios de comunicación se han encargado durante toda la
semana de mostrar los números de la Real de la primera vuelta.
En mi caso, la califico como
negativa por muchas razones:
- Los pésimos
resultados de la Real en Anoeta
- Unos
insuficientes 21 puntos que le aproximan a otros finales de la primera vuelta
de temporadas en que tuvimos que sufrir hasta el último día.
- La humillación
copera que tardaremos en olvidar.
- La gestión del
cuerpo técnico y la directiva en momentos concretos de la temporada.
- El desastroso
rendimiento de Mariga.
Lo salvable sin duda, es el hecho
de que existen jugadores jóvenes con mucho porvenir que han realizado una gran
primera vuelta (Iñigo Martínez, Illarramendi, Agirretxe, Elustondo…..)
2- Impotencia contemplando las
eliminatorias coperas
La hazaña del Mirandés y los pocos
problemas que pasó el Ath. Bilbao en Mallorca, no han hecho más que acrecentar
el dolor de aquella vergonzosa experiencia que nos hizo vivir esta plantilla en
el torneo del K.O.
Esta era la semana en que podríamos
haber destronado al Athletic en Copa y por la desidia de estos jugadores, me
temo que volveremos a tener que soportar aquel famoso cronómetro que puso ETB
en las horas previas de la final de Copa de 2009.
Preparémonos para una sobredosis de
extravagancias bilbaínas en los próximos meses, aunque ellos por lo menos
creyeron en su sueño, a diferencia de los nuestros.
3- Críticas surrealistas contra la
afición de la Real
El Diario Vasco siguiendo fiel a su
rancia visión oficialista de la Real, ha cargado directamente contra la
afición.
Ya no se responsabiliza ni a los
jugadores, ni al entrenador, ni a los directivos, ni a los árbitros.
Ahora resulta que la culpa de
perder 0-4 ante el At. Madrid la tuvimos los aficionados que acudimos el pasado
sábado a Anoeta por silbar al equipo antes de empezar el partido.
Hemos tenido que leer en ese medio
comentarios de este estilo: “sólo faltó
que la afición de la Real celebrara los goles del Atlético”; “el equipo pagó la pitada de la afición”;
“se recibió al Atlético con alfombra roja
como el Madrid cuando iba a Sarriá”, “nada parece contentar a la hinchada
realista”...
El cinismo del DV no tiene límites.
En primer lugar es mentira que se recibió con una alfombra roja al Atlético.
Estuve en Anoeta y puedo dar fe que desde el minuto 1 la afición apoyó a la
Real y presionó al rival todo lo que pudo.
La pitada antes de empezar el
partido me pareció un ejercicio justo y sano de una afición dolida por una
plantilla sobreprotegida por los medios oficialistas, y que les ha roto el
corazón.
Y yo me pregunto ¿Qué derecho
tienen estos periodistas de enjuiciar a una afición que paga una cantidad
económica elevada y que tiene todo el derecho del mundo a expresar su enfado?
¿Existe en el mundo una afición
como la nuestra que ha tragado tantas injusticias sin rechistar, siendo fiel al
equipo en sus peores momentos?
Pero más allá de estas tristes
evidencias, no nos queda más remedio que seguir adelante y apoyar a nuestro
equipo como mejor sabemos porque nadie tiene derecho a darnos lecciones de cómo
ser una gran afición.
A priori, me temo que esta segunda
vuelta va a venir marcada por una durísima batalla entre los modestos de la
liga para evitar ser uno de los tres equipos que sea sentenciado a muerte al
final de la liga. Una batalla en la que todos los equipos usarán todas sus
artimañas para lograr la supervivencia, muchas de ellas rozando la ilegalidad.
La fuerza de la Real radica en la
calidad de una plantilla que en comparación con otras es bastante mejor con lo
que si los nuestros juegan medianamente bien en Anoeta deberíamos lograr la
permanencia sin excesivos problemas. Además, el calendario en esta segunda
vuelta va a ser benévolo en nuestro estadio donde van a desfilar, Zaragoza,
Racing, Villarreal, Betis, Rayo Vallecano, Mallorca, Levante, Sevilla, Valencia
y Sporting de Gijón.
El encuentro contra el equipo
gijonés (penúltimo clasificado) supondrá la primera de estas 10 batallas en
Anoeta, en las que la Real Sociedad deberá intentar salvar el honor de una
temporada que al menos por el momento, está siendo realmente desconcertante
para nuestro club.
Buenas sensaciones nos produce el
Sporting de Gijón por diversas razones:
1- Es el único equipo de Primera al que
hemos ganado todos los partidos desde nuestro regreso a Primera en 2010
- Un 1-3 en Gijón
en la 2010-2011 en un partidazo de la Real.
- Un 2-1 en Anoeta
en la 2010-2011 que salvó el puesto a Martín Lasarte, y fue clave para la
permanencia
- Un 1-2 en el
Molinon en el ilusionante debut de esta temporada.
2- Cada vez que nos encontramos con el
Sporting nos viene a la memoria aquella mágica tarde del 26 de Abril de 1981,
en la que la Real escribió la página más hermosa de su historia.
No obstante, el Sporting también
tiene un lado oscuro que nos trae malos recuerdos:
- La poca ética que
mostraron sus directivos y aficionados uniéndose al Málaga en aquella
repugnante campaña de acoso y derribo para evitar que la Real ascendiera a
Primera con Iñaki Badiola en 2008.
- A pesar de que
puede parecer que se nos da bien, lo cierto es que el Sporting ha puntuado
muchas veces aquí (desde 1991, los sportinguistas han conseguido ganar o
empatar en San Sebastián en 6 de sus últimas 9 visitas, computando también el
partido en Segunda en que perdimos por 0-1 ante un rival directo).
Un mal resultado este domingo, nos
podría condenar a situarnos en zona de descenso después de la visita al Nou
Camp del próximo sábado. En cambio, la victoria nos ayudaría a distanciarnos
del Sporting (6 puntos + average).
En pocas horas comenzará la segunda
parte de esta liga y aunque me gustaría pensar lo contrario, ésta será la
primera de las muchas batallas que deberemos mantener para lograr el único
objetivo al que se ha atrevido a soñar esta plantilla: la permanencia.
Triste consuelo para una
institución que debería aspirar a muchísimo más.
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