Valencia 0 -1 Real Sociedad: ¡¡¡Así, Si!!!
Hay días que amanecen para ser perfectos y el sábado fue uno de ellos. Tú te ibas a Valencia pero venía a Donosti Mi Otro Yo ¡¡¡hoy te vuelvo a ver!!! ¡Por una vez, no íbamos a necesitar “Bip-Bip´ses” para comunicarnos! Llevábamos meses preparando este día y nada podía estropearlo. Por caprichos del destino, era el primer partido después de aquél inexplicable y bochornoso incidente de Mallorca y no tenía ganas de verte.Ni te imaginas lo duro que fue amanecer ese miércoles y ver cómo hablaban de ti en la prensa y ciertos foros. Tuvimos que capear con elegancia las embestidas que nos llegaban de aquí y de allá regocijándose entre burlas y mofas y hurgando en una herida que, no te miento, aún duele. Mestalla no me parecía el mejor escenario para limpiar tu imagen. Además, el partido se iba a emitir en abierto a las 22:00. Deseé con todas mis fuerzas que aprovecharas la oportunidad de demostrar que el de aquel martes no eras tú. De nuevo me ilusioné con la idea y la esperanza me dijo ¡quieta, quizás si!
Como La Reina del Pop, me dejé la garganta cantando en esos cubos y nerviosa, mirando el reloj, era consciente de que tú te la jugabas en Valencia. Soy de La Real y aunque estaba terriblemente decepcionada y enfadada, entre soles y bemoles, mi corazón estaba contigo. De pronto, miré a Mi Otro Yo, me miró y suspiró y sobraron las palabras porque ella siente como yo siento y sabe que quiero estar a tu lado, quiero mirarte y sentir, quiero perderme esperando una victoria, yo quiero quererte o morir.
En un arranque de Sentimiento Txuri Urdin y desprendiéndonos del vestido azul que es nuestro talante guipuzcoano, sin ninguna vergüenza, alzamos nuestra voz y cantamos el Goazen Erreala con tanta euforia que en vez del Kursaal aquello parecía Anoeta. La gente nos miraba raro, pero ya sabes que me encantan estas cosas y no me importa si es muy tonto...¡soy así! Disfrutamos de esa dulce locura, nos reímos, nos emocionamos y hubiéramos deseado que no que no existiera el tiempo y detener este momento en que la felicidad era como un tatuaje y que permanecerá para siempre en el recuerdo de aquel 14 de enero.
Mientras cenábamos en la terraza de aquél mítico local de ‘lo viejo’ se desató la euforia y supimos que si. Que había sido gol. Nos levantamos y como si fuéramos comentas por el cielo conseguimos ver la repetición del gol de Antoine...¡¡¡Antxon!!! Volviste a ser tú, ¡¡¡así sí!!
Como tres rosas, llegaron los tres puntos contra el tercero de la clasificación. ¡¡esta vez no fui la niña que llora en tus fiestas!!! Pusimos el broche final a una tarde maravillosa bailando el himno – dance con el pitido final. Al final, no ganó la razón al corazón y ya sólo siento que quiero verte..¡¡¡verte!!! y seguro que tú también recordarás esa tarde de invierno junto a mi!
Mientras os escribo en la soledad de este escritorio, con la carita empapada y a unas horas de la madrugada del 20 de enero, he levantado la vista de la pantalla y ahí, al lado de las llaves y del iPod está el flyer de la “Derby King Cup Party” que debía de haber sido hoy en Anoeta. Lo he roto en mil pedazos como hiciste tú con mis ilusiones. y descansa en la basura con las 6 guindas de aquella ensaimada que nunca comí. Perdóname, cariño, pero, ¿cómo recordarte sin mirar atrás? Nunca podré olvidar aquél último martes de copas.
Cris García
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