NI UN DOMINGO SIN TI
Barça 2 -1 Real Sociedad – La muerte más dulce
Y San Sebastián se cubrió de blanco. En el fin de semana del temporal de frío siberiano, una nevada de 3 horas dejó la ciudad formato postal navideña en la que no faltaron ni los muñecos de nieve, ni los jovenzuelos tirándose con plásticos cuesta abajo frenando contra setos, ni las batallas de bolas de nieve entre parejas de ‘enamorados – pastel’ que al mirarlos parecía que se detenía el tiempo mientras sonaba una canción romántica y la nieve salía convertida en corazoncitos cuando rompía en sus cuerpos, ni las mascotas con abriguitos de colores y ni la cara de ilusión de los más peques poco acostumbrados a este fenómeno de la naturaleza que ofrece infinitas posibilidades de diversión.
En Barcelona, las cosas no estaban mucho mejor. Anunciaban temperaturas de -4º a la hora del partido, algo inusual en la Ciudad Condal y los medios definían el partido como uno de los más fríos de la historia. Y lo fue, tanto en lo meteorológico como en lo helada que se quedó la afición culé en los minutos finales ante la posibilidad de dejar escapar un partido que se les puso de cara ya en el 9’ de la primera parte con aquél gol del joven Tello.
Fue un duelo de canteranos, 8 de La Masía contra 9 de Zubieta, algo que pocas veces tendremos oportunidad de ver en esta liga hecha por algunos a golpe de talonario. Debutaba el joven Pardo como titular, ¡por fin! Y Ros entró en la lista de convocados. Los banquillos vivieron su duelo particular: Guardiola vs Montanier, que en Francia hizo que su anterior, equipo, el Valenciennes se ganara el apodo de ´Le petit Barcelone’ por su estilo y filosofía inspirada en el archiconocido ‘Estilo Guardiola’
Afrontabas el encuentro entre la prudencia y la ilusión buscando dar la campanada en un campo que cuenta sus partidos por victorias y que sólo ha decido un punto en esta temporada contra el Sevilla. ¿Y qué? Lejos de amedrentarse, tus ilusiones subieron como las burbujas del cava catalán con el que estuvimos a punto de celebrar nuestro primer punto desde la temporada 94-95 en ese estadio. Llegaste con vida a los minutos finales y fui feliz al ver al mejor equipo del mundo intranquilo y pidiendo la hora.
Sentada en mi sofá con mi manta y la calefacción a tope, vi como Leo Messi sólo vio puerta una vez tras varias ocasiones de gol en las que no suele fallar; a Claudio Bravo errar dos salidas que significaron dos goles y hacer varias paradas dignas de un Genio; a Iñigo Martínez haciendo un gran trabajo en defensa sacando incluso algún balón bajo palos; a Antoine Griezmann incansable peleando hasta el último aliento; al pequeño Vela alimentando la llama de nuestras ilusiones con ese gol valiente y a Phillippe Montanier arriesgando y queriendo ir a por el partido con toda la artillería en ataque
Te vi serio, contundente, algo temeroso al principio pero sin bajar la guardia. Encerraste al Barcelona en su área durante 15 minutos y me sentí muy orgullosa de tu actitud. Quizás te faltó salir desde el minuto uno creyendo en tus posibilidades porque lo más increíble de los milagros es que a veces ocurren.
Quería que me trajeras algo de Barcelona y viniste con las manos vacías. ¿Sabes? Muchas veces, los mejores regalos no tienen por qué ser algo material y la buena imagen del Camp Nou es como esa margarita del parque que adornas con una sonrisa en un día cualquiera y que te toca más el corazón que un ramo con 100 rosas por San Valentín. Eso no quiere decir que no quiera celebrar el 14 de febrero con tres rosas de las que huelen bien, eh! Ahí lo dejo caer...
¡A quien corresponda!
Barça 2 -1 Real Sociedad – La muerte más dulce
Y San Sebastián se cubrió de blanco. En el fin de semana del temporal de frío siberiano, una nevada de 3 horas dejó la ciudad formato postal navideña en la que no faltaron ni los muñecos de nieve, ni los jovenzuelos tirándose con plásticos cuesta abajo frenando contra setos, ni las batallas de bolas de nieve entre parejas de ‘enamorados – pastel’ que al mirarlos parecía que se detenía el tiempo mientras sonaba una canción romántica y la nieve salía convertida en corazoncitos cuando rompía en sus cuerpos, ni las mascotas con abriguitos de colores y ni la cara de ilusión de los más peques poco acostumbrados a este fenómeno de la naturaleza que ofrece infinitas posibilidades de diversión.
En Barcelona, las cosas no estaban mucho mejor. Anunciaban temperaturas de -4º a la hora del partido, algo inusual en la Ciudad Condal y los medios definían el partido como uno de los más fríos de la historia. Y lo fue, tanto en lo meteorológico como en lo helada que se quedó la afición culé en los minutos finales ante la posibilidad de dejar escapar un partido que se les puso de cara ya en el 9’ de la primera parte con aquél gol del joven Tello.
Fue un duelo de canteranos, 8 de La Masía contra 9 de Zubieta, algo que pocas veces tendremos oportunidad de ver en esta liga hecha por algunos a golpe de talonario. Debutaba el joven Pardo como titular, ¡por fin! Y Ros entró en la lista de convocados. Los banquillos vivieron su duelo particular: Guardiola vs Montanier, que en Francia hizo que su anterior, equipo, el Valenciennes se ganara el apodo de ´Le petit Barcelone’ por su estilo y filosofía inspirada en el archiconocido ‘Estilo Guardiola’
Afrontabas el encuentro entre la prudencia y la ilusión buscando dar la campanada en un campo que cuenta sus partidos por victorias y que sólo ha decido un punto en esta temporada contra el Sevilla. ¿Y qué? Lejos de amedrentarse, tus ilusiones subieron como las burbujas del cava catalán con el que estuvimos a punto de celebrar nuestro primer punto desde la temporada 94-95 en ese estadio. Llegaste con vida a los minutos finales y fui feliz al ver al mejor equipo del mundo intranquilo y pidiendo la hora.
Sentada en mi sofá con mi manta y la calefacción a tope, vi como Leo Messi sólo vio puerta una vez tras varias ocasiones de gol en las que no suele fallar; a Claudio Bravo errar dos salidas que significaron dos goles y hacer varias paradas dignas de un Genio; a Iñigo Martínez haciendo un gran trabajo en defensa sacando incluso algún balón bajo palos; a Antoine Griezmann incansable peleando hasta el último aliento; al pequeño Vela alimentando la llama de nuestras ilusiones con ese gol valiente y a Phillippe Montanier arriesgando y queriendo ir a por el partido con toda la artillería en ataque
Te vi serio, contundente, algo temeroso al principio pero sin bajar la guardia. Encerraste al Barcelona en su área durante 15 minutos y me sentí muy orgullosa de tu actitud. Quizás te faltó salir desde el minuto uno creyendo en tus posibilidades porque lo más increíble de los milagros es que a veces ocurren.
Quería que me trajeras algo de Barcelona y viniste con las manos vacías. ¿Sabes? Muchas veces, los mejores regalos no tienen por qué ser algo material y la buena imagen del Camp Nou es como esa margarita del parque que adornas con una sonrisa en un día cualquiera y que te toca más el corazón que un ramo con 100 rosas por San Valentín. Eso no quiere decir que no quiera celebrar el 14 de febrero con tres rosas de las que huelen bien, eh! Ahí lo dejo caer...
¡A quien corresponda!
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