Sin apenas coger un respiro, la liga
vuelve y para la Real lo hará hoy a partir de las 20:00 horas en
Anoeta recibiendo a la gran sensación de esta liga: el Levante de Juan Ignacio
Martínez.
Desde que comenzó la segunda vuelta, la Real ha
entrado en una dinámica simple: gana todos sus partidos de casa y pierde todos
los que juega fuera. Cuatro victorias seguidas en Anoeta y cuatro
derrotas consecutivas a domicilio, son la muestra de que la Real Sociedad en
estos momentos ha encontrado en su estadio un refugio en el que puede mostrar
su mejor versión y ocultar todas las carencias que muestra fuera de la
provincia.
No me han gustado los paños calientes que cierto
sector de la prensa ha puesto a la derrota en Getafe. La Real no perdió por
mala suerte. La mayor virtud que debe tener un futbolista es definir sus
oportunidades y los jugadores realistas protagonizaron un cúmulo de
despropósitos en el arte de materializar las ocasiones de gol (recordemos que
Moyá apenas tuvo que hacer paradas con lo que fue más demérito de la Real que
acierto del portero rival).
También
he echado en falta una mayor crítica hacia Philiphe Montanier por una política
de rotaciones que al menos en mi caso, resulta difícil de comprender.
Evaporadas prácticamente las ilusiones europeas,
a los seguidores de la Real no nos queda otro remedio que consolarnos con el
hecho de que al menos en nuestros asientos de nuestro querido estadio, podemos
ver a una Real sólida que se ha hecho respetar a base de victorias y de
practicar en ocasiones un fútbol brillante.
Sin embargo, esta tarde la Real tendrá
enfrente a un hueso duro de roer que intentará acabar con la buena racha
realista en Anoeta. El
Levante se ha ganado por merecimiento propio el calificativo de revelación de
la liga 2011-2012. En verano, los levantinistas entraban en todas
las quinielas como uno de los candidatos firmes a descender a Segunda División,
al disponer de una limitada plantilla que tenía que encajar la marcha del
entrenador que le devolvió la esperanza -Luis García- y de su estrella Felipe
Caicedo. Confiando
en sus posibilidades y con un nuevo técnico que ha sabido explotar al máximo
los recursos de sus jugadores, el Levante comenzó la liga como un ciclón y
aunque ya no tiene el fuelle del principio de temporada, lo cierto es que los
valencianos han sabido administrar perfectamente la renta que sacaron al inicio
de liga y en estos momentos se encuentran en un envidiable 4º lugar que le
daría derecho a disputar la próxima Liga de Campeones. Posiblemente,
en esta recta final se acabe desinflando, pero el Levante sigue firme en su
sueño de conseguir clasificarse por primera vez en su historia para una
competición europea.
De todos modos, los números del Levante no
atemorizan. 12 victorias, 5 empates y 10 derrotas con 38 goles a favor y 37 en
contra serían registros para estar en la mitad de la tabla en una liga normal,
pero en estos tiempos que corren, por el simple hecho de tener más victorias
que derrotas puedes alcanzar la zona noble, dada la igualdad reinante entre
casi todos los equipos.
Desde el punto de vista estadístico, la Real
Sociedad nunca ha perdido con el Levante en San Sebastián aunque el equipo
valenciano nos ha arañado varias veces empates dolorosos. Un ejemplo sería el 1-1 de la temporada pasada
en un encuentro que pudo situarnos en puestos europeos pero que fue el
principio de una racha lamentable que casi nos manda a Segunda División.
A día de hoy, creo que objetivamente no hay
riesgo serio de descenso. Aunque ocupemos el puesto 14 de la clasificación, la
distancia con el infierno sigue siendo de 9 puntos. Aun así, ojo a esta jornada en la que
Sporting y Racing juegan en casa. Si la Real no suma los tres puntos ante el
Levante y pierde el sábado en el Bernabeu puede ver menguado ostensiblemente su
margen de maniobra, y los nervios pueden volver a aflorar. Por tanto, la escuadra txuri urdin debe plantear este
partido con la máxima concentración para intentar sumar la quinta victoria
consecutiva en Anoeta y consolidarse en la zona templada de la liga.
La Real en su dulce hogar; con el cobijo de sus
admirables aficionados; con la tranquilidad para crear y materializar sus
oportunidades; y con un entrenador que delira menos que en sus desplazamientos,
se ha convertido en una máquina bastante bien engrasada. Confiemos
en que el Levante sea la quinta víctima seguida del poderío realista en Anoeta
y que los sufridos seguidores que apostaremos por ir al estadio (a pesar de que
el día, la hora, el clima y el rival no atraigan mucho), obtengamos una
recompensa a nuestra devoción por la Real.
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