miércoles, 21 de marzo de 2012

HOGAR, DULCE HOGAR

Sin apenas coger un respiro, la liga vuelve y para la Real lo hará hoy a partir de las 20:00 horas en Anoeta recibiendo a la gran sensación de esta liga: el Levante de Juan Ignacio Martínez.

Desde que comenzó la segunda vuelta, la Real ha entrado en una dinámica simple: gana todos sus partidos de casa y pierde todos los que juega fuera. Cuatro victorias seguidas en Anoeta y cuatro derrotas consecutivas a domicilio, son la muestra de que la Real Sociedad en estos momentos ha encontrado en su estadio un refugio en el que puede mostrar su mejor versión y ocultar todas las carencias que muestra fuera de la provincia.

No me han gustado los paños calientes que cierto sector de la prensa ha puesto a la derrota en Getafe. La Real no perdió por mala suerte. La mayor virtud que debe tener un futbolista es definir sus oportunidades y los jugadores realistas protagonizaron un cúmulo de despropósitos en el arte de materializar las ocasiones de gol (recordemos que Moyá apenas tuvo que hacer paradas con lo que fue más demérito de la Real que acierto del portero rival). 
También he echado en falta una mayor crítica hacia Philiphe Montanier por una política de rotaciones que al menos en mi caso, resulta difícil de comprender.

Evaporadas prácticamente las ilusiones europeas, a los seguidores de la Real no nos queda otro remedio que consolarnos con el hecho de que al menos en nuestros asientos de nuestro querido estadio, podemos ver a una Real sólida que se ha hecho respetar a base de victorias y de practicar en ocasiones un fútbol brillante.

Sin embargo, esta tarde la Real tendrá enfrente a un hueso duro de roer que intentará acabar con la buena racha realista en Anoeta. El Levante se ha ganado por merecimiento propio el calificativo de revelación de la liga 2011-2012. En verano, los levantinistas entraban en todas las quinielas como uno de los candidatos firmes a descender a Segunda División, al disponer de una limitada plantilla que tenía que encajar la marcha del entrenador que le devolvió la esperanza -Luis García- y de su estrella Felipe Caicedo. Confiando en sus posibilidades y con un nuevo técnico que ha sabido explotar al máximo los recursos de sus jugadores, el Levante comenzó la liga como un ciclón y aunque ya no tiene el fuelle del principio de temporada, lo cierto es que los valencianos han sabido administrar perfectamente la renta que sacaron al inicio de liga y en estos momentos se encuentran en un envidiable 4º lugar que le daría derecho a disputar la próxima Liga de Campeones. Posiblemente, en esta recta final se acabe desinflando, pero el Levante sigue firme en su sueño de conseguir clasificarse por primera vez en su historia para una competición europea.

De todos modos, los números del Levante no atemorizan. 12 victorias, 5 empates y 10 derrotas con 38 goles a favor y 37 en contra serían registros para estar en la mitad de la tabla en una liga normal, pero en estos tiempos que corren, por el simple hecho de tener más victorias que derrotas puedes alcanzar la zona noble, dada la igualdad reinante entre casi todos los equipos.
Desde el punto de vista estadístico, la Real Sociedad nunca ha perdido con el Levante en San Sebastián aunque el equipo valenciano nos ha arañado varias veces empates dolorosos. Un ejemplo sería el 1-1 de la temporada pasada en un encuentro que pudo situarnos en puestos europeos pero que fue el principio de una racha lamentable que casi nos manda a Segunda División.

A día de hoy, creo que objetivamente no hay riesgo serio de descenso. Aunque ocupemos el puesto 14 de la clasificación, la distancia con el infierno sigue siendo de 9 puntos. Aun así, ojo a esta jornada en la que Sporting y Racing juegan en casa. Si la Real no suma los tres puntos ante el Levante y pierde el sábado en el Bernabeu puede ver menguado ostensiblemente su margen de maniobra, y los nervios pueden volver a aflorar. Por tanto, la escuadra txuri urdin debe plantear este partido con la máxima concentración para intentar sumar la quinta victoria consecutiva en Anoeta y consolidarse en la zona templada de la liga.

La Real en su dulce hogar; con el cobijo de sus admirables aficionados; con la tranquilidad para crear y materializar sus oportunidades; y con un entrenador que delira menos que en sus desplazamientos, se ha convertido en una máquina bastante bien engrasada. Confiemos en que el Levante sea la quinta víctima seguida del poderío realista en Anoeta y que los sufridos seguidores que apostaremos por ir al estadio (a pesar de que el día, la hora, el clima y el rival no atraigan mucho), obtengamos una recompensa a nuestra devoción por la Real.

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