El sábado Montanier perdió
el derecho a seguir entrenando a la Real Sociedad la temporada que viene. Lo
del Bernabéu ha sido una mancha más en su historial como entrenador de la Real,
que ha su vez también lo ha sido en la cartilla de este centenario club.
¿Qué se consigue saliendo a
no perder? Perder, siempre perder. Y así paso en Madrid, donde la cobardía y la
docilidad del francés condenó al equipo a una derrota que ya se veía antes
incluso de empezar, sólo con observar la alineación inicial.
No es ahora tiempo de creer
que era factible sacar algo positivo de un campo como el de los merengues, pero
si a esa baja probabilidad se le suma el miedo a encajar, salir a que no te
goleen y una imperdonable defensa de cinco, el resultado siempre suele ser volver
a casa con un saco de goles a la espalda.
¿Quién podía imaginar sacar
algún punto el sábado con el planteamiento de Montanier y la desidia de los
jugadores? Pues ni el entrenador ni los jugadores estuvieron a la altura que se
le supone a la Real, ofreciendo una imagen bochornosa e hiriente para todos
aquellos que seguimos y sufrimos con nuestro equipo.
¿Para qué sirve alinear a
cinco defensas si en el minuto 6 Higuaín remata solo a gol? Supongo que
Montanier planteó así el partido con la esperanza de contener al Madrid y
aguantar el resultado, pero cualquiera que conozca bien a la Real y lo que
supone jugar ahí sabe que un esquema así es sinónimo de bochorno y de ridículo.
Pues sigo pensando que lo
del pasado fue un tremendo ridículo y una manera dantesca de manchar a un
equipo que es grande, por mucho que hoy en día se comporte como un equipo del
montón. Jugaron sin alma, sin más intención que no salir goleados. Una cosa es
la chapucera táctica del francés, pero la actitud de los jugadores también es merecedora
de crítica.
En una temporada como ésta,
donde estamos comiéndonos disgusto tras disgusto, está cada vez más claro que
lo que le falla, y falta, al equipo es actitud. En el Bernabéu hay que salir a
comerse la hierba y a pelear todo, sin dar tregua a uno de los mejores equipos
que ha tenido el Madrid en años. Pero no, el equipo donostiarra salió a verlas
venir, y así vio el tempranero gol del argentino, que echó por tierra cualquier
atisbo de sacar algo positivo.
Sin alma jamás se consigue
nada, y la imagen de los jugadores txuri-urdin deambulando por el campo,
dejándole jugar al Madrid es algo que los aficionados no nos merecemos.
Más de lo mismo
Podría seguir párrafos y
párrafos escribiendo sobre el partido del sábado, pero todos sabemos lo que
tenemos. Un entrenador que no sabe lo que significa la Real Sociedad y que a
día de hoy está haciendo de la mediocridad virtud, y unos jugadores sin
carácter que permiten que se manche tanto la imagen de nuestro equipo, pues en
Madrid parecíamos un equipo cualquiera, no una institución con tanto peso e
historia como la Real.
Tres derrotas seguidas nos
llevan a seguir sufriendo mirando abajo. Los aficionados no somos ilusos,
conocemos muy bien las limitaciones que tiene el equipo, pero eso no es excusa
para que seamos más exigentes y pidamos que si tenemos que visitar un campo tan
difícil no sea haciendo pasillo a un Madrid que no tuvo rival en su casa.
Diez partidos para acabar la
liga. Más les vale espabilar para no llegar al último tramo perseguidos por el
tufo de los puestos de descenso. Tiemblo con sólo pensar en un final de liga
apretado y sufriendo para salvarnos. Otra vez, y van...
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