RONDA DE CHIRINGUITOS

Este año ha sido futbolístico intenso, ciertamente como todos, o casi, con picos y valles, con loas y críticas. Meses en los que la Real ha mantenido una trayectoria irregular, en los que ha alternado partidos óptimos con otros en los que hacían saltar todas las alarmas. Meses que, sin embargo, hay que darlos por positivos ya que el club ha logrado dar un paso más hacia la consolidación en Primera sin excesivos agobios, si bien, también hay que decirlo, los rivales esta vez han ayudado lo suyo, no sólo a la Real, si no a todos los equipos que luchan, de inicio, por la permanencia.

Concluida la campaña y habiendo pasado revista de la misma por unos y otros, no queda lugar a la duda de que el objetivo era la salvación, primera exigencia para un Montanier confirmado en su puesto y al que, tras el verano, eso sí, va a tener que sacar mejor nota, ya que el ‘5’ raspado no servirá. Claro que ésta es una conclusión que ha extraído el arriba firmante. Y que podría ser errónea, dependiendo del paso de los acontecimientos y alcanzado el siguiente periodo estival, de aquí a un año. Lo digo por lo del famoso “salto de calidad”, excusa para justificar el cambio de cromos en el banquillo, que terminó por convertirse en “conseguir de nuevo la permanencia”. Que el mensaje desde las altas instancias del club sea claro y cale hondo en los aficionados es fundamental. Sigo pensando que en ese terreno hay muchísimo que mejorar. Pero no deja de ser una simple opinión. Ahí queda.

A punto de alcanzar el ecuador de junio, los futbolistas, tanto los que siguen seguro como los que no las tienen todas consigo están de chiringuitos. Unos más cerca, otros más lejos. El 2 de julio todos ellos, salvo repentino cambio de rumbo en algún caso muy determinado, estarán presentes en Zubieta para arrancar la pretemporada. Entre ellos, ‘Chory’ Castro, hasta ahora único fichaje, y los canteranos Ros y Pardo, integrantes de la primera plantilla a todos los efectos desde ya. Justo la víspera concluirá la Eurocopa. Punto y final al clásico campeonato en el que los representantes hacen su agosto particular y fecha a partir de la cual comenzará, ya en serio, el baile de futbolistas. Todas las cartas estarán sobre la mesa. No parece que la Real vaya a precipitarse en este sentido. Sigue existiendo confianza en que volver a ver a Vela de blanquiazul sea una realidad y no una quimera. Yo lo sigo viendo en arameo, pero ojalá esa confianza se concrete y logren la firma del mexicano. Difícilmente encontrarán en el mercado un perfil de futbolista similar al que poder convencer. La resolución del caso, no obstante, parece que va para largo.

La intención es volver a jalear desde la grada con el arranque del próximo curso. Para entonces ya estará todo el pescado vendido. O casi. En los despachos de Anoeta tienen, y mucho, trabajo por delante. La recompensa no puede ser más satisfactoria: ilusionar a toda una afición. Nos vamos de vacaciones. Pero volveremos. El año que viene hay que dar un paso al frente. Feliz verano a todos.

Los filiales también juegan

En los últimos años hay numerosos casos de futbolistas que, perteneciendo a un club, tanto en su primer equipo como en el filial, no son renovados, firman por otro y a los años terminan regresando con el consiguiente despilfarro económico para el club de origen. En la Real, el ejemplo más cercano es el de Llorente. Ahora, dos futbolistas del Sanse, Eneko Eizmendi e Iñigo Rodríguez, salen al ‘B’ del Betis y del Sporting, respectivamente. Cada uno tendrá su casuística particular y Loren tendrá sus razones. El Betis vuelve a utilizar el ‘método Beñat’. Y el Sporting, a pesar de disponer de Mareo, recluta en Donostia. Esperemos no tener que arrepentirnos.