La primera parte
sólo tuvo un dueño: la Real Sociedad. Desde el minuto inicial, la Real llevó
claramente las riendas del partido dominando la posesión y llegando con
facilidad al área de un bisoño Celta.
El peligro
llegaba en todo tipo de jugadas (córners, asistencias por las bandas, llegadas
por el centro…..), pero el gol se resistía a llegar.
En el minuto
16, tuvimos la mejor ocasión con un remate de cabeza de Agirretxe que se
estrelló en el palo. El rechace llegó a Ansotegi que a puerta vacía volvió a rematar
a la madera. La maldición de los postes sobrevolaba Anoeta. Sólo un
minuto después Agirretxe batía a Javi Varas, pero Pérez Montero, anuló el gol
por un inexistente fuera de juego.
A pesar de
las adversidades, la Real no desistía en su esfuerzo destacando un inconmensurable
Antoine Griezmann que en una posición más centrada a la que suele ser habitual,
generaba peligro con regates de ensueño y asistencias de un genio. El francés
también tuvo en sus botas marcar en la primera parte, pero de nuevo el poste lo
evitó.
Sin noticias
del Celta en toda la primera parte. Bravo no tocó el balón en los primeros 45
minutos ante la inoperancia celtiña que bastante hacía con no encajar un gol. 0-0 al descanso y ovación en la grada.
La Real estaba jugando muy bien y solo la mala suerte impidió irnos al descanso
con ventaja.
El segundo
periodo fue otra historia. La archiconocida caraja con la que en ocasiones la
Real afronta los minutos iniciales de una de las partes, volvió a hacer acto de
presencia. Algunos
viejos vicios no terminan de desaparecer y la Real pagó un precio caro. Tras
dos avisos, el Celta logró dar a la diana en el minuto 48, con un potente
remate de De Lucas. Miedo en
Anoeta. Lo que tenía pinta de ser un partido cómodo, se había convertido en un
inesperado 0-1 y la presión se cernía sobre los jugadores realistas.
Sin embargo,
esta Real tiene esta temporada muchas y buenas bazas ofensivas, y lo volvería a
demostrar de inmediato. Cinco
minutos después del gol del Celta, llegaría el empate tras una jugada de
maestro de Griezmann que tras driblar a varios contrarios puso en bandeja el
balón a Agirretxe que esta vez no perdonaría ante Varas. El gol dio
alas a la Real que siguió insistiendo. Vela en un acto de coraje encomiable
luchó y recuperó un balón en la frontal del área para que finalmente Agirretxe
volviera a llevar el balón a las redes.
En apenas
doce minutos, la Real tuvo la capacidad para reaccionar ante un marcador
adverso y ponerse con ventaja en el marcador. A partir de
ahí, el encuentro se convirtió en un correcalles. A la Real le faltó
controlar más el balón y se pusieron en evidencia el talón de Aquiles de esta
Real que se encuentra sin duda en una blanda defensa y la falta de un pivote
defensivo que sepa contemporizar en este tipo de partidos.
En el tramo
final, hubo ocasiones claras para ambos equipos, pero el marcador no se movió y
Pérez Montero puso fin al encuentro. La Real
había ganado con justicia un partido que dominó con claridad hasta el tramo final,
y la grada recompensó su esfuerzo con una ovación de reconocimiento.
Esta Real demostró ayer que tiene un ataque de altos vuelos. Desde el año del
subcampeonato, la Real no tenía tanto y tan bueno para elegir de mediocampo
para arriba.
Agirretxe
sigue teniendo el mismo instinto que el del año pasado y está mucho mejor
acompañado. De Griezmann no tengo más que elogios. Este va a ser el año de este
centrocampista francés que tiene magia en sus botas y si las lesiones lo
permiten, esta temporada va a sentar cátedra.
Qué vamos a
decir de Carlos Vela. Sin estar físicamente al 100%, lo que ha hecho hoy en el
segundo gol, sólo está al alcance de los elegidos. Chory Castro
y Rubén Pardo sólo han tenido unos minutos, pero han vuelto a destapar el tarro
de sus esencias. Por su parte Xabi Prieto, aunque sea a cuentagotas, sigue siendo un jugador desequilibrante.
Tenemos al
menos media docena de jugadores ofensivos que están llamados a ser los elegidos
para llevar a la Real al lugar al que todos deseamos. Si conseguimos
pulir nuestros problemas defensivos, vamos a vivir una gran temporada. Ayer todos salimos con una sonrisa en la boca de Anoeta.
Ahora sólo
queda pensar en el siguiente partido ante el Mallorca (lo emitirá La Sexta). Debemos seguir sumando de tres en tres, porque esta
Real está llamada a hacer una campaña de altos vuelos. Pocas plantillas pueden
presumir en esta liga de tener tantos quilates arriba. El Mallorca debe ser la
próxima víctima y poco a poco seguiremos escalando en la clasificación.
Aupa
Real.
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