martes, 25 de septiembre de 2012

Ni Un Domingo Sin Ti - DESAPARECER Y NO HACER 'CHASSSSSS'

Levante 2-1 Real Sociedad

Cuando éramos pequeñas, mi hermana y yo solíamos pasarnos horas y horas en casa de mi prima inventado mil y un juegos. Cogíamos saltamontes y mariposas, correteábamos por el jardín, nos tirábamos con sacos cuando nevaba, le pintábamos la fachada a mi tía con tizas de colores (¡¡no sé cómo seguimos vivas para contarlo!!) le destrozamos el jardín para hacer tartas con pétalos de flores, encerrábamos almejas y otros animales en recipientes de cristal construyendo nuestro propio zoológico por el que pretendíamos cobrar entrada…
Un día, cuando llegamos a su casa, nos recibió emocionada porque acababa de inventar un juego guay: sintetizar la fórmula para hacernos invisibles. Nos miramos incrédulas pero la inocencia infantil y su entusiasmo nos hizo creer a pies juntillas que mezclando pegamento, azúcar y alguna que otra sustancia que no alcanzo a recordar, conseguiríamos hacer realidad el sueño de todo niño y de la mayoría de los adultos. No había pegamento en casa, pero teníamos un plan: rascar todas las pegatinas de una colección de cromos de ‘Tom y Jerry’ obteniendo una masilla viscosa que sería el ingrediente principal de nuestra pócima secreta. Mientras trabajábamos, imaginamos mil situaciones en las que sacar partido a nuestro nuevo Don. ¡¡¡Qué emoción!!!
Después de refregar toda la tarde, miramos el mejunje resultante y ninguna nos ofrecimos a hacer de conejillo de indias porque, si, teníamos la fórmula, pero… ¿y el antídoto? ¡¡Cómo podíamos haber cometido un error tan básico!!! Sumidas en nuestra frustración, oímos a alguien gritando desde la cocina ‘¡¡¡merienda!!!’ Salimos las tres corriendo dejando la mesa llena de papelillos y no volvimos a acordarnos nunca más de aquello… Hasta el domingo.
El Levante era el rival que te esperaba a las 16:00 de una calurosa tarde de viento sur. El partido empezó con Griezzman actuando de falso nueve y Jose Angel en la posición en la que no le gusta jugar. Sin Agirretxe, Montanier tampoco confió en Diego Ifrán para dar agresividad a una delantera sin referencia durante todo el partido. Las fuerzas de Antoine chocaban una y otra vez de espaldas a la portería contra el veterano Ballesteros; Claudio Bravo volvía a ser el actor principal de la comedia de lo absurdo e Iñigo Martínez no conseguía templar un ímpetu juvenil que le llevó en la segunda mitad a cometer el penalti que supuso el empate y el interruptor que te apagó por completo.
El ‘zurudazo’ de ‘Zurudin’ y el aguante de los primeros 45’ minutos me llevaron a soñar que la victoria era posible. El Levante había jugado competición europea entre semana y se le notaba cansado, un escenario inmejorable para romper la mala racha lejos de Anoeta. Pero como por efecto de alguna pócima, desapareciste y el debutante Martins aprovechó la coyuntura para sentenciar el encuentro a favor de los granotas.
El conformismo de Montanier y su mala gestión de los cambios nos llevaron a cosechar una nueva derrota en un partido que nunca debimos perder. Con cara de idiota vi al Levante venirse arriba celebrando el 2-1. ¡¡Regalo del cielo!! Burla a la caricatura de lo que soñé que podrías llegar a ser… a lo que creo que serías si no estuviera Montanier.
Me niego a pasar una temporada más subida en tu montaña rusa de penas y glorias, a conceder el beneficio a de la duda a un entrenador que se conforma con un empate cuando debería estar cabreado y tirándose de los pelos, maldiciendo su suerte y poniéndoles las pilas a los suyos en vez de congratularles con sesiones de SPA.
Sin lugar a dudas, en algún momento bebiste de aquélla ilusión infantil para desaparecer en el Ciutat de Valencia sin preocuparte de descubrir la fórmula para volver de tu ensimismamiento. ¿La sabes? Creo que no, y Montanier tampoco. No intentaste ni hacer ‘chasssss’ para aparecer a mi lado y comprobar si el antídoto siempre ha estado en la letra de aquella canción de Alex y Cristina. Pero no hiciste NADA.
¿Puedo preguntarte una cosa? ¿qué había al otro lado para que no quisieras volver? ¿Viste el balón del penalti de Sergio Ramos? ¿mis ilusiones perdidas? ¿está la verdad ahí fuera? Quizás pensaste que desapareciendo en el césped no podría ver cómo abandonabas el campo sin dignarte a mirar a los ojos a una afición que mantuvo el tipo y que un año más abandonaba el estadio sin puntos ni dignidad.
Puede que para ti esto sea un juego de niños o que yo le dé al asunto más importancia de la que tiene… Tú dormirás tranquilo en tu cama de plumas pero mis sueños siguen jugando al escondite con tu actitud conformista. Y siempre pierden. A unos días del Derby, urge encontrar el antídoto para que vuelvas a nuestra dimensión…
Que tu trabajo y carácter sean el pegamento y azúcar del brebaje de tu retorno.

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