El arquero chileno celebra la treintena siendo uno de los pesos pesados del vestuario y uno de los extranjeros que más veces ha defendido el escudo de la Real Sociedad
Hoy cumple 30 años Claudio Bravo, guardamete que llegó a la Real Sociedad en una campaña de infame recuerdo, la del descenso. Lo hizo del Colo-Colo, donde fue quemando etapas desde que debutara en 2002. Aquella temporada 2006/2007 comenzó sin jugar, pero la llegada de Miguel Ángel Lotina le hizo titular. Debutó en Mallorca dejando su portería a cero. Termino jugando 29 partidos, recibiendo 29 goles. Pese a ser una de las pocas cosas positivas de aquel año, no logró impedir el descenso de categoría.
Ya en Segunda División vivió su momento más complicado. La primera temporada no jugó un solo minuto. El hecho de que no levantara la voz ni se quejara públicamente en ningún momento le hizo ganarse la simpatía del público. La salida de Riesgo al Recreativo de Huelva le hizo ser portero titular en la siguiente campaña, en la que ganó el Trofeo Zamora y fue nombrado mejor portero de la categoría.
Pero sin duda alguna, el mejor, o uno de los mejores momentos vividos en Anoeta, nos lo dejó al año siguiente, en 2.010, cuando marcó un gol de falta al Nástic de Tarragona. Esa temporada, la del ascenso, sufrió una lesión frente al Córdoba que hizo peligrar el Mundial de Sudáfrica para él y le hizo perderse los últimos partidos. El galardón de mejor arquero de la Liga Adelante volvió a recaer en él.
Por fin volvía a Primera División, donde lleva tres temporadas siendo titular indiscutible y siendo uno de los pilares de esta Real Sociedad que tan de moda está ahora. Sólo las lesiones y las llamadas de su selección le han impedido jugar.
De sus características poco hay que decir que no se sepa. Un golpeo del balón extraordinario que muy pocos porteros en Europa tienen, mucha rapidez de piernas, unos reflejos felinos y mucha autoridad tanto por alto como con sus compañeros, que le hacen ser uno de los pesos pesados del vestuario.
Lo mejor de todo, que tanto él como su familia ya han echado raíces en Donostia, donde ha encontrado un segundo hogar. Será difícil, muy difícil sacarle de aquí. Y es algo que tenemos que celebrar, como lo hará él el día que cumple 30 años.


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