miércoles, 21 de noviembre de 2012

UNA REAL POR FIN A TODA VELA

Foto: R.Plaza
La exhibición ofensiva de la Real ante el Rayo deja abierta dos lecturas relacionadas con Philippe Montanier. La primera, indiscutible, es la cuota de responsabilidad que tiene en que este equipo pueda llegar a jugar tan bien y a desarbolar a un adversario de Primera como hizo ante el conjunto franjirrojo. Y segundo, teniendo en cuenta el potencial de la pareja Illarramendi-Pardo, que nos explique alguien cómo es posible que no haya apostado antes por una fórmula que garantiza fútbol, espectáculo y victorias.

De verdad, resulta casi imposible de creer que, tras 17 meses en Donostia, el del lunes fuese el segundo encuentro que disputó el riojano de titular en Anoeta. En ambos, algo que no es difícil de imaginar, salió a hombros, aclamado por una grada rendida ante la categoría de un chaval que apunta a estrella a escala mundial. A sus 20 años, no elude ninguna responsabilidad. Si le sacas, sabes quién va a mandar en el encuentro. Siempre pide el balón y en el 90% de los casos mejora la situación de la jugada. Aparece en todos las partes del campo y lo hace todo bien. Hace mejores a sus compañeros. Nunca se equivoca. Toca con precisión en corto y en largo y con las dos piernas. Conduce. Saca las jugadas de estrategia. Da asistencias de gol, ayer dos, ambas de calidad, una con la derecha y otra con la izquierda.

Y encima, por si fuera poco y pese a que su posición ideal sea la del cerebro en el doble pivote, encima tiene llegada. Si marca la volea que intentó a la media vuelta, igual sale más barata la reforma del estadio porque se derrumban las gradas. Un verdadero escándalo. Y, claro, si un entrenador no es capaz de ver lo que tiene en su vestuario cuando estamos hablando de algo superlativo, apaga y vámonos.

No me gustaría que esta crónica fuese solo una crítica al técnico de Vernon, porque cometería una absoluta injusticia. La Real completó una de sus mejores actuaciones en las últimas campañas. El equipo realista fue una apisonadora, capaz de producir fútbol de muchos quilates y de no parar de generar ocasiones de gol. Y si lo hizo, también hay que decirlo, fue porque su entrenador se dio cuenta de que la fórmula a la que había recurrido, que no había inventado porque su afición venía reclamándosela a gritos, funcionó en Málaga y no modificó nada más que la portería.

A los dos minutos, Diego Ifrán ya había adelantado a los suyos al recibir una asistencia sublime de Pardo con la zurda, pero Mateu anuló la jugada por una mano dudosa en el control. Las imágenes de televisión tampoco esclarecen con nitidez si el charrúa la amortigua con el brazo o simplemente hace el gesto y se la lleva con el pecho-hombro. El caso es que el colegiado valenciano, que parece tener gusto por quitar goles a los blanquiazules, invalidó la acción y amonestó al uruguayo. No importó demasiado. Pronto comenzó el vendaval ofensivo de los locales, que a los nueve minutos ya se habían cobrado dos amarillas en los laterales franjirrojos.

El conjunto madrileño salió valiente a partirse la cara a pecho descubierto con la Real, pero en Anoeta, ante un cuadro local de tanto potencial, es una aventura complicada y exigente. Muy bien le tenían que salir las cosas para llevarse los tres puntos ante un bloque que por fin aprovecha todo su potencial con una sala de máquinas formada por dos jugadores que pueden marcar una época en el club si no se los llevan antes gigantes europeos.

Salvo dos sustos de Leo Baptistao, que confirmó su fama al dejar atrás a Iñigo Martínez con internadas de mucho mérito, Bravo no pasó apuros antes del descanso. A los 25 minutos un disparo de Chory lo desvió a córner Gálvez con la mano, lo que fue un claro penalti que también obvió Mateu. Fue la antesala de los dos tantos en tres minutos que dejaron el partido encarrilado para los blanquiazules. Las jugadas nacieron en De la Bella. En el primero, el lateral metió un balón a la espalda de la zaga, Xabi Prieto tocó para Ifrán y el recorte de este lo aprovechó para marcar un Vela que acompañaba la acción con una diagonal vertiginosa. A los pocos segundos, el lateral intentó entrar en el área con caño incluido a Gálvez, el rechace le llegó a Illarramendi, que para variar hizo lo que tenía que hacer, que era dejársela a Pardo, este amagó y se la puso en bandeja a Vela, quien anotó con su habitual disparo con rosca al palo contrario. 2-0.

Pudo aumentar la goleada

Con el Rayo noqueado, los realistas se gustaron y pudieron abrir más brecha con la citada volea de Pardo y un cabezazo de Iñigo a saque de esquina del riojano en los que en ambos se lució Cobeño. Casi al final, Ifrán rozó su tanto, pero el meta desvió su remate, que se había envenenado tras tocar en un zaguero.

En la reanudación, Paco Jémez sacó un delantero, Delibasic, y quitó a un lateral. El técnico fue fiel a su filosofía, pero su apuesta era un todo o nada que tenía pinta de ser condenada al fracaso a la primera contra con sentido que enlazasen los realistas. Tras un par de avisos en disparos de Piti y Javi Fuego, al cuarto de hora llegó el contragolpe esperado que sentenció el duelo. La acción fue una maravillosa jugada coral, que inició y finalizó Mikel González, y que contó con la ayuda de un centro perfecto con la derecha de Vela y de un cabezazo en boca de gol de Ifrán, que empujó el central. En pleno delirio de Anoeta, la Real anotó el cuarto por medio de Chory Castro, que aprovechó con violencia una asistencia de Pardo, ¿quién si no?

A partir de ahí se abrió la veda circense y solo faltó la mujer barbuda. Iñigo intentó su gol desde su campo, Carlos Martínez se picó y también probó fortuna, De la Bella remató de cabeza en el área pequeña. Montanier quitó a Ifrán y sacó a Markel…

Pese a las incontables llegadas, los realistas no marcaron el quinto gol. El equipo txuri-urdin sumó el deseado segundo triunfo consecutivo por primera vez en esta Liga, lo que le permite colocarse a las puertas de la zona noble de la tabla si derrota a Osasuna el viernes. Los blanquiazules parecen avanzar aprovechando su máxima potencia y a toda Vela.

Si tenemos en cuenta que en el banquillo se encontraban Zurutuza, Griezmann y Agirretxe, no es extraño que podamos soñar con empresas mayores para esta campaña y que hayamos decidido no mirar más por el retrovisor hasta otro año. O época. Desde luego, mientras duren Illarramendi, Pardo y Vela, parece obligado mirar siempre hacia arriba con ambición.


Noticias de Gipuzkoa

No hay comentarios:

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...

TODAS LAS NOTICIAS
POR FECHAS