El técnico dice en L'Equipe que la clave de la reacción ha sido "no cambiar nada"
A pocas personas le sentó tan bien la goleada en Valencia como a Philippe Montanier. El francés, que nunca se sale de un moderado guion preestablecido en sus declaraciones en Zubieta, sacó pecho en una pequeña entrevista concedida al corresponsal de L'Equipe en Madrid, Fréderic Hermel, en los momentos posteriores al triunfo en Mestalla. Según su opinión, la clave de la interesante reacción protagonizada por el equipo tras tocar fondo con la derrota frente al Espanyol, se debe a que ha sido fiel a su estilo:
"No he cambiado nada. He mantenido mi idea. Si hemos encadenado tres victorias y un empate en Liga en cuatro encuentros, es porque hemos hecho prueba de una mayor constancia y abnegación en el juego. También hemos demostrado más concentración y eficacia. No se puede olvidar que contra el Valencia nos faltaban tres medios titulares (Gorka Elustondo, Asier Illarramendi, y Markel Bergara) y es el colectivo quien les ha compensando".
El galo, que hasta la fecha apenas se había posicionado sobre las peticiones de dimisión procedentes de su afición, no dudó en mostrar su orgullo justo cuando parece confirmarse que lo va a tener complicado para que le renueven el contrato en junio:
El galo, que hasta la fecha apenas se había posicionado sobre las peticiones de dimisión procedentes de su afición, no dudó en mostrar su orgullo justo cuando parece confirmarse que lo va a tener complicado para que le renueven el contrato en junio:
"Todo el mundo tiene derecho a expresarse. Pero, sabiendo que corro el riesgo de parecer un poco pretencioso, me gustaría recordar que estoy cumpliendo con los objetivos por los que los dirigentes del club me trajeron la pasada temporada: hacer debutar a jóvenes y mejorar el juego y la clasificación de la Real. Por ahora, estoy cumpliendo con lo pactado".
Los tres puntos de Valencia y la brillante forma con la que se alcanzaron han permitido al equipo olvidar de un plumazo la decepción por el enésimo fiasco en la Copa:
Los tres puntos de Valencia y la brillante forma con la que se alcanzaron han permitido al equipo olvidar de un plumazo la decepción por el enésimo fiasco en la Copa:
"Nos ha venido muy bien el triunfo. Sobre todo después de la eliminación de la Copa ante el Córdoba. Me siento muy orgulloso de la reacción de mis jugadores. Conseguimos marcar cuatro goles en la segunda parte ante un rival que se había quedado con diez, pero antes del descanso ya había conseguido generar muchas ocasiones. Había alineado a cinco piezas ofensivas para conseguir dicho objetivo".
Relación con Anoeta
Relación con Anoeta
Montanier parece pasar por alto un requisito indispensable para triunfar en la Real, que es conectar con la grada Anoeta. El galo sigue sin convencer del todo a una hinchada en la que gran parte recela hasta de su cuota de responsabilidad en la remontada de su equipo, tal y como se pudo comprobar el día de la exhibición ante el Rayo, cuando recibió una sonora pitada tras hacer un cambio.
Lo que seguro que no le ayuda es que gran parte de la reacción se haya fraguado en esta ocasión a domicilio. Sin contar la humillante derrota en Córdoba en la Copa, la Real lleva tres jornadas sin perder fuera, al haber cosechado un empate en Valladolid y dos triunfos en Málaga y Valencia. Por muy extraño que parezca, sobre todo si se tiene en cuenta la resaca de la pasada segunda vuelta y el comienzo del campeonato, el conjunto txuri-urdin se ha atascado en casa. En los últimos cinco partidos en Donostia, tres de ellos seguidos, solo ha sido capaz de vencer uno, el citado 4-0 ante el Rayo en el que su fútbol enamoró a sus abonados. El resto fueron dos empates, ante Osasuna y Córdoba, y otras dos derrotas frente al Atlético de Madrid y Espanyol.
A Montanier le sigue faltando un triunfo tan convincente y espectacular como el de Mestalla y que sirva para dar, de una vez por todas, el ansiado salto a la zona noble de la clasificación para salir de Anoeta reconocido y por la puerta grande. La visita del Getafe es una buena oportunidad para lograrlo.
Lo que seguro que no le ayuda es que gran parte de la reacción se haya fraguado en esta ocasión a domicilio. Sin contar la humillante derrota en Córdoba en la Copa, la Real lleva tres jornadas sin perder fuera, al haber cosechado un empate en Valladolid y dos triunfos en Málaga y Valencia. Por muy extraño que parezca, sobre todo si se tiene en cuenta la resaca de la pasada segunda vuelta y el comienzo del campeonato, el conjunto txuri-urdin se ha atascado en casa. En los últimos cinco partidos en Donostia, tres de ellos seguidos, solo ha sido capaz de vencer uno, el citado 4-0 ante el Rayo en el que su fútbol enamoró a sus abonados. El resto fueron dos empates, ante Osasuna y Córdoba, y otras dos derrotas frente al Atlético de Madrid y Espanyol.
A Montanier le sigue faltando un triunfo tan convincente y espectacular como el de Mestalla y que sirva para dar, de una vez por todas, el ansiado salto a la zona noble de la clasificación para salir de Anoeta reconocido y por la puerta grande. La visita del Getafe es una buena oportunidad para lograrlo.
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