martes, 4 de diciembre de 2012

Ni Un Domingo Sin Ti_ ¡¡¡¡¡FUROR!!!!!

Valencia 2-5 Real

Hay sentimientos tan profundos que no se pueden explicar con palabras. Sólo con pensar en una sonrisa, una palabra, una imagen, un instante... se te erizan los vellos del cuerpo y se te inundan los ojos de lágrimas de emoción. Cuando una pasión así aflora y entra en contacto con el mundo REAL se produce una descarga de júbilo, furor y éxtasis con unos efectos tan beneficiosos para la salud que deberían venir prescritos con receta médica.

En la composición de la fórmula magistral de mi fin de semana estuvieron presentes todos los principios activos que necesita el ser humano para ser feliz: amistad, amor, locura, risas, ilusión...¡magia! Y buen humor. Me adentré en un mundo fantástico al abrir la puerta de esa casita en la que ya era navidad. La REALidad no es como es, sino como la ves. Y volví a mirar a través de mis ojos de niña queriendo creer, dejándome envolver por el embrujo de esta época de ilusión en la que todo es posible. Y creí. Y lo soñé. Y se cumplió.

Todo empezó un viernes que amaneció 30 de noviembre y se convirtió en Santo Tomás al bajar del coche en Tierra de Bodegas. El olor a txistorra y el sabor de la sidra dieron la bienvenida al Olentzero y entada en sus rodillas supe que él también tiene corazón txuriurdin. Pude ver en su mirada de complicidad la certeza de que el partido de Valencia iba a ser la chispa que encendiera las cinco estrellas de mi fin de semana de cuento.

Mientras me preparaba para recibir el 'año nuevo borrikil', alguien al otro lado se disfrazó de 'mi otro yo' para convertirse en mis ojos en Mestalla. Con el gol de soldado, me fui a la ducha, donde empecé a pensar en cómo iba a enfocar este artículo si perdíamos después de haber sido eliminados de la copa... Cerré los ojos y mientras el agua caía, me dije 'Cris, es navidad, ya sabes, deséalo' Y lo deseé con fuerza.

Un 'bip-bip'encendió la mecha de nuestras pasiones y al rozar el escudo de mi camiseta de Íñigo Martínez mi corazón desnudo, sonreí y pensé. '¿Te imaginas que se cumpla?' Y se nos cumplió... ¡a todos! Y asistimos a un recital de furor txuriurdin que permanecerá para siempre en nuestra memoria

Tras varias ocasiones erradas, dos defensas se pusieron el cartel de delanteros y dieron la vuelta al marcador. Zurudin inventó un pase de oro para De La Bella, quien celebró su 27 cumpleaños marcando su primer gol en primera, con una genialidad sólo al alcance de los grandes virtuosos que dejó sentado al internacional Alves ¡¡¡un golazo que no me canso de ver!!! Mikel González celebraba doscientos partidos defendiendo nuestro escudo y no imaginó mejor regalo para su afición que remontar marcando el segundo.

Cuando el tercer 'bip-bip' me anunció que Diego Ifrán marcó el tercero salí de la habitación con mi look Nochevieja a medio hacer y grité por las escaleras buscando el abrazo de 'mi otro yo' porque no podía creer que fuéramos ganando 1-3 en Mestalla y que por fin Diego tuviera el reconocimiento a su valía.

Confieso que el 2-3 hizo que viejos fantasmas tocaran a la puerta de nuestras ilusiones, pero Agirretxe les dio una patada en el culo mandándolos bien lejos porque esta era La Noche de la Ilusión. Un quinto 'Bip-Bip' nos anunció penalti a favor. Esta vez, si. Encontré a mi otro yo y miramos el móvil como si pudiéramos dirigir el balón con la mente y cuando mi emisario escribió 'goooooooooooooooooooooooooool' con un montón de 'oes' gritamos, saltamos, coreamos el nombre de Vela y pusimos el 'lololo' en el cielo porque habíamos ganado...¡¡¡2-5, en Mestalla y juntas!!!!

Increíble, maravilloso, fantástico, una explosión de euforia porque nos merecíamos una noche así, una noche mágica... ¡¡¡una noche REAL!!! Tras la última campanada miré a mi alrededor mientras caía el confeti en mi copa de cava y en ese especial cotillón, comprendí el significado de la Felicidad: ser capaz de disfrutar olvidando los problemas rodeada de tus seres queridos dejándose llevar por el furor del momento y volviendo a la inocencia de un niño en la mañana de reyes.

Aunque al cerrar la puerta a nuestras espaldas volvimos a la REALidad, la sobredosis de aquella singular pócima hace que a día de hoy aún me dure la sonrisa y aunque los efectos secundarios traigan una pizquita de nostalgia, el sentimiento volverá a mi interior a la espera de que un nuevo encuentro me suba la bilirrubina.

2 comentarios:

Kokolotxo dijo...

Como siempre esplendido articulo, se nota que te sale del corazón...

Cris Garcia (@Cris_NUDST) dijo...

Muchas gracias, Alberto! Este es uno de los artículos más especiales que he escrito. Me emociona que te guste!
Un abrazo

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