jueves, 2 de mayo de 2013

LAS LESIONES Y LAS OPORTUNIDADES


Hay un fenómeno curioso en esta Real que roza ya la Champions. Las lesiones son abundantes pero no le afectan. Es más, me atrevería a decir que fueron una de las claves del despertar futbolístico del grupo. Retrocedamos unos meses, hasta el día en que la Real jugó en Málaga. Aquel día, con la amenazante sombra de los puestos de descenso como compañera de viaje, Montanier tuvo las bajas de Bravo, Cadamuro, Markel, Elustondo, Zurutuza y Griezmann, más las dudas de Illarramendi y Agirretxe. Al menos cuatro de las seis ausencias forman parte del once que hoy elegiría Montanier de tener a toda su plantilla disponible. Y aquel día, pese a las bajas, la Real despegó. No sólo por la victoria sino por cómo la consiguió. Desde entonces, prácticamente todos los jugadores han pasado por la enfermería, y el nivel del equipo se mantiene. Los que juegan están siempre como motos pero se paga un precio elevado en forma de lesiones. Con Pablo Balbi en la parte física en la etapa de Martín Lasarte apenas hubo lesiones musculares, pero el equipo llegaba a los finales de temporada más tocado. Modelos diferentes, riesgos diferentes.

Aunque puede ser un talón de aquiles en el caso de no tener suerte con los recambios, no notar las ausencias es una de las razones por las que la Real está ahora donde está. Las bajas, que han llegado en muchos casos en el mejor momento de los futbolistas, no merman su potencial. Montanier ha hecho auténticos ejercicios de equilibrista para solventar este problema, ha movido sus piezas, eludiendo tener que tirar del Sanse o dar minutos a los jugadores que más apartados tienen de su núcleo duro. Ha sobrevivido incluso a las ausencias de sus dos centrales sin que haya habido consecuencias más allá de alguna jugada puntual. En el ataque, todos los jugadores han rotado sin que la eficacia goleadora del grupo se haya resentido. E incluso en el centro del campo se ha mantenido casi siempre el caudal de juego txuri urdin aún produciéndose alteraciones muy significativas en el doble pivote. Sin embargo, es ahí donde la Real tiene su mayor quebradero de cabeza. La ausencia de Illarramendi es, hoy por hoy, la más difícil de cubrir para Montanier.

Illarra ha jugado 29 partidos en la presente Liga, todos ellos como titular. En los cuatro que se ha perdido hasta la fecha ocuparon el doble pivote Pardo y Zurutuza (Mestalla y Santiago Bernabéu), Markel y Zurutuza (Betis en Anoeta) y Elustondo y Markel (Reyno de Navarra) Fue en Pamplona, precisamente el más reciente de esos precedentes y con la pareja que más dudas suscitó, donde más se acusó la baja de este futbolista, entonces por sanción. Las ausencias para Getafe del propio Illara, Elustondo, Xabi Prieto y más que probablemente Ros, dejan al técnico francés sólo tres posibilidades para el doble pivote. Y esto, una vez más, supone reabrir el debate sobre Pardo. Da igual que hablemos de la etapa en la que la situación del equipo generaba preocupación o la actual, en la que lo que provoca es ilusión, éste es uno de los temas de la temporada. Y es bastante evidente que hay un problema, por mucho que el chaval no haya lanzado quejas en público o que el entrenador siga echándole flores a pesar de no ponerle en el once.

Debido a la ausencia de confianza previa, hemos llegado a un punto en el que la no titularidad de Pardo tiene razones lógicas. No es fácil dar la manija del equipo a un jugador que no tiene tono de competición por su prolongada ausencia, aunque Montanier no ha tenido miramientos en que Elustondo, Markel o Zurutuza pasaran directamente de la enfermería al terreno de juego. Pero tiene que quedar claro que jugar minutos de la basura o ser un cambio para perder tiempo no es dar la oportunidad de competir a un futbolista. Las oportunidades llegan con las ausencias de quienes forman el once tipo, escogido lícitamente por el entrenador en función de sus preferencias. Ausencias como las de ahora. Como la que sí aprovechó Pardo en Málaga y después aunque no redundara en más minutos para él cuando regresaron los ausentes.

No sé qué hará Montanier en Getafe, pero creo que casi todos intuimos que Pardo se quedará en el banquillo viendo a un doble pivote formado por Markel y Zurutuza. Y no es una opción criticable, viendo el rendimiento que ambos dieron en la espectacular victoria ante el Valencia, el primero desde el inicio y el segundo como primer recambio en la segunda mitad. Pero si Pardo siempre es el que se queda fuera, estamos desperdiciando su potencial. ¿Hasta cuándo? Buena pregunta.

Más información y artículos en Corazón Txuri Urdin.


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