Ni Un Domingo Sin Ti _ SUMANDO ESTRELLAS

Ganamos al Sevilla. Tres puntos más. Sesenta y dos en nuestra cuenta actual a seis del final. Somos cuartos. Quedan dos partidos para ascender a los cielos europeos y besar las estrellas de la Champions. La Real no sólo vence, sino que convence. Somos el equipo revelación manteniendo durante varias jornadas la cuarta plaza. Una racha de cuatro meses sin perder. Vencer en campos difíciles, lograr remontadas históricas. ¿Por qué no estoy feliz?

He disfrutado tanto esta temporada que la euforia interna se me diluye. La Real sigue sumando estrellas y sin embargo hoy me siento huérfana. Un fin de semana inolvidable para los que contemplaron la Giralda en con sus propios ojos. El cielo andaluz fue testigo de un Aurresku de Champions con un Agirretxe que se reivindica en cada actuación.

Ganamos. Y aunque las cámaras de televisión traigan jugadas polémicas, los puntos hicieron un viaje de vuelta de diez horas en bus con los intrépidos txuri urdines que quisieron vivirlo en primera persona. Volvía Illarra y con Illarra no hay miedo. Volvieron las genialidades de Xabi Prieto, las diabluras de Antoine, la chispa del nueve y la mano salvadora de Claudio.

Ganamos. Y dimos un golpe sobre la mesa para que los de Mestalla sepan que estamos apostando fuerte por seguir sumando estrellas porque queremos que el himno de la Champions vuelva a sonar en la megafonía de Anoeta.

Ganamos. Y Montanier se va. Nos sube al cielo y nos deja allí, abandonados a nuestra suerte, sin saber quién nos dirigirá en nuestra andadura europea. ¿Por qué? Seguramente habrá mil razones convincentes que serán lógicas y entendibles. Creedme si os digo que en su situación seguramente yo hubiera hecho lo mismo pero hoy estoy demasiado vacía para intentar entenderlas.

Una noticia que sin duda habrá alegrado a muchos, disgustado a otros y dejado indiferentes a otros tantos. A mí me ha dejado con una sensación extraña como aquél que debe alejarse de su maestro para emprender su carrera en solitario. Aunque el camino de Montanier ha estado lleno de piedrecillas y aunque reconozco que fui la primera en llenárselo de gravilla con mis críticas, hubo un punto de inflexión el día que fui consciente del fervor incondicional que la plantilla siente por él.

Ese día le vi sonreír por primera vez desde que llegó, y en el abrazo amable de su plantilla sentí que para triunfar debíamos estar todos en el mismo barco. Y me subí y cambié la grava por pétalos de rosa y hoy estamos cuartos. Quizás los sacos llenos de cantos rodados que aún quedan en las bolsas de los más críticos han pesado más que las alabanzas y agradecimientos a su buen hacer y por eso se produce su marcha… no lo sé.

Sólo sé que debemos seguir sumando estrellas, que ahora sabemos qué se siente al saborear las mieles del triunfo y que esta es la actitud que debemos mantener siempre. Sé que en el firmamento aún hay muchas estrellas que sumar, muchos momentos que vivir, muchas alegrías que celebrar... ¡El sueño empieza ahora!

Esta tristeza tardará algún tiempo en desaparecer y estoy convencida de que la Real tendrá en Montanier un incondicional más. Que en cada cita europea a la que acudamos, alguien desde Rennes mirará las estrellas y sabrá que él ayudo acumularlas hasta el final.

Con la noticia de su marcha a punto de ser oficial, me encantaría que cada uno de nosotros lleváramos este domingo en la despedida de Montanier y de la temporada de la ilusión nuestro saco lleno de todas las estrellas que hemos ido acumulando desde agosto. Estrellas que son todos los momentos inolvidables que hemos vivido, todos los goles que hemos cantado en campo rival, todas las lágrima de emoción que hemos sacado y se las lancemos para agradecerle todo lo que nos ha hecho disfrutar, para que se vaya con la seguridad de saber que nos ha hecho felices, para que sea consciente que realmente hemos disfrutado como nunca. Yo lo haré. ¿Lo harás?

Quedan dos jornadas para seguir disfrutando ¡Y a seguir sumando estrellas!