martes, 9 de julio de 2013

LA CLÁUSULA O ILLARRA ESTÁ EL JUEVES EN ZUBIETA


La Real exige el pago de los 36 millones en la sede de la LFP. Teme que Florentino dé el paso, pero cree que tendrá mucho ganado si se pone a las órdenes de Arrasate

El caso Illarramendi ha dado un giro inesperado y actualmente se encuentra en punto muerto. Lo más curioso del tema, que lo lleva a una enorme indefinición e incertidumbre, es que las versiones del mismo son antagónicas en Gipuzkoa y en Madrid.

La Real parece tener clara la suya. Según su visión, no han sabido nada del Madrid hasta que el sábado se reunieron en la capital Florentino Pérez y Jokin Aperribay. Al parecer, el presidente realista debió ser tajante: o el club blanco paga la cláusula a través del jugador presentando un cheque de 36 millones de euros en la LFP (equivaldría al importe especificado para su libertad de 30 millones más los seis de IVA) o Illarramendi estará el jueves en Zubieta trabajando con sus compañeros.

En el hipotético caso de que Florentino siga con su habitual política de no pagar cláusulas, al considerarlas métodos hostiles, y quiera disfrazarlo de traspaso, el IRPF que se aplica en este tipo de operaciones elevaría el precio hasta los 42 millones. Solo en este caso la Real podría acceder a negociar, aunque siempre a partir del mínimo de los 36 millones.

Para convencer al jugador, la Real ha dejado caer en su entorno que le ha tanteado para convertirle en el mejor pagado de la plantilla, a la altura de Xabi Prieto y Carlos Vela. En principio solo ha sido un planteamiento verbal, que todavía no ha sido plasmado por escrito, al considerar los representantes que no es el momento de discutir este asunto.

Madrid

La interpretación en Madrid difiere mucho de la del club txuri-urdin. Según su versión, el viernes todas las partes estaban cerca de llegar a un acuerdo, que sería un traspaso de 30 millones, y lo único que quedaba por concretar eran las formas de pago. No hubo más que ver las portadas de Marca y As, que coincidían por dar por fichado a Illarramendi, algo que, supuestamente, molestó a la Real. Cuando parecía que en el encuentro del sábado se cerrarían todos los flecos pendientes y siempre según su visión, Aperribay cambió de planteamiento y se remitió al pago de la cláusula en la sede de la LFP. Su movimiento descolocó a Florentino Pérez, que ya había accedido a hacer frente a una inversión de 30 millones para satisfacer la petición expresa de Carlo Ancelotti. El dirigente blanco no esperaba encontrarse tantas trabas por parte de Aperribay, que le ha dejado claro que no quiere perder al jugador y que la única fórmula ante la que no puede hacer nada es el pago del importe de su libertad.

El otro obstáculo con el que se ha encontrado Florentino Pérez es que Illarramendi no está dispuesto a forzar su salida de la Real, tal y como han hecho la mayoría de jugadores a los que ha fichado. Es la habitual maniobra abusona de los grandes, como se ha hecho el Barcelona en las últimas horas con Thiago Silva.

El mutrikuarra no piensa hacer nada que pueda perturbar su imagen ante la afición realista. Eso sí, no se puede olvidar que ha permitido a sus agentes que escuchen al Madrid y si llega con su cláusula aceptará su marcha y se irá de la Real. Si finalmente Florentino considera que es demasiado dinero, podría fichar al siguiente de su lista casi por la mitad. En ese caso, el mediocentro se quedaría en la Real con las mismas ganas y trataría de dejar la historia en un efervescente amor de verano.

En el club txuri-urdin son muy optimistas y consideran que si el jugador se pone a las órdenes de Arrasate tendrán casi toda la batalla ganada. En Madrid consideran que en las siguientes 48 horas pueden pasar muchas cosas y que es Florentino quien marca el ritmo. Conociendo sus habituales movimientos, puede suceder de todo, pero también hay opciones de que siga en la Real. Y esto es algo que parecía descartado el pasado viernes.


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