lunes, 28 de marzo de 2011

MARTÍN LASARTE Y EL RENACER, por Iñaki Milla

Martín Lasarte y el renacer


Antecedentes
Martín Lasarte Arrospide (Montevideo 20.Mar.1961) llegó de Uruguay a mediados de 2009 procedente del Danubio F.C para sustituir a Juanma Lillo, siendo presentado el 22 de junio como nuevo entrenador de la Real Sociedad.
El entrenador uruguayo llegaba a un club inmerso en la mayor crisis deportiva, económica y social de su centenaria historia; un equipo arruinado y en ley concursal que llevaba dos años en Segunda División; un equipo en el que su junta directiva estaba muy cuestionada debido a la forma por la que habían accedido al club -mediante una moción de censura al anterior consejo de administración, presidido por el polémico Iñaki Badiola-.

Badiola había levantando un montón de polvareda destapando multitud de ´chanchullos´ e irregularidades,  y pretendía llevar a los tribunales a todos los que habían esquilmado la Real dejándola en bancarrota y en Segunda División. Era un personaje incontrolable e incómodo, además de muy peligroso para sus intereses…
En la calle había un cisma social e institucional muy profundo, con un periódico que cargaba contra él un día sí, y el otro también, creando falsa opinión y protagonizando una gran campaña contra su persona. El ambiente en la sociedad guipuzcoana estaba muy enrarecido y en cada bar, en cada casa, se hablaba de ello.

En medio de todo este torbellino llegó a Donostia Martín Lasarte, hecho que mucha gente -al igual que yo- consideraba como una apuesta equivocada y muy arriesgada.
El técnico charrúa era poco conocido en España y no tenía ninguna experiencia en la complicada división de plata ni conocía bien lo que era la Real.
La directiva del club buscaba precisamente un técnico que no estuviera “contaminado” por el enrarecido ambiente que rodeaba la entidad; que trabajara la cantera; que no tuviera prejuicios ni ideas preconcebidas y que en definitiva, trajera aire fresco a la Real Sociedad.
Además el consejo valoraba positivamente la experiencia del técnico obteniendo ascensos de categoría en Uruguay y valoraba como muy importantes sus raíces y la vinculación sentimental que el de Montevideo mantenía con este territorio -su padre era natural de Andoain-.

Como decía, para mí era un nuevo error, otro más, y fui crítico con el fichaje. Personalmente yo era partidario de traer algún entrenador que conociese la categoría y supiese dónde se iba a mover. Incluso me llegué a mofar pensando en los vecinos “claro, como tiene antepasados vascos es perfecto para la Real”.  Y es que personalmente me encontraba tremendamente quemado por todo lo que nos estaba tocando vivir y por el abismo en el que nos hallábamos metidos. Estaban siendo años duros.

David Zurutuza y Antoine Griezmann
Sin ilusión ni esperanza comenzó la liga y la tercera campaña en el infierno. Nada tenía visos de mejorar y nadie sabía cuándo tocaríamos fondo, además -y a priori-, la plantilla era la más floja de las tres temporadas. Nada era bueno y yo no confiaba en Martín ¿qué nuevas desgracias nos depararía este año?
No me gustaba el colombiano que había traído para la banda izquierda y no me gustaba como hacía los cambios y/o lo que tardaba en hacerlos (ahora en ocasiones tampoco, pero es que por supuesto se equivoca ¿acaso alguien no?).

Yo no era optimista, pero mira tú por dónde que enseguida empecé a ver luz al final del túnel. Pronto todos comprobamos con satisfacción cómo había visto algo en un jugador al que Juanma Lillo había ninguneado y al que se buscaba salida, David Zurutuza. Afortunadamente Martín llegó a tiempo de evitarlo y ´Zuru´ pasó de un absoluto ostracismo a ser titular indiscutible.

Poco a poco el uruguayo se fue ganando mi respeto al ver cómo iba relegando a la suplencia -y esto es algo que pocos entrenadores hacen- al colombiano Jonathan Estrada que él mismo había traído, para dar entrada a un menudo e imberbe ´chavalillo´ francés llamado Antoine. Griezmann había hecho la pretemporada con el primer equipo y al igual que con ´Zuru´, Lasarte apostaba por él. A pesar de contar con tan solo 19 años, le fue dando galones y el de Macon enseguida comenzó a deleitarnos con su juego y sus goles.

David Zurutuza: talento y poder, Antoine Griezmann: clase y desparpajo. Junto a Xabi Prieto acababa de armar un medio campo de exquisita calidad. ¡¡Chapeau por Martín!!

Un motivador nato
Otro aspecto por el que me fue ganando fue su oratoria, su forma de transmitir. Oírle hablar es una delicia, y como los mismos jugadores han reconocido en más de una ocasión, les motiva de una forma especial, les llena de autoestima y moral, les hace creer. Y eso, tanto en el fútbol como en la vida, es clave para lograr el éxito.

Quizá no sea un gran táctico, pero tiene otros fuertes tan o más importantes como es ser un motivador nato y un líder con carisma y  gran carácter. Una persona que se implicó e identificó desde el primer momento con la idiosincrasia guipuzcoana y con la filosofía del club realista, y en definitiva, un profesional como la copa de un pino que consiguió sacar petróleo de una plantilla bastante justita.

Con pocos mimbres
Fue resolviendo con nota los problemas que se le iban presentando. Con un equipo muy limitado, en ley concursal y plagado de canteranos consiguió ser competitivo y ocupar desde el primer momento las primeras posiciones de la tabla. Consiguió hacer fuerte al equipo en Anoeta –inexpugnable; solo una derrota en toda la temporada- donde se cimentó el ascenso y el campeonato volviendo a unir a toda la familia txuri urdin en el año del Centenario. Nos hizo volver a ilusionarnos y a sentir orgullo, nos hizo volver a disfrutar, y eso es algo muy grande, y realmente meritorio, más si cabe si somos conscientes de los pocos mimbres de los que disponía y después de tantos y tantos años de sinsabores y penurias. Una gozada.

Este año permanencia
Esta temporada está siendo muy buena en líneas generales, y la primera vuelta ha sido excepcional haciendo de Anoeta un campo complicado y plantando cara a equipos como el Real Madrid que, como reconoció el propio Mourinho, no mereció la victoria. El equipo ha jugado bien al fútbol, por momentos haciendo un fútbol brillante, si bien es cierto que algunos partidos también han sido malos como los de Pamplona o Mallorca…

En la segunda vuelta los de Martín Lasarte han bajado el pistón y no están a la altura de la primera, algo del todo normal, ya que el rendimiento y el nivel que estaban dando no eran propios de un equipo recién ascendido y formado en su ´once´ inicial cada jornada por 7 u 8 jugadores propios.

El objetivo antes de comenzar la temporada era la permanencia, y lo sigue siendo. Estamos muy cerca de lograrlo y los responsables de ello –al igual que el año pasado- son Martín Lasarte y su equipo técnico, y por ello, no comprendo como algunas voces pueden pedir su destitución. Hasta día de hoy está cumpliendo con nota, lo dicen los números.

Este equipo es joven y sigue creciendo, y ha dado muestras de que se puede confiar en él de cara al futuro. Las cosas por el momento funcionan y a poco que se sigan haciendo bien y el club continúe estabilizándose y acertando en la toma de decisiones, podemos y debemos ilusionarlos, y cada vez, aspirar a cotas más altas.
De momento paciencia, estabilidad, y confianza en el proyecto, démosle continuidad. Renacemos de nuestras cenizas, gracias Martín Lasarte.

Iñaki Milla Clavo

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