Aún
recuerdo tu sonrisa pícara de aquél 13 de junio cuando, subido a hombros,
portabas orgulloso la ikurriña y saludabas a la afición con la seguridad de
haber logrado algo grande. Tus gritos y cantares en el balcón del ayuntamiento
nos hicieron saltar de júbilo y cada gesto en ese autobús descapotable era
recibido con fervor adolescente.
Aún
recuerdo aquellas tardes mágicas en las que tus goles nos hacían vibrar; cuando
tu juventud nos llenaba de esperanzas; cuando tu osadía ante el rival nos
levantaba de nuestros asientos mientras coreábamos tu nombre…
Aún
recuerdo esas celebraciones alocadas, propias de tu edad. Esa tarde de invierno
con la nieve acumulada ante las valla publicitarias; aquél día en la que
hiciste famoso ese nuevo coche blanco; aquél beso rebelde en Getafe....
Me
enamoraron tu actitud; esos ojitos azules que las volvían locas; tu carita de
niño revoltoso; ese puntito de timidez en las entrevistas… Pero sobre todo, me
enamoraron tu pasión txuriurdin y tu manera de querernos y de llevar a La Real
en el corazón.
Por
eso hoy necesito escribirte porque no sé qué ha cambiado ¿Puede el dinero ser
más fuerte que el sentimiento? Con un contrato hasta 2015, me cuesta entender
por qué día si, día también la prensa de tu país te tiene en el punto de mira.
Quizás
tu juventud te juegue malas pasadas... Tranquilo, eso se cura con el paso del
tiempo. Pero para mi no es excusa, Antoine. El buen jugador debe ser una bestia
en el campo y un Señor en la calle. Pensar antes de hablar se vuelve
indispensable cuando eres un personaje público. ¿Tan mal estás aquí?
La
vida de un futbolista es corta, sí… pero a ti, aún te queda mucho por aprender.
Quizás La Real no sea el Club donde sueñes triunfar. Un
día de verano, dijiste que querías jugar en “Un
club grande”... Y te perdonamos. Con aquél gol volviste a tenernos a muchos
comiendo de tu mano
Pero
hoy de nuevo anuncias tus deseos de marcharte. “Espero poder salir de la Real este verano” fueron tus palabras...
Demasiado castigo para quiénes tanto te hemos querido. Demasiado dolor para los
que confiábamos en ti. Una gran traición para quienes no queríamos creer. ¿Y
qué debemos hacer ahora? ¿Hacemos oídos sordos y volvemos a adorarte? La Real
es más que un Club. Lo nuestro no es afición, Antoine, es SENTIMIENTO.
Todos
tenemos sueños. Yo no te culpo por tenerlos. Es más, entiendo perfectamente que
tu calidad te haga marcarte otras metas, pero las cosas hay que hacerlas bien
¿Qué necesidad tienes de salir por la puerta de atrás cuando nosotros te
hubiéramos sacado a hombros por la puerta grande?
Hoy
nos has clavado una espinita que va a costar bastante tiempo sacar. Hoy nos has
herido, Antoine... Y cuesta asumir que, a quién tanto has querido, quiera
escapar de tu lado. Ojalá encuentres lo que buscas y que allá donde vayas te
quieran tanto como te hemos querido en Gipuzkoa.
Sé
que esta carta suena a despedida y que tu sitio sigue estando en Anoeta... Haz
que tus goles desvanezcan tu traición..... Quiero volver a quererte.
Beti
Erreala.
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