Un mes aproximadamente, ese es el
tiempo que ha transcurrido desde que ha comenzado la racha de partidos invictos
de la Real. Un mes en en el que la Real ha
conseguido derrotar al Rayo y encadenar cuatro empates consecutivos que lo acercan a
la salvación, pero que deja en evidencia el mal momento que está pasando el club
a día de hoy.
Seguimos en la pelea por la
permanencia, que conseguiremos ganando al Racing el sábado, pero siempre con la
sensación de estar haciendo lo mínimo. La Real, de la mano de Montanier, está
dejando pasar una gran oportunidad de conseguir algo más, algo más que una
triste permanencia que podría estar asegurada hace tiempo pero, no sé si será la
desidia o la falta de preparación del francés y algunos jugadores del equipo, que lo están alargando sobremanera.
Montanier sigue demostrando que
esto le viene grande. Y lo deja claro con gestos tan simples como dejar a los
mejores en el banquillo, Illarramendi y Pardo en el último partido, sin ir más
lejos.
Se habló de un salto de calidad que
ya nadie cree, y estamos casi peor que la temporada pasado con Lasarte. No dudo
de la salvación, pero tampoco dudo que a esta plantilla se le puede sacar mucho
mayor provecho utilizándola como es debido. Pero vistas las cosas no creo que
eso sea posible con el organigrama actual.
Puede que Montanier se vaya este
verano, puede que siga, pero lo que es seguro es que esa decisión marcará el
devenir del equipo de cara al año que viene. Duele pensar que con otro
entrenador estaríamos más arriba. Duele ver como pasa el tiempo y la Real sigue
estancada cuando puede dar mucho más. Y el dar mucho más haría que la gente se
ilusionase más, pues muchos aficionados están ya hartos de esta situación de
mediocridad.
Veremos como acaba la temporada, de
la que tendremos que leer que ha sido un éxito, pero que en mi opinión
certifica que estamos dejando pasar una época muy beneficiosa para nosotros.
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