“La reforma de Anoeta fue el mejor fichaje de la Real”. Este será el epitafio que Jokin Aperribay dejará algún día en el Club. Y tendrá razón el presidente. Ahora que hemos conseguido un equipo basado en la cantera, con jugadores prometedores e ilusionantes, parece que lo único que nos distancia de aquel añorado pasado ochentero es un campo al estilo Atotxa. En la Real esa distancia tiene nombre y apellidos: Pista de Atletismo. La marrón, gélida, elíptica, y entrometida pista de atletismo.
La remodelación del campo, además de ser un pilar básico para la Real, no es tener gradas más cerca, es acercar las gradas. Esto, que parece un juego semánticoy que explico más abajo, en realidad es el leitmotiv del futuro del Club. El club txuri urdin está a punto de afrontar el mayor proyecto de su historia a todos los niveles y de dibujar nuestra casa para las próximas generaciones.
Es por ello que todos debemos tener muy claro lo que no queremos -pistas de atletismo-, lo que queremos -un campo con las gradas cerca y encima del campo y del que se pueda sacar un rendimiento económico- y cómo lo queremos.
Por las manos de la Junta Directiva han pasado varios proyectos, pero el que parece que está tomando más fuerza es el de mantener los anillos superiores y agregar uno inferior, hundiendo el campo unos metros. Este parche supondría que la inmensa mayoría de los aficionados permaneciesen a la misma y desesperante distancia del campo. ¿Es así como lo queremos?
El único proyecto que debería de plantearse es derribar todos los graderíos por completo y reconstruirlos, más cerca y más verticales. Cualquier otra opción que no suponga partir de cero sería una chapuza improvisada y, sinceramente, sería una pena meterse en un proyecto faraónico para que el resultado fuera un cenicero de barro hecho por un niño en clase de manualidades. Tenemos la posibilidad de disfrutar de un campo llamado para la gloria, no la desaprovechemos.
El futuro del Club no depende únicamente de que vaya más gente al campo y de poder sacarle un rendimiento económico, depende de que la Real consiga más puntos jugando como local y que esa casa le otorgue un carácter guerrero. Para eso necesitamos que todos y cada uno de los aficionados que acudan a cada partido estén cerca y encima del campo.
Cerca y encima, así es como se alcanzan grandes triunfos. Cerca y encima, así es como se presiona al rival y se consiguen puntos imposibles luchando cada segundo. Porque cuando tu equipo es pequeño entre los más grandes, sabes que muchos de sus logros dependen de tener a la gente cerca y encima, dándole su alientoomos hijos de Atotxa y sabemos de lo que hablamos.
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