Uno de los grandes triunfadores del sábado fue Philippe Montanier. Alguno podrá justificarle argumentando que no tenía muchas más opciones, pero es justo destacar que el galo fue valiente y apostó por un once muy ofensivo. Sacrificó a Zurutuza como pivote defensivo y dejó en manos de Rubén Pardo las tareas organizadoras. La exhibición del riojano fue simplemente espectacular. ¡Qué futbolista! El equipo bailó al ritmo que marcó la última perla salida de Zubieta. Y cuando lo hace, simplemente alcanza su plenitud al brillar como nunca. Además dejó otro detalle de estrella, al comenzar bastante mal el encuentro, con varias pérdidas de balón importantes. Otro jugador quizá se hubiera protegido para pasar más inadvertido al sentir que no es su noche. Él hizo todo lo contrario. No paró de pedir el esférico hasta que se fue entonando y cuando su pie entró en calor dejó varios pases largos perfectos marca de la casa. Y sobre todo, a sus 20 años, se echó de nuevo el equipo a sus espaldas.
Recital Txuri-Urdin
La Real ofreció un recital ofensivo en el que brilló con luz propia un Vela que por momentos pareció imparable. El mexicano ya ha alcanzado su mejor estado de forma y cuando está on fire marca las diferencias. Sería injusto pasar por alto la notable actuación de Xabi Prieto. Con el capitán se está entrando en una dinámica peligrosa e incómoda que consiste en analizar sus actuaciones como un examen para comprobar si puede realmente recuperar su mejor juego. Si nos ceñimos al duelo de Mestalla, está claro que sí, porque intervino mucho, dejó varias acciones de mucho mérito y siempre se sintió protagonista. Así sí, Xabi.
La Real anotó cinco goles, pero la realidad es que pudo hacer incluso más. Lo más destacado del duelo fue la extraordinaria facilidad con la que sus atacantes generaron ocasiones para marcar. Por si fuera poco, el equipo txuri-urdin acreditó esta vez estar muy compensado, al defender muy arriba, con una buena presión que le permitió robar balones en zonas peligrosas, y atacar con todo. La mejor demostración es que sus dos primeros tantos los firmaron dos zagueros, De la Bella y Mikel González.
Y eso que el partido no pudo empezar peor para los intereses de los donostiarras. El Valencia solo tardó dos minutos en castigar el habitual arranque contemplativo de los realistas al aprovechar Soldado un centro de Bernat, que le había robado la espalda a Carlos Martínez. Cuando muchos se temían lo peor, dado el escenario y la entidad del enemigo, la Real solo tardó unos minutos en rehacerse y en adueñarse del control del duelo. A partir del minuto diez comenzó a crear oportunidades para marcar y solo la sensacional actuación del meta Diego Alves provocó que se retrasara la remontada. El brasileño primero salvó el empate en un disparo de Griezmann en el que contó con la colaboración del palo. Después sacó una mano milagrosa a Ifrán, en una oportunidad de las que no se pueden fallar. Y, por último, voló para evitar que entrara un cabezazo de Xabi Prieto. En casi todas las jugadas, de forma más o menos protagonista, intervino un Vela que completó su mejor partido de lo que llevamos de temporada y que certificó una vez más que es la gran estrella del equipo.
Muchas ocasiones
La Real anotó cinco goles, pero la realidad es que pudo hacer incluso más. Lo más destacado del duelo fue la extraordinaria facilidad con la que sus atacantes generaron ocasiones para marcar. Por si fuera poco, el equipo txuri-urdin acreditó esta vez estar muy compensado, al defender muy arriba, con una buena presión que le permitió robar balones en zonas peligrosas, y atacar con todo. La mejor demostración es que sus dos primeros tantos los firmaron dos zagueros, De la Bella y Mikel González.
Y eso que el partido no pudo empezar peor para los intereses de los donostiarras. El Valencia solo tardó dos minutos en castigar el habitual arranque contemplativo de los realistas al aprovechar Soldado un centro de Bernat, que le había robado la espalda a Carlos Martínez. Cuando muchos se temían lo peor, dado el escenario y la entidad del enemigo, la Real solo tardó unos minutos en rehacerse y en adueñarse del control del duelo. A partir del minuto diez comenzó a crear oportunidades para marcar y solo la sensacional actuación del meta Diego Alves provocó que se retrasara la remontada. El brasileño primero salvó el empate en un disparo de Griezmann en el que contó con la colaboración del palo. Después sacó una mano milagrosa a Ifrán, en una oportunidad de las que no se pueden fallar. Y, por último, voló para evitar que entrara un cabezazo de Xabi Prieto. En casi todas las jugadas, de forma más o menos protagonista, intervino un Vela que completó su mejor partido de lo que llevamos de temporada y que certificó una vez más que es la gran estrella del equipo.
Muchas ocasiones
La Real había perdonado mucho y eso se suele acabar pagando ante enemigos del nivel del Valencia. Pero los levantinistas, que estaban siendo superados y anulados por su visitante, sufrieron un duro revés cuando Jonas se autoexpulsó tras propinar un incompresible codazo a Zurutuza. Solo dos minutos después, casi al borde del descanso, los blanquiazules encontraron la recompensa a su buen fútbol. Zurutuza se inventó un pase entre varios defensores a De la Bella y este, tras sentar con un amago a Alves, marcó a puerta vacía. El catalán dejó boquiabiertos a todos, ya que si su jugada la hace Messi no tardaría en dar la vuelta al mundo.
Un equipo ambicioso
En la segunda parte, la Real salió con una actitud ambiciosa al ser consciente de que tenía ante sí una gran oportunidad para sumar los tres puntos a domicilio. A los tres minutos un centro de Xabi Prieto lo cortó con una zamorana Víctor Ruiz, pero Clos Gómez no quiso señalar la pena máxima. No importó demasiado. La Real quería ser la única protagonista del duelo y poco después se puso por delante. Además en una jugada de estrategia. Pardo botó con destreza un córner, Xabi Prieto peinó el balón y Mikel Gonzaléz anotó en el segundo palo. Con el Valencia groggy, la Real pareció sentenciar el duelo con el tercero en una contra para enseñar en las escuelas de fútbol. Bravo confirmó que es el mejor portero con el pie de la Liga asistiendo con un saque rápido de 50 metros a Vela quien, con un toque sutil, dejó solo a Ifrán que por fin consiguió estrenarse esta campaña al regatear con apuros a Alves.
En el debe del equipo constatar lo fácil que acortó distancias Soldado, pero solo fue un susto, porque no pasó ningún agobio antes de que Agirretxe y Vela, de penalti, cerraran la espectacular goleada.
La Real volvió a redimirse de sus pecados coperos en Mestalla. El equipo realista, con muchas bajas, confirmó que sabe y puede jugar muy bien al fútbol, además de ser competitivo antes rivales de enjundia. Ahora su objetivo debe ser alcanzar una regularidad que le permita seguir una trayectoria más fiables y exenta de dientes de sierra. Con la segunda victoria seguida a domicilio, son ya cuatro las jornadas sin perder. Se puede y se debe mirar hacia arriba.
En el debe del equipo constatar lo fácil que acortó distancias Soldado, pero solo fue un susto, porque no pasó ningún agobio antes de que Agirretxe y Vela, de penalti, cerraran la espectacular goleada.
La Real volvió a redimirse de sus pecados coperos en Mestalla. El equipo realista, con muchas bajas, confirmó que sabe y puede jugar muy bien al fútbol, además de ser competitivo antes rivales de enjundia. Ahora su objetivo debe ser alcanzar una regularidad que le permita seguir una trayectoria más fiables y exenta de dientes de sierra. Con la segunda victoria seguida a domicilio, son ya cuatro las jornadas sin perder. Se puede y se debe mirar hacia arriba.
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