Los datos son irrefutables. Tras la primera jornada la Real es novena con 29 puntos, a solo dos de los puestos europeos y a uno de la séptima plaza que, si no prospera el recurso que ha presentado el Málaga a la UEFA por su sanción, también podría dar el pasaporte para viajar por el viejo continente. La frontera del descenso ha quedado ya a once puntos, lo que convierte en absurdo el seguir mirando por el retrovisor.
Los realistas están demostrando que les sienta mucho mejor enfrentarse con los mejores equipos de la Liga que con los que tratan de sobrevivir en las catacumbas de la clasificación. Con su triunfo ante el sábado, la Real ha logrado derrotar a tres de los equipos que están disputando la Champions League: Valencia y Málaga, a domicilio, y frente al Barcelona, en Anoeta. El único que se salvó fue el Real Madrid, aunque lo hizo en un duelo igualado que finalizó 4-3.
Remontadas
Otra prueba de su madurez es que con la remontada ante los azulgrana son ya tres los encuentros que ha acabado venciendo pese a a empezar con un tanto en contra. Las anteriores fueron contra el Celta y el Valencia.
Lo que le falta a la Real ahora es alcanzar una regularidad que le convierta en más fiable. Los blanquiazules solo han conseguido doblegar a uno de los últimos cinco clasificados, el Celta. El resto se saldaron con tres empates, ante Osasuna, Granada y Deportivo, y una derrota frente el Mallorca.
De poco servirán los tres puntos ante el Barcelona si no encuentra una consolidación en los próximos encuentros. No será la primera vez que los realistas se desinflan después de una victoria importante. Sin ir más, lejos, tras el brillante triunfo en el derbi frente al Athletic, los guipuzcoanos entraron en un bache que les dejó a las puertas del descenso al pasarse cuatro jornadas sin ganar.
Después de las etapas alpinas contra los dos gigantes de la Liga, el calendario es en teoría bastante asequible para que los blanquiazules intenten refrendar su esperado salto de calidad. La Real viaja este fin de semana a Vigo, donde le espera un Celta cuya puntuación no se corresponde con el buen fútbol que está desarrollando. Actualmente se encuentra en apuros, con solo un punto por encima de los puestos que condenan al descenso.
El siguiente visitante será el Mallorca. El conjunto insular no acaba de salir de su crisis y es penúltimo con solo 17 puntos. El siguiente viaje será a Zaragoza, donde le recibirá una formación que ha mejorado mucho sus prestaciones respecto al año pasado y se encuentra en la zona templada de la tabla. Después pasará por Donostia un Levante que tiene un punto más que los realistas y que es un rival directo para aspirar a Europa. Y, posteriormente, tocará derbi en San Mamés.
El triunfo ante el Barcelona ha declarado el estado de optimismo en la Real. Pese a que Montanier, que vivió el sábado la mejor noche desde que está en Donostia al acertar de lleno en el planteamiento y los cambios, siga sin hablar rotundamente de luchar por ir a Europa. El ansiado salto de calidad ya ha llegado. No vale mirar atrás.
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