Alguien que no viese el partido y se guíe tan solo por el marcador, puede llegar a la errónea conclusión de que la Real ha brilló poniendo en aprietos al equipo merengue y llegando a marcar tres goles a domicilio. Pero los que vieron el partido por televisión, nos quedados con un regusto muy amargo ya que tiramos por la borda una oportunidad única de llevarnos la victoria de Madrid, mostrando además una imagen blanda y temerosa.
Nada más comenzar el encuentro, comprobamos que la retaguardia txuri urdin no iba a tener su día. Cuando apenas había transcurrido un minuto desde el pitido inicial, se produjo una falta de sincronización de la línea defensiva, y Benzema lo aprovechó para marcar el 1-0. No es la primera vez que en esta temporada encajamos un gol en el minuto inicial, y habría que reflexionar por qué salimos tantas veces dormidos.
A pesar del mazazo inicial, los Reyes Magos encarnados en las figuras de Adán, Carvalho, e Iglesias Villanueva nos iban a dibujar un inmejorable escenario de ilusión, en el minuto 5. El portero madridista cede un balón comprometido a Carvalho, que hace un mal control. Carlos Vela se hace con el esférico y cuando se dispone a regatear a Adán es claramente derribado por éste. El árbitro no lo duda y señala el punto de penalti, expulsando al cancerbero blanco y dejando con diez al Real Madrid con 85 minutos por delante.
Mejor regalo imposible. La Real iba a tener la oportunidad de hacer realidad nuestro sueño, en las mejores condiciones posibles y ante un rival preso de los nervios por su crisis. Iker Casillas saltaba al campo en honor de multitudes, pero Xabi Prieto (inmenso en su campo talismán), no tembló a la hora de tirar la pena máxima, y puso el 1-1 en el luminoso.
Los minutos siguientes a la expulsión de Adán fueron esperanzadores. La Real tenía el control del partido e Iker Casillas era un mar de dudas con errores en salidas y despejes, poniendo en buen lugar a Mourinho. Xabi Prieto tuvo el 1-2 en sus botas pero no pudo aprovechar el regalo de Iker Casillas, que también parecía ser otro Rey Mago para los nuestros.
El dominio de la Real se acentúo durante los primeros 45 minutos, pero se perdía en pases y más pases sin apenas generar ocasiones de peligro. No es fácil imponerse a un equipo de la talla del Real Madrid, pero con la pólvora que tenemos arriba, tenía la esperanza de que el equipo llegaría con más nitidez al área blanca.
La realidad es que hoy solo Xabi Prieto existió en ataque y jugadores como Ifrán, Vela, o Griezmann no fueron capaces de generar un juego fluido. Por su parte, un Real Madrid muy mediocre en la primera parte no arriesgó en exceso pero se encontró con el 2-1 con un gol de Khedira, a la salida de un córner tras otro flagrante error de toda la zaga realista.
Xabi Prieto acudió al rescate, logrando antes del descanso el 2-2, pero la doble oportunidad que tuvo el Madrid en el último suspiro del descanso (disparo al poste de Benzema y fallo clamoroso de Khedira en el rechace), nos hacían temer que la segunda parte no iba a ser fácil.
Si durante el primer acto, la Real al menos supo aprovechar la superioridad numérica para tener el control del balón, en el segundo periodo, en ningún momento, pareció que los txuri urdin tenían a un jugador más en el terreno de juego.
Casillas no tuvo apenas que intervenir mientras que el Real Madrid guiado por un enrabietado Cristiano Ronaldo, empezó a poner cerco al área realista. El portugués avisó dos veces antes de lograr el 3-2 en el minuto 68. Solo dos minutos después marcaría el 4-2 tras un lanzamiento de falta potente pero centrado en el que no estuvo nada acertado Claudio Bravo, que volvió a demostrar dónde está su telón de Aquiles.
Sin embargo, Xabi Prieto en su tarde de gloria lograba su tercer gol de la tarde tras aprovechar un buen pase del Chori Castro. 4-3 y la locura volvía al partido. ¿Llegaría el 4-4?
Pero en el minuto 80, se iban a desvanecer nuestras últimas esperanzas. El público, el banquillo y los jugadores madridistas presionaron durante muchos minutos a Iglesias Villanueva para que aplicara la ley de la compensación. Mikel González casi cae en la trampa y al final Estrada iba a ser el expulsado aunque el lateral guipuzcoano tuvo también su cuota de responsabilidad. No se puede meter el cuerpo a un rival, teniendo una amarilla y yendo otro compañero (Elustondo), corriendo junto al jugador contrario.
Si 11 contra 10, no pudimos hacer casi nada, en igualdad de condiciones, las opciones eran remotas. Con el 4-3 terminaría el encuentro y con ello nuestra ilusión de una última alegría navideña. Los astros parecían estar de nuestro lado pero este equipo todavía no tiene la madurez suficiente para perder el miedo a soñar en los dos estadios más impactantes de nuestra liga: el Bernabeu y el Camp Nou.
Esta derrota supone empezar el año con mal pie, poner fin a la racha de 7 partidos sin conocer la derrota, y descender al 9º puesto de la tabla. Encima, nos quedamos con la defensa diezmada para el partido ante el Depor.
La Real se encarnó el domingo en ese niño al que los Reyes Magos le han ofrecido el regalo más ilusionante del mundo, pero que por miedo a romperlo, no se ha atrevido a estrenarlo. Como castigo a ese temor, se ha quedado sin regalo y con la sensación de que si no vuelve a los valores que parecía tener recuperados, no volverá a tener más presentes.
Cruel moraleja de la que esperamos la Real saque las debidas conclusiones para recuperar pronto la senda que conduce a nuestros sueños. No pudo ser, pero quedan 20 partidos por delante, para lograr nuestro mayor deseo: volver a Europa.
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