Con una de las mejores aficiones y una de las mejores canteras Europa, en Vallecas asistimos a un nuevo episodio de grandeza de una Real Sociedad que ha inventado una manera distinta de vivir el fútbol: disfrutar, disfrutar y disfrutar. No hace falta mirar el reloj, no hay temer a los arbitrajes, no hace falta sufrir. Sólo sentarse en el sofá de casa, o ir a una cafetería o al estadio, y disfrutar con un equipo al que desde pequeños llevamos en el corazón, y que este año nos está dando todo lo que siempre hemos soñado.
El 0-2 ante el Rayo en Vallecas ha siso una nueva demostración de poder y una advertencia a nuestros rivales: queremos ir a la Champions y nada ni nadie lo va a evitar. Y esta vez no hizo falta ni estudiar al rival. En solo quince minutos, la Real impuesto su ley. El cálido apoyo de los más de 2.000 realistas que estuvieron en Vallecas y las facilidades defensivas de un Rayo Vallecano cuya banda derecha parecía un coladero, eran argumentos suficientes para salir a muerte desde el principio.
En el minuto 6, una combinación imaginativa entre Bravo, Griezmann y De la Bella, concluyó con un preciso pase del lateral catalán que Imanol Agirretxe remató al fondo de las redes con esa confianza que le han convertido en uno de los mejores delanteros de esta liga. 0-1 y la fiesta txuri urdin empezaba ya.
Sin tiempo a que el Rayo reaccionase, la Real decidió acabar con las esperanzas del rival. Quien cae en las garras de la Real, sabe que ya no podrá salir de ellas. Corría el minuto 14, y un pase en largo de Carlos Martínez, llega a Xabi Prieto; el donostiarra centra y de nuevo Agirretxe bate a Rubén. El delantero de Usurbil engrandecía su leyenda, ante la atenta mirada de Vicente Del Bosque. Era el 0-2 y ya sólo se oía a la afición realista en Vallecas.
Y como diría el refrán, colorín colorado, este cuento se ha acabado. Paco Jémez, desesperado hizo dos cambios para intentar poner un boquete a su desguarecida defensa. Desde el 0-2, vivimos y disfrutamos de una mañana plácida, en la que la victoria jamás estuvo en riesgo. La Real controló el partido como y cuando quiso, y dio una sensación de seguridad defensiva a prueba de fuego.
Las llegadas del Rayo apenas creaban peligro, salvo una gran jugada de Piti al borde del descanso que Leo no aprovechó gracias al rechace de un Alberto De la Bella, que nos sigue dejando boquiabiertos semana tras semana.
Tras el descanso, la historia cambió poco. El Rayo buscaba un gol que le metiera en el partido pero sólo podía llegar a través de jugadas de estrategia (dos golpes franco que se fueron altos por poco). Era tal la calma, que la Real se atrevió a intentar buscar algún gol más. Vela y Agirretxe pudieron hacerlo y aunque no lo consiguieron daba igual: la victoria realista era ya un hecho.
Con el 0-2 concluyó un partido de nuevo relajado, en el que la Real volvió a romper el gafe de un estadio maldito ya que llevaba más de 23 años sin ganar en Vallecas, pero ¿qué es eso para este equipo? ¿12 años sin ganar en San Mamés? ¿9 años sin ganar en La Romareda? ¿Nadie gana en el Calderón? ¿Nadie gana al Barcelona? ¿Nadie gana en La Rosaleda? ¿Nadie marca 5 goles en Valencia? Nada es imposible para este equipo. La Real a día de hoy, es con diferencia el mejor equipo de la liga.
La ventaja sobre el octavo puesto es ya de 10 puntos (¿alguien realmente cree que la Real no va a ir a Europa?), y el objetivo real es la Champions League, ya que malagueños y valencianos quedan alejados a 4 puntos más golaverage de la cuarta plaza.
El sentimiento es más fuerte que las palabras, y de nuevo disfrutamos con la Real. Ahora, a conquistar el Sadar. Que no pare.
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