Los txuri-urdin han conquistado esta temporada La Rosaleda, Mestalla, La Romareda, San Mames, Vicente Calderón, Vallecas y Sánchez Pizjuán
La Real está convencida de que va a cumplir con su parte el sábado en Riazor. Al conjunto realista solo le vale la victoria, pero este es un reto que no le asusta demasiado al ser ya siete las veces que ha regresado a casa esta campaña con los tres puntos en el zurrón.
Los de Montanier han logrado vencer en Málaga, Valencia, Zaragoza, San Mamés, el Calderón, Vallecas y el Sánchez Pizjuán. Ahí es nada. Sus referencias a domicilio son para tener muy en cuenta y seguro que en el Deportivo y en Valencia estarán más que preocupados por su posible respuesta este sábado, tras el injusto empate que tuvo que ceder ante el Madrid en Anoeta.
El caso es que a principios de temporada pocos pensaban que la Real iba a ofrecer ese extraordinario rendimiento fuera de casa. Los blanquiazules contaron con derrotas sus cuatro primeras salidas en Barcelona, Mallorca, Levante y Benito Villamarín, con lo que apuntaba a que todavía no había resuelto sus problemas cada vez que actuaba lejos de su parroquia. La mala racha se cortó en Valladolid, donde empató 2-2, antes de que fuese en Málaga, en un duelo que arrancó en puestos de descenso y plagado de bajas, cuando el equipo logró reaccionar e imponerse 1-2. Su segundo éxito llegó en su siguiente salida, con la goleada por 2-5 en Valencia, un resultado que puede adquirir un gran valor este sábado a las 23.00 horas, por el tema delgol-average particular.
Hubo que esperar dos meses para disfrutar con el tercer triunfo a domicilio txuri-urdin, con el 1-2 en Zaragoza. Este resultado permitió a la Real coger carrerilla. Solo dos semanas después hizo historia al despedir los derbis en San Mamés con un inapelable 1-3. La siguiente estación fue el Calderón, y un tanto de Xabi Prieto le dio tres puntos que le metieron ya de lleno en la carrera por entrar en la Champions.
En Vallecas llegó la victoria más disfrutada, con más de 2.000 realzales en la grada; y la última en Sevilla, donde los de Montanier volvieron a confirmar una personalidad fuera de la normal.
Es precisamente ese carácter inconformista e indomable el que le ha permitido mantenerse con vida en la lucha por la cuarta plaza hasta la jornada final. Los realistas han conseguido remontar el marcador hasta en seis ocasiones, sin contar las veces que ha igualado partidos que ha empezado a perder como el del Madrid. La impresionante estadística debería desterrar de una vez la fama de conjunto blanco que le ha perseguido a lo largo de muchos años. Y más aún si logra alcanzar su objetivo este fin de semana.
Otro dato que alimenta el optimismo es que si se analiza la previa de la jornada, aunque la exigencia es máxima por la urgencia del Deportivo, a nadie le sorprendería que la Real ganase en Riazor, mientras que un tercer triunfo consecutivo a domicilio del Valencia, en un estadio como el Pizjuán, en lo que supondría su quinta victoria seguida en el momento de más tensión de la Liga sería cuanto menos desconcertante.
Como era previsible, las horas previas al sábado se van a vivir con mucha tensión y con la habitual batalla psicológica en forma de declaraciones. Curiosamente ha sido Augusto César Lendoiro, uno de los que más tiene por callar dada la delicada situación de un Deportivo que se encuentra intervenido por los administradores concursales, el que ha abierto la veda de manifestaciones fuera de lugar: "El Deportivo se lo juega todo. Nosotros no celebrábamos ser segundos o terceros en nuestros años buenos; ahora nos jugamos la vida. Lo otro (la Champions para la Real) es pan para hoy y hambre para mañana. Uno de los grandes problemas del Depor han sido esos cinco años de Champions. Estamos pagando aquel esfuerzo económico que tuvimos que hacer". Alguien debería explicarle que la Real se presenta en Riazor con nueve de la cantera en su once y con su economía saneada, por lo que no corre ningún riesgo entrando en la próxima edición de la Champions.
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