viernes, 23 de marzo de 2012

¡¡QUÉ FÁCIL ES PITAR A LA REALl!


Después del enésimo error en contra de los intereses realistas, uno se pone a analizar los vividos este año. La lista es larga y nos han quitado mucho más de lo que nos han dado.

El primer dato es que la Real ha sufrido siete expulsiones de sus jugadores por tres de sus rivales. De esas tres, Lora, Siqueira y Lanzaro, sólo la del central italiano del Zaragoza sirvió al equipo realista para jugar en superioridad. La de Lora llegó tras la clara expulsión de Carlos Martínez en Gijón en el penalti que supuso el 1-2 y la de Siqueira tras la vergonzosa expulsión de Illarramendi en Granada que además le costó dos partidos de suspensión.

La primera jornada del calendario, la de la huelga, fue contra el Atlético de Madrid en Anoeta. El resultado fue un engañoso 0-4 en un partido en el que el equipo de Montanier no hizo nada pero el del Cholo Simeone tampoco. Demidov cometió un estúpido penalti en un partido en el que inexplicablemente sentó a Iñigo Martínez en el banquillo. Con el 0-1 en el luminoso de Anoeta, Muñíz Fernández no quiso pitar un penalti a favor de los locales por una mano de Juanfran cortando un disparo de los txuri urdin.

Pasando un poco por alto la tercera jornada frente al Barcelona en la que un testarazo de Iñigo Martínez y una falta de Griezmann fueron desviadas por las manos de Cesc, el siguiente atraco llegó en la séptima jornada, la del derby de Anoeta.

Aquella mañana de noviembre, Fernández Borbalán dejó de señalar dos penaltis a favor de los locales. Uno por un agarrón de Javi Martínez a Iñigo y otro, más evidente por manos de Gurpegui tras un sutil toque de tacón de Xabi Prieto.

Tras varias semanas en las que el mal juego del equipo eclipsaba cualquier queja arbitral, llegó el partido del Real Madrid en el que Montanier puso el peor once posible y Undiano Mallenco jugó a ser estrella.
Siendo contra un grande, las quejas arbitrales parecen menos importantes pero perdiendo 0-1 y viendo que a Pepe se le podía haber expulsado dos veces y que a Vela se le pitó un fuera de juego que no era cuando se plantaba solo delante de Casillas y que fue víctima de un claro penalti casi lo de menos fue la bochornosa alineación de Montanier.

Tres jornadas después, el día del Iñigol más importante del año, Griezmann fue objeto de un claro penalti de  Casto, el primero y único que se le ha pitado al equipo realista hasta ahora, pero no se expulsó al meta verdiblanco, algo que sí se hizo con Courtois en el derby madrileño 16 horas antes.

Contra el Villarreal y el Racing, dos partidos fuera en siete días, las víctimas fueron Elustondo e Iñigo. El primero fue expulsado en Villarreal, con 0-1 a favor de la Real y por una falta echa a más de setenta metros del área realista. A Undiano, para variar, no le tembló el pulso con los realistas. Siete días después, Velasco Carballo expulsó a Iñigo por una queja airada tras una agresión sufrida por Demidov y una falta rigurosa a Diop. Por el contrario no expulsó a Adrián por una entrada criminal a Carlos Martínez. El premio de Velasco llegará en verano con la Eurocopa.

Hasta ya empezada la segunda vuelta no volvimos a tener problemas arbitrales. Illarramendi volvía después de la lesión y su primer partido no lo acabó tras una desafortunada falta en medio campo. Pegó un poco alto en una de las denominadas faltas tácticas y el árbitro, Fernando Teixeira Vitienes, no dudó en mandarle a los vestuarios. La roja podía ser o no serlo, pero la sanción de dos partidos que le encasquetaron al '20' realista por juego violento fue una más de la lista de bochornos arbitrales contra la Real. El segundo partido de castigo fue el derby en el que, casualidades de la vida, nos robaron, y van tres visitas seguidas a San Mamés saliendo escaldados.

El gol de Vela que no subió al marcador, un saque de banda para el lado que no era y que acabó con el 1-0 y una agresión de Amorebieta que no solo no fue falta, sino que dio pie a la jugada del 2-0 fueron las grandes acciones de Mateu Lahoz.

La pasada jornada, en Getafe no se expulsó a Markel por una entrada criminal a Míchel pero luego se dio validez al gol azulón tras un claro juego peligroso de Güiza en su pugna con Bravo por el balón.

La última hace 48 horas con un penalti inventado que Álvarez Izquierdo pitó a favor del Levante sin dudar. Hubo una mano de Ballesteros que, estando pegada al cuerpo, cortaba un disparo de Aranburu pero sobre todo desquició a la gente con un penalti que se sacó de la manga en una jugada limpia de Iñigo Martínez.

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