viernes, 23 de marzo de 2012

PESCAR EN RÍO REVUELTO

Tras las decepciones provocadas por las últimas derrotas, la Real Sociedad intentará redimirse este sábado a partir de las 20:00 horas en el Santiago Bernabeu, visitando al líder de la liga: el Real Madrid de Mourinho.

Difícil papeleta la que se le presenta a un equipo txuri urdin tocado en su moral. El inicio de la segunda vuelta nos hizo creer que la Real podía revertir las contradictorias sensaciones que tuvimos en la primera mitad de la liga. La solvencia en Anoeta y la buena imagen ofrecida en el Nou Camp y San Mamés nos hicieron incluso soñar con llegar lejos en la clasificación. Pero todo era un espejismo. Fuera de casa seguimos siendo unos pardillos, e incluso en nuestro estadio, recibimos este miércoles un serio correctivo por parte del sorprendente Levante.

Quedan sólo 10 jornadas para que termine esta liga. Hemos llegado a la cuenta atrás y debemos prepararnos para un inapetente final de campeonato. Pensar en Europa sería pecado porque la Real ya ha enterrado definitivamente sus esperanzas tras estas dos últimas e inesperadas derrotas. Sólo un milagro podría abrir la puerta de los sueños. Tampoco deberíamos preocuparnos en exceso por el descenso, con los nueve puntos de renta que mantenemos con Sporting y Racing que dan la sensación de ser juguetes rotos.

La salvación está más barata que nunca y es posible que llegando a la barrera de los 40 puntos sea suficiente, aunque vamos a hacer los deberes cuanto antes para no llevarnos sorpresas. En esta tesitura, la Real Sociedad, condenada a sumergirse en un triste final de liga, debe plantearse al menos ilusionar a su afición y mañan tiene una buena oportunidad de hacerlo. Jugar con el Real Madrid es siempre muy especial por la histórica rivalidad que siempre ha existido con el club merengue. Aunque a día de hoy, no podemos compararnos con su indudable nivel, la Real puede presumir de ser uno de los pocos equipos que ha sido capaz de luchar de tú a tú contra los madridistas por la hegemonía de la liga e incluso batirle en aquellos añorados años 80.

El Real Madrid hace apenas una semana parecía tener el título de liga en el bolsillo. Sin embargo, sus empates ante Málaga y Villarreal le han convertido en un manojo de nervios ya que la sombra del Barcelona vuelve a planear sobre la casa blanca.
Me preocupa visitar a un gigante herido y más aún tras sus airadas protestas hacia el estamento arbitral. Creo que es un arma de doble filo. El Real Madrid plantea este partido como una final y no es descartable que  nuestra Real pague los platos rotos y se encuentre con un arbitraje casero para atemperar los ánimos de Mourinho, Cristiano Ronaldo y compañía.

También es verdad que la Real debe aprovechar las bajas defensivas que van a tener los blancos. Es una oportunidad única de ser atrevidos e intentar crear peligro arriba porque este sábado, el Real Madrid puede ser vulnerable en defensa sin el sancionado Pepe, aunque finalmente Ramos sí podrá jugar, vergonzoso, aunque ahora no me voy a meter ahí.

Sin embargo, en el aspecto ofensivo, el equipo madridista contará con sus mejores hombres (salvo Ozil) por lo que la defensa de la Real deberá de estar a la altura de las circunstancias, porque, si hay algo que tiene el Real Madrid es pegada. Sin el preciosismo del Barcelona, los merengues optan por oleadas de ataques al área rival que le han hecho obtener números de record.
Un dato escalofriante supone el hecho de que contando las últimas tres temporadas, de los últimos 52 partidos que ha jugado el Madrid en su estadio en liga, ha ganado 46.

En cuanto a la historia, a pesar de que el Bernabeu es una fortaleza casi infranqueable, la Real muchas veces se ha crecido allí logrando resultados muy meritorios (en mi memoria perduran aquel mítico 0-4 en Copa, un 2-3 con Expósito en el banquillo, un 0-2 con goles de Kodro e Imanol, un 1-1 con un gol de Pikabea, un 1-1 con gol de Mark González, un 0-0 en el año del subcampeonato u un espectacular 1-4 con un recordado penalti a lo panenka de Xabi Prieto).

También subsiste la reminiscencia de derrotas crueles y en ocasiones injustas que hemos tenido en ese estadio.
En definitiva, la Real intentará mañana hacer bueno el refrán de “a río revuelto, ganancia de pescadores” y obtener algo de su visita al Bernabeu, pero mucho deberá cambiar para conseguirlo, porque si sigue la senda que ha marcado en sus últimos partidos, puede acabar recibiendo una gran goleada.

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