Pocos momentos sintetizan mejor que ese la cincuentena de encuentros del galo. Su trabajo no ha logrado convencer a la parroquia blanquiazul pese a que en su primera temporada salvó al equipo con suficiencia al acabar decimosegundo con 47 puntos, y que en la actual se encuentra noveno, a solo tres puntos de la Europa League.
Montanier es el 15º entrenador que alcanza los 50 partidos en el banquillo de la Real en Primera. Su bagaje es discreto, sobre todo si se compara con los técnicos que le preceden en la tabla. Con uno de los proyectos más ilusionantes y ambiciosos que se recuerdan en el club, el técnico solo ha sido capaz de alcanzar un 34% de victorias. De los que entrenaron más partidos, solo José María Amorrortu (32,20%), Salvador Artigas en la década de los 50 (32,66%) y Marco Antonio Boronat (32,81%) acreditaron una media por debajo. Los doce restantes le superan, en su gran mayoría, con amplitud.
Como no podía ser de otra manera, el primero de la clasificación en lo que respecta al porcentaje de triunfos es el malogrado Alberto Ormaetxea (47,47%). Aunque a muchos les sorprenda, le sigue Jabo Irureta (44,20%), que completó dos buenas campañas pese a no conseguir conectar tampoco con la grada y a que se quedó a las puertas de Europa en ambas ocasiones. Y cierra el podio su compatriota Raynald Denoueix (43,42%), que estuvo a un paso de conseguir el tercer título de Liga de la historia txuri-urdin en la campaña 2002-2003.
La tabla de entrenadores con más partidos dirigidos a la Real en Primera la encabeza con gran diferencia John Benjamin Toshack con 322. Su trayectoria como txuri-urdin se dividió en tres etapas, y en la primera de ellas, la más brillante, alcanzó la Copa del Rey de 1987. En las dos últimas empeoró claramente sus números y su porcentaje total de victorias se quedó en 39,13%, que tampoco está mal ya que le sitúan en el quinto puesto general.
No se recuerda en el club un caso similar al de Montanier. En sus 50 partidos, el técnico no ha logrado transmitir ni conectar con una afición benévola y receptiva con los que vienen de fuera. Incluso ha llegado a sacar de quicio en tres ocasiones a la hinchada txuri-urdin que ha solicitado su salida de manera masiva con el ya manido cántico de "Montanier dimisión".
Quizá su principal hándicap que ha vivido es que el club no supo vender su fichaje. En junio de 2011, el Consejo decidió prescindir de los servicios de Martín Lasarte, que, pese a una mala racha fuera, cumplió con todos los objetivos que le habían marcado. Uno de sus principales problemas es que no le renovó sin tener elegido su reserva. Finalmente se decantaron por este prometedor técnico del país vecino, absoluto desconocido en la Liga española, por el que el Valenciennes le obligó a pagar una indemnización de 500.000 euros. Con la contratación del "Guardiola francés", como le denominaron desde el entorno de la Real, se buscó dar un salto de calidad apostando por un proyecto basado en la cantera.
Tras un inicio ilusionante, el equipo entró en barrena sin que las sorprendentes y desconcertantes decisiones de Montanier le ayudaran. Cuando cayó al pozo de la tabla, en un movimiento que desveló la desconfianza que generaba su trabajo, el Consejo tanteó a Ernesto Valverde, Julen Lopetegui y Manolo Jiménez, antes de contactar y cerrar un acuerdo verbal con Luis Aragonés para que se hiciera cargo del equipo si volvía a perder en el Villamarín. Los milagrosos triunfos ante Betis y Málaga le permitieron salvar la cabeza y el buen rendimiento del equipo en Anoeta le condujo a salvar la categoría sin problemas.
El club volvió a moverse en el mercado de entrenadores antes de confirmar definitivamente que cumpliría el segundo año de contrato que firmó y que, por cierto, intentó prorrogar cuando le ratificaron
Esta campaña, otra minicrisis y una alineación equivocada ante el Espanyol soliviantó a un Anoeta cansado de sus experimentos. Después de 17 meses en Donostia, el técnico ha apostado por el doble pivote Illarramendi-Pardo que venía reclamándole un amplio sector de la grada. Quizá sea una de las confirmaciones de que las palabras de Aperribay, en las que aseguró que Montanier tenía "un amplio margen de confianza", eran atinadas. El galo se encuentra ante la oportunidad de su vida con una plantilla que está acreditando unas posibilidades excelentes para hacer una gran campaña. Más complicado va a tener lograr que le renueven y superar en la tabla de técnicos a su paisano Denoueix.
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