viernes, 28 de diciembre de 2012

HASTA NUNCA, MUTILOA


Es momento de retomar un asunto que me asquea y del que se hacía eco ayer  Gure Reala -asociación a la que pertenezco- y que resulta una inocentada de muy mal gusto. Ahora que no hay liga nos podemos centrar por tanto en ello.

Hace unas semanas volví a sentirme insultado por los poderes públicos. Por esos poderes que imponen el recorte, tanto de servicios como de derechos, y que suben los impuestos. Fue un insulto personal, en lo más profundo de mi ser. ¿El culpable? Patxi Mutiloa, quien pronto dejará de ser Director de Deportes del Gobierno Vasco. ¿El motivo? Ser aficionado de la Real Sociedad.

El “señor” Mutiloa concedió una entrevista en ETB-K, apuesta deportiva de Alberto Surio para un ente público que si se ha caracterizado por algo ha sido por el bajón de espectadores y por la emisión, el día de Nochebuena, del mensaje borbónico monárquico. Una entrevista jatorra, en la que pretendía mostrar talante, y en la que se le llenaba la boca con frases como “nos debemos al conjunto de la ciudadanía”, “hablando de infraestructuras, debemos reorientar los recursos públicos que tenemos a la ciudadanía” o “hemos defendido deportes minoritarios”. Hacía balance de la presencia vasca en Londres 2012, donde en ratio poblacional la representación vasca ha sido la mayor dentro del COE (en números absolutos es Cataluña) y señalaba que con la crisis los recursos van a ser menores, reduciendo subvenciones y defendiendo el modelo de “publicidad institucional” puesto que “retorna algo” mientras que daba a entender que una subvención es dinero perdido, ya que los clubes lo destinan a deuda estructural.

Pero el punto álgido de la entrevista fue aquel en el que defendía, sin venir a cuento, que el TAV va a dejar las capitales vascas a 40 minutos unas de otras, pero a la vez afirmaba que “no puede haber tres de todo”. Y de ahí pasó a defender el proyecto de San Mamés berria, financiado en tres cuartas partes con dinero público, añadiendo que si se quería reconvertir Anoeta “lo pagasen los realistas, que son dueños y accionistas de una empresa privada, de su bolsillo”, afirmando a su vez que con un gran estadio en Euskadi era suficiente ¿acaso insinuaba que abandonásemos nuestro realismo para hacernos del Athletic? ¿no estaba invitando a ir a ver fútbol a San Mames?. Del todo lamentable.

En su día y desde mi cuenta de Twitter reclamé que, habiendo ganado el Athletic Club más de 40 millones de Euros por una venta vía cláusula de rescisión de Javi Martínez al Bayer de Munich,  el Gobierno Vasco, en plena crisis, en época de desahucios y de rescates a bancos, exigiese una renegociación de las condiciones al club bilbaíno. Es más, si el Athletic Club llega a decir, de motu propio, que renunciaba a parte del dinero público y pagaba de su bolsillo las obras, habría tenido mi aplauso. Pero en lugar de eso me he encontrado con un Director de Deportes que defiende a ultranza el acuerdo al que ha llegado “en otras circunstancias” porque “es una regeneración urbanística para Bilbao”. Palabras que, por otra parte, me recuerdan a la regeneración urbanística del Eje de la Castellana, que eliminó la Ciudad Deportiva del Real Madrid para dar paso a las cuatro torres más altas de España, en gran parte vacías y que bien podrían ser el Barad-Dûr de la España del ladrillo. Como ciudadano insultado e indignado estoy en mi derecho de pensar que detrás de una obra tan faraónica bien puede haber intereses ocultos.

Es vergonzoso que quien defiende un proyecto faraónico se atreva a hablar de igualdad y de ahorro, máxime cuando el proyecto de Anoeta conlleva una doble remodelación por la cuarta parte de dinero, dejando a Donostia con una infraestructura de atletismo acorde a sus necesidades y un campo de fútbol en condiciones. Demuestra que el máximo responsable no conoce el proyecto y ni se ha molestado por él. Pero tampoco se ha molestado por una pista de atletismo que no se puede utilizar debido a que la sociedad pública que gestiona el estadio y a la que pertenece el Gobierno Vasco ha dejado de mantener.

No se cómo a Patxi Mutiloa no se le cae la cara de vergüenza al hablar de un deporte más social cuando, durante su legislatura, ha desaparecido el club de Balonmano Arrate, precisamente el de su localidad natal. O cuando Euskaltel se ha visto obligado a fichar corredores de fuera para mantenerse en la élite después de pasar unos cuantos años con menor presupuesto. El resultado de su gestión se resume en dinero público del Gobierno Vasco para el Athletic de Bilbao, un nuevo pabellón para el Bizkaia Bilbao Basket/frontón para Bilbao y dos ediciones de la Vuelta a España. ¿Eso es un deporte social, señor Mutiloa? ¿Por qué si no tiene que haber “tres de todo” ha fomentado un frontón en Bilbao existiendo ya el Atano III y el Ogueta, y ha apoyado un pabellón en una ciudad que ya tenía uno y además una feria de muestras que albergó partidos multitudinarios? A usted, al que se le llena la boca diciendo que es un gestor social, le recuerdo que en Donostia el equipo de fútbol juega en un estadio de atletismo y el de baloncesto en una plaza de toros.

Señor Mutiloa, qué bueno es que no esté ya en un cargo público que, si bien le venía grande, ha utilizado para desviar dinero de todos a sus intereses propios. No le sirve el “argumento futbolero”, pero su gestión se puede resumir en una mole de hormigón en el centro de Bilbao destinada a ese deporte. Sólo espero que si se le ocurre pisar Anoeta no pida a la directiva de mi equipo estar en el palco. Espero que “pague de su bolsillo” la entrada, aunque como cargo público puede que haya perdido la costumbre, y que el taquillero tenga a bien concederle la primera fila de la tribuna principal, para que pueda apreciar el fútbol en todo su esplendor.




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