La Real Sociedad fue incapaz de pasar de un raquítico empate a uno ante el Deportivo de La Coruña, tras un pésimo partido del equipo txuri urdin que por segunda semana consecutiva no supo sacar provecho a jugar con superioridad numérica durante muchos minutos.
Una vez más, la Real demostró que es un equipo al que le falta sangre, casta y coraje para ganar con el buzo de trabajo, cuando el partido lo requiere, y un entrenador de fútbol. Los primeros 35 minutos fueron bajo mi punto de vista lo peor que hemos visto a la Real en esta temporada en Anoeta, con una falta de compromiso exasperante. Una cosa es ser pacientes y otra que se tomen a guasa, los partidos en los que el rival les exige un plus en esfuerzo físico.
El Deportivo de la Coruña sin hacer nada del otro mundo, llegó con bastante facilidad a las tres cuartas partes del terreno de juego, e incluso se atrevió a disparar con peligro. Antes de llegar a la media hora, pagaríamos caro esta actitud indolente. Illarramendi, dormido en los laureles, perdió el balón, Bergantiños dio una gran asistencia a Pizzi y batió a Bravo con una certera vaselina. 0-1 y aunque nos duela en el alma, se hizo justicia.
En esos últimos 10 minutos, la Real embotelló al Deportivo en su área y justo antes del descanso, Vela en una gran jugada personal, empó la contienda. Los aficionados confiábamos en que la Real siguiera por esa línea en la segunda parte, pero si dejamos los deberes para el final, aplicando la ley del mínimo esfuerzo, dejamos que el azar determine nuestro destino.
Y la suerte pareció sonreír a la Real cuando en el minuto 63, el árbitro Del Cerro Grande expulsaba a Evaldo por doble tarjeta amarilla. Teníamos media hora por delante, contra un equipo con 10, en zona de descenso y con los peores registros defensivos de la liga, para marcar un pírrico gol que nos diera tres puntos necesarios. Todo estaba a nuestro favor.
Pero no. La Real se ha autoconcedido los galones de la alta burguesía. Solo aparece en las citas más caras y con los invitados más poderosos. Cuando tenemos enfrente un rival que se cierra atrás con el autobús y que nos exige salir de nuestro palacio de cristal para buscarnos la vida, no somos capaces de dar con la tecla para salir airosos.
Un equipo que aspira a Europa no puede dejar escapar esta oportunidad pero la realidad es que la Real no solo no fue capaz de desnivelar el marcador con uno más, sino que llegó en contadas ocasiones claras. Incluso el Deportivo se atrevió a salir al contragolpe y sacó las vergüenzas del centro del campo txuri urdin. Especialmente desconcertante el rendimiento de Griezmann que semana tras semana, sigue “missing” sin que sepamos muy bien aun por qué.
¿Y Montanier? ¿Qué decir del mister? nada nuevo la verdad. Como ya es habitual no supo leer el partido ni aportar soluciones válidas al mismo. Para colmo, no agotó los tres cambios cuando había que buscar un revulsivo...
Al final del partido, profunda desilusión en la afición txuri urdin. La Real concluye la primera vuelta con 26 puntos y en 9º lugar, pero a mí me sabe a poco. Tiempo tendremos para analizar lo que ha sido la primera mitad de la liga. Hemos sido capaces de combinar partidos de ensueño con otros realmente malos y aunque la supervivencia en Primera está prácticamente garantizada, todos sabemos que este año el objetivo es otro.
No tenemos media de Europa -52 puntos no servirían-, y aunque estamos a solo 4 puntos del séptimo puesto, tardes como las del domingo, te bajan completamente de las nubes. ¿Estos jugadores están dispuestos a poner un mínimo de actitud en encuentros de perfil bajo en los que se prioriza el sacrificio a la calidad? ¿Esta plantilla tiene un delantero centro nato de suficientes garantías? ¿Tenemos realmente ganas de dar un salto de calidad o preferimos conformarnos con la engañosa autocomplacencia que habla del mejor registro de una frustrante última década?
No hay comentarios:
Publicar un comentario