El equipo txuri urdin quiere ser el primero en derrotar al líder para evitar que se acerque peligrosamente a su registro de imbatibilidad.
La gesta pasó inadvertida para el resto del planeta del fútbol español, pero seguro que reconfortó como ninguna al autoestima y el orgullo del sentimiento txuri-urdin. Fue sin duda el mejor triunfo de la Real desde que regresó a Primera División en 2010. Sucedió el 30 de abril de 2011. El Barcelona de Guardiola se presentó en Anoeta con la friolera de 31 encuentros seguidos sin perder. El destino quiso que la última prueba para igualar el récord de imbatibilidad de la Liga fuese ante la Real, propietario de ese honor al permanecer invicta 38 partidos -seis de la temporada 78-79 y 32 de la 79-80-. A pocos medios les importó que estuviera en juego ese mítico y entrañable registro en Donostia, ya que, una vez más, prefirieron centrarse en la batalla que mantenían los dos gigantes en pos del título de Liga.
Cuando nadie daba un duro por ella, algo normal dadas las abismales diferencias existentes hoy en día, la Real sacó fuerzas y orgullo hasta de su escudo y fue capaz de remontar en los minutos finales el tanto inicial de Thiago. Primero empató Ifrán con un toque sutil y después, a nueve minutos de final, Xabi Prieto puso patas arriba a su afición al transformar un penalti.
Probablemente este triunfo se apreció más y mejor en frío. Pocas cosas hacen sentir más orgulloso a los seguidores blanquiazules que el récord de imbatibilidad logrado por el equipo que se quedó a las puertas de la gloria en la penúltima estación del campeonato, con una derrota ante un Sevilla con nueve jugadores. Si se repasan los mejores registros de la historia de la Liga, todos ellos están copados por los grandes salvo el guardado en la Real.
El caso es que la gran trayectoria del Barça de Tito Vilanova vuelve a poner en peligro la marca de los blanquiazules. El conjunto culé ha cerrado la mejor primera primera vuelta de la historia con 18 triunfos y un empate, que cedió ante el Madrid en el Camp Nou. Lejos de su estadio su estadística es inmaculada con diez victorias en otras tantas salidas. A estos 19 partidos sin perder hay que unir cuatro de la campaña pasada.
Es la segunda ocasión en los últimos cuatro años en la que alcanza el ecuador de la competición imbatido. El anterior equipo que había firmado ese hito fue la Real de Denoueix en la 2002-03 -la del subcampeonato- que, precisamente, cayó en la primera etapa de la segunda vuelta al perder por 3-0 en San Mamés.
Los números del Barcelona son demoledores. Ningún equipo ha sumado tantos puntos ni marcado tantos goles (35) a estas alturas. Con las tres dianas que firmó en Málaga se erigió en el primero que ve puerta 37 partidos seguidos de Primera.
En lo que respecta a reconocimientos individuales, hace tiempo que a Messi se le quedan pequeños todos los retos que tiene al alcance de su mano. El argentino ha pulverizado el registro de dianas en una primera vuelta, con 28, cinco más de los que logró Cristiano el curso anterior. El dato es significativo, ya que ha conseguido más goles que 14 equipos de Primera, lo que sin duda es un fiel reflejo de las diferencias reales entre la cabeza de la tabla y el resto de batallas establecidas en la misma.
Por si fuera poco, Messi llega en forma, al haber mojado en las ultimas nueve jornadas. Esto le coloca a un solo tanto de un nuevo récord que sigue en manos de Martín y Ronaldo. El problema que se va encontrar es que el duelo se juega en Anoeta, el único estadio de la Liga en el que no ha marcado ni ganado. Algo que no se sabe si ahora es bueno o malo...
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