Imagen del encuentro de ayer. |
Con el de ayer ya son nueve las jornadas que suman los potrillos sin ganar en Liga. Su rival de ayer, la Gimnástica, se presentaba en Zubieta con los mismos puntos que los donostiarras, aunque inmersos en una racha de resultados completamente inversa a la de los locales. Tras un inicio sin un dominador claro los potrillos poco a poco se fueron haciendo con las riendas del encuentro. Liderados por un motivado Ozkoidi, la primera ocasión llegó tras un remate de Kodro que desvió un defensor a córner con el cuerpo. Justo en la acción posterior y tras centro de Barcina, Kodro volvió a probar suerte, pero su disparo salío rozando el palo izquierdo de la portería visitante.
El conjunto txuri-urdin lo siguió intentando y esta vez fue Barcina el que remató tímidamente a las manos del guardameta. Ya en el 35 el propio Barcina se convirtió en uno de los protagonistas del que sería a la postre el primer gol de la tarde. El extremos zurdo demostró su clase a balón parado enviando un centro a Castañeda que remató al poste. Por suerte, el rechace lo recogió Etxebaguren que a placer anotó su primer tanto de la temporada. En los últimos diez minutos los visitantes pudieron hacer el empate tras un disparo desde dentro del área de Siro, aunque la ocasión más clara la tuvo el goleador Etxebaguren, cuyo remate fue desviado a córner en el último suspiro por Sergio.
Tras la reanudación la tónica fue la misma aunque el Sanse cometió el error de dejar vivo a su rival. Tras una serie de rechaces Barcina recogió el esférico en el área, pero su remate centrado se topó de nuevo con el arquero cántabro. Los donostiarras merecían el gol y quien lo estuvo a punto de conseguir fue un Ozkoidi que se vistió de Messi para realizar una de las jugadas más espectaculares que se recuerdan en Zubieta. El donostiarra recibió escorado en la banda izquierda y tras regatear a tres futbolístas rivales se plantó sólo ante el portero a quien trató de batir de la forma más complicada posible, de vaselina. Por desgracia, el balón acabó estrellándose en el poste, lo que no evitó que Zubieta se pusiera en pie para aplaudir la acción de un chaval que lleva tiempo llamando a la puerta del primer equipo.
La Gimástica no reaccionaba y del posible 2-0 que desaprovechó una vez más Barcina en el 70 se pasó al empate tras una jugada desgraciada de Aranda cuyo pase sobre el portero se quedó demasiado corto y del que se aprovechó Platero para hacer el definitivo empate a uno. Pese al mazazo los locales lo intentaron y aunque Oyarzun logró perforar la portería cántabra el árbitro anuló el gol por fuera de juego. Al final empate amargo el que obtuvo un Sanse que mereció mucho más que su rival.
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