lunes, 14 de enero de 2013

NO QUISIERON CONTRA DIEZ




Algo ha pasado en Zubieta durante las vacaciones, algo que no sabemos. Porque un equipo en racha -ocho partidos sin perder- ha vuelto con una caraja que le hacen acabar la primera vuelta en tierra de nadie. 

A cinco puntos del sexto, Rayo Vallecano, y cuatro del Valencia y el Levante séptimo y octavo, el equipo de Montanier cierra una primera vuelta que para algunos será de notable pero que no puede pasar del 6.5

El técnico galo puso en liza el once que todos esperábamos. Elustondo y Ansotegi ocuparon el hueco dejado por Mikel e Iñigo y no se puede decir que lo hicieran mal. Ansotegi se ganó una amarilla por no medir bien un balón largo y el de Beasain, que bastante hizo con jugar fuera de sitio, se comió un par de jugadas de Riki y Nelson Oliveira pero no estuvo del todo mal. 

La Real salió al campo sin ganas de jugar, como si la lluvia que cayó en Donostia durante las horas previas y gran parte del partido les fastidiara y el Deportivo, último clasificado, salió a morder, que para algo se están jugando la vida.

Los de Domingos dominaron en la primera parte y salvo un error de Aranzubia que estuvo cerca de aprovechar De la Bella, no tuvieron sobresaltos en la primera media hora. En el lado gallego, André Santos tuvo la primera. Su disparo dio en Griezmann y salió cerca del palo derecho de la meta de Claudio Bravo. El meta chileno tuvo que emplearse a fondo en la siguiente jugada de ataque del equipo deportivista. Riki partió de banda derecha, rompió la cintura de Elustondo  y buscó el disparo cruzado que despejó como pudo el meta de la Real.

No se había llegado a la primera media hora cuando Illarramendi tuvo un error garrafal que no pudo acabar peor. El pivote de Mutriku perdió el esférico ante la presión de Bergantiños que asistió a Pizzi para que batiera a Bravo con una sutil y genial vaselina. Al octavo disparo, los de Domingos Paciencia se pusieron merecidamente por delante de una Real que parecía que no estaba en el campo, que la cosa no iba con ella. 

Un mal remate de Ansotegi se convirtió en un genial pase a Agirretxe a la salida de un córner. El central vizcaino puso el balón en la cabeza del '9' realista en el área pequeña pero el testarazo del ariete gipuzkoano se topó con la madera de Aranzubia. 

El Deportivo estuvo cómodo con el 0-1 hasta que apareció Carlos Vela. El mejor jugador de la Real que también es uno de los más intermitentes, cogió un balón en medio campo, dibujó la diagonal y con un pase genial dejó a Griezmann solo delante de Aranzubia. El asistente de Del Cerro Grande se equivocó al anular una jugada en la que el galo y Agirretxe se quedaban solos delante del meta del Deportivo. Al minuto siguiente el azteca se fabricó el empate él solito. Batió a Aranzubia con un zurdazo dentro del área.

Tras el descanso el partido fue de irse del campo, de levantarse del sofá...de dejar de verlo vamos. Evaldo se fue a la calle por culpa de una segunda amarilla más que rigurosa, Montanier leyó fatal el partido y sentó a Pardo para dar entrada a Chory Castro. El equipo se perdió en un fútbol nefasto, sin llegadas y que ni siquiera generó peligro a pesar de la superioridad numérica. Griezmann falló la ocasión más clara de la segunda parte por intentar marcar de semichilena. 

No le salen los centros más fáciles, no se va de nadie, pero el galo quiso marcar de chilena. Incomprensiblemente el de Macon jugó noventa minutos y cuando entró Ifrán el equipo colgó los mejores balones al área, los que no se colgaron cuando estaba Agirretxe para rematar. Un sinsentido vamos.

Claro que para sinsentido nuestro amigo Montanier que afirmó que Vela sufrió calambres durante el partido. ¿Si los sufrió por qué acabó el partido quedando un cambio por realizarse? Sólo lo haría Montanier, un técnico que no sabe leer los partidos.



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