Una mala noche la tiene cualquiera y más si es
lunes. Los lunes son días de labor y no están pensados para el ocio y disfrute,
sino para el recogimiento y el descanso. Aunque estás acostumbrado a bailar con
la más guapa te pudo la presión. Pero, ¡bendita presión! Mantuviste el listón
muy alto con cuatro meses de éxtasis sin igual y manteniendo a un nivel de
Champions desde noviembre. Algún día tenía que llegar el bajón.
En estas circunstancias, lo mejor es no obsesionarte
y asumir que les ocurre a todos. A los más deseados también. No fue tu noche y
reconozco que yo tampoco puse demasiado de mi parte porque me presenté a
nuestra cita virtual en pijama y con un pelochismo
incipiente después de dejarme el pelo a medio secar. Hice tantas pesas que sujetar
el secador fue mayor tortura que verte perder.
Por suerte para ambos, no estabas sola. Te
acompañaron más de los imaginados en una noche lluviosa. ¡Qué maravilla ver la
grada del Coliseum teñida de txuri urdin! Al otro lado de la pantalla estaba mi otro yo y muchísimas caras conocidas.
No sabía si prestarte atención a ti o a ellos. No podía dejar de mirarlos con
orgullo y la nostalgia que me provocaba el recuerdo del año pasado me sacó
alguna lágrima.
Sólo estuviste a la altura el primer cuarto de
hora. Sólo durante quince minutos mágicos me hiciste soñar con otra noche de
gloria y cuando Vela marcó el primero creí en romper la maldición de otro
estadio más pero un fallo garrafal de Markel dio la igualada a un Getafe al que
todo le salía bien. A partir de ahí, no hubo forma de hacer que te vinieras
arriba por mucho que te lleváramos en palmitas. Pero cuando uno no tiene la
noche, no la tiene y punto.
Claudio salvó en más de una ocasión pero no pudo
evitar el segundo. Y aunque Griezmann, Charly, Agirretxe, Vela y Chory lo
intentaron en los minutos finales, aquello no subía y el marcador se mantuvo
inalterable. Fue un gatillazo de Champions pero no me hace olvidar los buenos
ratos que me has hecho pasar y cómo me has devuelto la ilusión.
No hay que buscar culpables ni hacer leña del árbol
caído. Ni hay que centrar las iras en Markel ni volver a poner a Montanier en
el punto de mira. Aunque las cosas empezaran realmente mal para ambos, el
primero ha completado partidos bastante aceptables y Montanier nos está
devolviendo la ilusión europea; de su mano, la Real se ha convertido en el
equipo revelación con un fútbol que enamora y su ‘Reala Style’ está siendo un auténtico hit nacional e internacional.
Ojala todos los años podamos estar sometidos a este
tipo de presiones y sucumbir a la derrota tras quince jornadas invictos. No
hagas un drama de esto, olvídalo y el lunes repetimos, más que nada para
quitarle el gafe a este día raro para el goce. Eso sí, en nuestra casa y a
nuestra manera. ¡Ya verás qué bien!
A pesar de la derrota, mi ilusión se mantiene
intacta porque seguimos cuartos con dos puntos de ventaja sobre el Valencia y
con un partido menos para que esto termine. De hecho y aunque te parezca una
locura, me alegra este pequeño desliz para que mantengas la guardia, no te
relajes y me des la talla en las cuatro últimas citas antes de que el verano
vuelva a separarnos.
Este gatillazo no nos despierta de nuestro sueño.
Es sólo una vuelta mal dada en la que no llegas ni a abrir el ojo. Por ello, yo
vuelvo a taparme y a cerrarlos muy fuerte para volver a recuperar las
sensaciones placenteras de nuestro sueño de Champions que bastantes pesadillas
hemos tenido en temporadas anteriores.
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