martes, 4 de junio de 2013

EL FINAL MÁS FELIZ


48 horas después. Amanece en Gipuzkoa, todavía con resaca. Algunos todavía nos frotamos los ojos y nos preguntamos ¿es cierto? Pues, sí, lo hemos conseguido, hemos recuperado la cuarta plaza y estamos en Champions. Ya no es el sueño de una noche de junio. Es el final feliz que esta generación de futbolistas, el mister, y todos los aficionados txuri urdin nos merecíamos.

En mis 32 años de vida, he seguido desde que tengo sentido común a este equipo que llevo en mi corazón. He gozado de momentos inolvidables, pero lo de Riazor supera con creces todas las alegrías que he vivido con la Real.

Eran las nueve de la noche y no había un alma en las calles guipuzcoanas. Todos los seguidores de la Real estábamos con el corazón en vilo, siguiendo a la Real desde la pequeña pantalla. Queríamos seguir creyendo en nuestro sueño. Nuestros ojos y nuestro corazón estaban totalmente concentrados en lo que ocurriera en Riazor y en el Sánchez Pizjuán. 90 minutos de emoción estaban a punto de comenzar.

Desde el pitido inicial vimos a esa Real comprometida y segura de sí misma que tanto nos ha encandilado en esta mágica temporada. El estadio coruñés estaba lleno hasta la bandera y el Depor, espoleado por su afición, llegaba con cierto peligro, pero la Real con su juego de toque, poco a poco iba estudiando el modo de encontrar un hueco en el área deportivista.

A las 21:13h, nos llevamos el mazazo de la noche. Banega adelantaba al Valencia en el Pizjuán. El sueño de la Champions parecía esfumarse y los millones de Bankia parecían a hacer acto de presencia. Fueron unos minutos duros, pero pronto nos dimos cuenta de que el Sevilla de Unai Emery iba a actuar con una profesionalidad a la altura de su historia. El gol valencianista podía haber sido un jarro de agua fría, para nuestra plantilla pero si algo ha demostrado este equipo es que nunca renuncia a un sueño.

A las 21:22h presenciamos uno de los goles más importantes en la historia realista, obra de Antoine Griezmann con la colaboración de Agirretxe. Era el 0-1 y los jugadores no solo escucharon los gritos de los más de mil valientes realistas que viajaron a Riazor, ya que hasta A Coruña llegaron también los de todos los realzales del planeta que en ese momento veían el partido por la pequeña pantalla.

Ahora solo faltaba que marcara el Sevilla para que el sueño se pudiera hacer realidad. Nos encomendábamos a que la radio nos diera esa anhelada noticia. A las 21:40h de la noche Negredo comenzaba su festival goleador empatando el partido. La Real adelantaba al Valencia en la clasificación, y las palpitaciones en nuestro corazón crecían a ritmo acelerado. ¿Sería posible que por fin la justicia llegara a la historia moderna de la Real Sociedad? Segundos después el Sevilla marcaba el 2-1. El destino estaba ya tejiendo ese final feliz que este club merecía.

Pero todavía quedaban 45 minutos eternos. No hay palabras para decir cómo lo vivimos. Era imposible mantenerse sentado ante el televisor. Las noticias desde Sevilla eran cada vez mejores, pero el Depor achuchaba y achuchaba, encerrando a la Real en su campo. Bravo alternaba paradas soberbias con salidas locas, pero su alianza con los postes, mantenía el 0-1. Hubo fases terribles en que daban ganas de quitar la televisión para no sufrir más ante el riego de un infarto. La crueldad ya nos había visitado durante demasiados años, y esta vez no lo iba a hacer.

76, 77, 78, 79, 80... Cada minuto que pasaba, parecía un siglo. A las 22:39h, Markel Bergara era expulsado. Nos quedaban 6 minutos de tiempo reglamentario más 4 de descuento, en los que nuestro equipo debía aguantar con inferioridad. El Depor poco a poco iba perdiendo gas, pero un mínimo detalle podía destrozar nuestro sueño. La Real con sangre fría, manejaba el reloj. Cada vez quedaba menos.

El reloj marcaba las 22 horas 49 minutos y 15 segundos, cuando la Real recuperaba un balón cerca de la frontal de su área y Fernández Borbalán levantaba sus brazos y señalaba el final del partido: La Real Sociedad era  equipo Champions!!!

Fue un momento único en el que los más sensibles dejamos caer alguna lágrima de emoción. Durante muchos meses, creímos que podía ser posible. No tenemos los millones del Valencia, ni del Barsa, ni del Madrid, ni del At. Madrid, ni del Sevilla, ni del Athletic, pero tenemos un corazón y una ilusión que no tiene fronteras. La Real merecía ir a la Champions y el destino se lo ha concedido. El 1 de junio de 2013, se convertía en uno de los días más felices de la historia de la Real.

Los jugadores emocionados, y el bueno de Montanier al que tanta cera le hemos dado, era volteado por sus pupilos, reconociendo un trabajo que con el paso de los años, se valorará como se merece. Segundo entrenador francés de la época moderna de la Real Sociedad y segundo entrenador que nos lleva al olimpo de la Champions. Merci beaucoup Monsieur Montanier.

La liga 2012-2013, ha concluido. 4º puesto, 66 puntos, 70 goles a favor, y 49 en contra (tercer mejor ataque y cuarta mejor defensa). Victorias ante Barcelona (rompimos su imbatibilidad), At. Madrid (ganamos en el Calderón), Valencia (9 goles), Málaga (6 goles), Athletic (5 goles), Sevilla (4 goles), 6 goles al Real Madrid... Hemos disfrutado en Anoeta con partidos de ensueño. Hemos ganado en los estadios que más felicidad supone para un realista y así un largo etcetéra.

La Real finalmente ha ganado la batalla que ha librado con el Valencia durante estos últimos meses, y ha puesto un epílogo de oro a una temporada que recordaremos siempre con un cariño muy especial. Pero queda la guinda. El 9 de agosto de 2013, el nombre de la Real Sociedad estará en el bombo de la previa de la Champions. Milán, Arsenal, Schalke 04, Lyon y Zenit (si franceses o rusos no ganan la eliminatoria anterior, PSV, Metalist, o Fenerbahce podrían ser también rivales). Estos son los nombres de los equipos que desde la noche del domingo están en los sueños de todos los realistas.

No quiero terminar mi último artículo de esta temporada, sin agradecer de todo corazón a este equipo lo que nos ha regalado. Sois los mejores. La plantilla de la Real Sociedad 2012-2013 ha dejado boquiabierta al mundo del fútbol y ha vuelto a demostrar que los sueños no tienen límites. Sólo hay que creer en ellos y trabajar para que se cumplan, además de tener mimbres para conseguirlos. Nunca había llorado tanto de felicidad como en esta liga mágica que ya se nos ha ido. Da nostalgia decir adiós a una temporada mítica, pero agosto no está lejos. Pronto volveremos a deleitarnos con este sentimiento que llevamos dentro de nuestra alma y del que estamos profundamente orgullosos. Zorionak Real eta eskerrik asko!! Laister elkar ikusiko dugu berriro!!

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