Nadie en su sano juicio, habiéndolas pasado las de Caín, hubiera imaginado estar a día de hoy donde estamos. La Real ha recuperado su nombre, su prestigio y después de consolidarse en Primera tras recuperarse del paso por el purgatorio de Segunda, es firme candidato para jugar la Champions League la próxima temporada. A todos nos hubiera encantado poder celebrar una victoria en Iruñea pero no tengo dudas de que el punto obtenido es un botín preciadísimo que va a ayudar a que los colores txuri urdin vuelvan a pasearse por Europa después de mucho, muchísimo, demasiado tiempo. En el vestuario no puede existir presión ninguna. Ni el más optimista de los integrantes de la plantilla se hubiera visto en verano donde está. De ahí que me encantara el discurso de Mikel González el otro día. En referencia al partido contra el Valencia destacó que “llevamos mucho tiempo queriendo disputar partidos como éste”. Es una oportunidad única y la Real no tiene nada que perder. Va de mano. Con dos reyes podrían bastarle para pegar un órdago a la grande y llevarse la partida. Ganar al Valencia sería definitivo. Cinco puntos de distancia a falta de cinco compromisos sería una renta muy difícil de dejar escapar. Por eso, el domingo es el día. No se nos pueden escapar vivos. No lo van a hacer.
El fútbol nos debe una recompensa. Es complicado olvidar por todo lo que hemos tenido que pasar los aficionados de la Real. Situaciones que muchas veces se pasan de soslayo, como si el tiempo lo curara todo. Las heridas están casi cicatrizadas, sí, pero falta dar el golpe definitivo. Esta Real, estos jugadores, tienen la oportunidad de hacer historia, tienen ante sí la ocasión de dibujar la sonrisa definitiva, la que elimine en su totalidad, y de una vez por todas, las lágrimas y la impotencia provocadas por la división y el nefasto hacer de algunos otros. Es nuestro momento. El punto y aparte definitivo. Somos la Real. Y en corazón no nos gana nadie.
La madurez de Agirretxe
Una de las grandes noticias de la temporada, en mi opinión, es la madurez adquirida por Imanol Agirretxe. El partido que ofreció ante Osasuna fue, sencillamente, espectacular. No sólo del gol vive el delantero. El de Usurbil está ofreciendo un rendimiento altísimo el año de su confirmación definitiva, en la que además de marcar goles está ayudando al equipo con unas cualidades esenciales como un juego de espaldas fenomenal, una brega constante y un juego aéreo que está siendo letal para los rivales. El ‘9’ lleva varias semanas que se sale. Que no pare.
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