Otra vez, otro año más, la leyenda negra de la Real Sociedad con la Copa se hizo más grande aún ayer.
Un temible segunda se cruzó en el camino de las ilusiones realistas, se cruzó en camino del #aurrerakopan y ni siquiera conseguir el 1-0 antes de la primera media hora, enchufó a los de Montanier que se adelantaron gracias a un gol en fuera de juego de Griezmann y que no habían merecido.
El Córdoba no dio más de lo esperado, fue un equipo correcto, jugó muy junto pero limitado con el balón en los pies, lo que no impidió que ayer se llevara un más que merecido empate. Como sucediera el viernes con Mendilibar, ayer Berges le ganó la partida a Montanier y la Real no estuvo cómoda casi en ningún momento del partido.
Montanier optó por Zubikarai en lugar de un Claudio Bravo que ha jugado dos partidos tras su lesión y no ha recibido ningún gol. Le pudo salir peor, pero estaba complicado. El meta ondarrutarra tuvo dos buenas manos en el tramo inicial de la segunda parte pero completó un partido nefasto y cantó en el segundo gol.
Con Zubikarai jugaron Estrada, Mikel, Iñigo y Cote en defensa. Pardo e Illarra coparon el doble pivote con Zurutuza de media punta, Chory y Griezmann en las bandas y Agirretxe como un islote arriba. No parece mal once o no lo era hace un mes, pero ayer sí. No se entiende que se diga que se va a por todas y salga el portero suplente, dos jugadores salidos de una lesión y un delantero que no marca desde agosto.
Los primeros diez minutos fueron un combate nulo. Nada pasó en Anoeta hasta que en el minuto 21 Rubén Pardo destapó el tarro de las esencias. El de Rincón de Soto sirvió un pase de cine a Griezmann que controló, se puso bien el esférico y batió a Mikel Saizar con un buen zurdazo. Corría el minuto 21 y el sueño parecía posible, no por méritos, pero sí por el resultado.
Con poco más, la Real encerró al Córdoba después del gol. Chory Castro pudo marcar en una ocasión que acabó con un disparo de Pardo a las nubes, Griezmann repetir de cabeza y Agirretxe tuvo la llave de la eliminatoria. En una ocasión de esas que no se pueden fallar, el 9 realista se llenó de balón y falló una clara ocasión teniendo a Zurutuza y Griezmann en mejor posición. Tampoco pudo Chory Castro hacer el gol en su segunda ocasión de la tarde. El charrúa se plantó delante de Saizar que sacó un pie milagroso ante el zurdazo del 18 realista.
Al descanso, el 1-0 era lo mejor del partido. Un equipo sin alma había conseguido adelantarse por lo que con el esperado despertar, no parecía tarea imposible hacerle el segundo gol a un club de la Liga Adelante. Montanier movió pronto el banquillo y cometió un nuevo error al dar entrada a Xabi Prieto por Zurutuza. El 'colorado' no debió jugar porque no está fresco, está falto de ritmo, mientras que Prieto habría sido entendible que saliera para jugar en banda y abrir el campo, pero no para jugar en el centro como jugó. El primer cambio debió ser Vela, el realista más enchufado últimamente.
Pardo tuvo la primera de la segunda parte. Un buen centro de Estrada, casi el único, lo controló mal Griezmann pero le quedó en inmejorable posición al riojano cuyo disparo despejó con problemas Saizar a córner.
La siguiente ocasión también nació de las botas de Pardo. Un balón perdido por él le quedó a Dubarbier que sin dudarlo disparó a la portería de Zubikarai que esta vez sí, despejó con una notable parada después de varios errores en el primer tiempo.
Corría el minuto 65 cuando el Córdoba puso los dos pies en la siguiente eliminatoria. De una falta que no era se colgó un balón al área que acabó dentro después de que Kiko Olivas lo rematara. Resulta curioso ver cómo un equipo de la Liga Adelante te marca a balón parado mientras tú eres incapaz de sacar petróleo de ese tipo de jugadas. Será que ellos las entrenan.
El gol, al igual que el de Griezmann, no debió subir al marcador. Parece imposible que el linier no viera cómo un jugador del Córdoba estaba en fuera de juego por tres metros -o más- y que influyó decisivamente en la jugada al chocarse con Mikel González y no llegar el arrasatearra a despejar.
Con este tanto, la Real se rompió. Zubikarai cometió un error imperdonable sólo cinco minutos después y dio inicio a la jugada de la debacle. Un balón largo del Córdoba, una salida suicida del meta, un mal despeje y la contra montada. Tres jugadores del equipo andaluz se plantaron en el área y Dubarbier fusiló -por el palo corto- a Zubikarai.
El 1-2 que mostraba el marcador cayó como una losa en la afición donostiarra. Con la eliminatoria 1-4 y menos de veinte minutos por disputarse, la afición volvió a demostrar su enfado con Montanier y pidió en repetidas ocasiones su dimisión, algo que parece que no llegará.
Vela salió a falta de trece minutos a pesar de que iban a jugar los mejores e íbamos a ir por la eliminatoria desde el principio y nada más salir casi marca de chilena. Agirretxe volvió a marcar después de una larga sequía. Una buena subida de Estrada, pase de la muerte y el '9' realista sólo tuvo que empujar el balón a la red.
Un empate estéril a la par que sonrojante. Una nueva debacle en copa, una nueva muestra de que la afición ni quiere ni aguanta ni soporta a Montanier un día más. Pero da igual, después de todas las heridas, la de ayer sólo es una más. Los jugadores nos prometieron entrega y sacrificio por las redes sociales y se podría decir que nos volvieron a fallar. Porque si el equipo sale con hambre, ayer le mete tres al Córdoba antes del descanso. Pero faltó salir en tromba, faltó actitud, faltó creérselo y buscarlo, y se falló, de nuevo, desde el banquillo.
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