THIS IS REAL SOCIEDAD

Veinticuatro horas después sigo envuelto por la inmensa felicidad tras disfrutar como un niño de la inolvidable victoria que la Real ha obtuvo frente a un Valencia que tampoco pudo frenar nuestras ilusiones de Champions.

Nunca vamos a olvidar esta temporada, tan llena de emociones en nuestro corazón. Son ya 23 semanas consecutivas (con un leve sobresalto en el Bernabeu), gozando de un sueño eterno del que seguimos sin despertar. El 28 de abril de 2013 queda marcado con otra cruz en nuestro calendario. Mi generación nunca ha vivido una final  y este partido lo enfocamos casi como si lo fuese. Dos equipos luchando por el mismo sueño en el tramo final de la liga, y separados por solo dos puntos.

Eran las nueve de la noche y la gran batalla comenzaba. La mejor afición del mundo no podía faltar a una cita así y Anoeta interpretó su papel y rugió como en los tiempos del añorado Atotxa. La Real por su parte no tardó en generar su primera clara oportunidad de gol con un potente remate de Carlos Vela que salió rozando el poste de la portería de Alves.

Pero el Valencia se hizo dueño del balón y ponía en aprietos a la Real, aunque sus acercamientos -como ya ocurrió con Osasuna y Rayo- se limitaban a golpes francos en los que nos cortaba la respiración. En el minuto 25, un buen centro de Cissokho desde la banda izquierda desembocó en un cabezazo de Soldado que se alojó en las redes de la portería de Bravo. Fue un palo muy grande y la leyenda negra del Valencia empezó a sobrevolar por Anoeta. Tres minutos después, Bravo tocó fuera de su área con las manos una vaselina de Soldado que hubiese supuesto la expulsión del chileno. Afortunadamente, Fernández Borbalán no vio nada.

Los txuri urdin no se vinieron abajo pese a ir por debajo en el marcador . Con un Valencia muy enchufado, la Real intentaba acercarse a la portería de Alves con un contragolpe letal. Cuando peor estaban las cosas, llegaría una gran volea de Iñigo Martínez que supuso el 1-1. La constancia de la Real nos daba la primera gran alegría de la noche. Primera mitad con un gran ritmo e intensidad por parte de los dos equipos, que intercambiaron continuos golpes.

Al descanso, las espadas seguían en alto. Todo podía pasar en la segunda parte, pero la Real tenía la ventaja de estar acompañada por casi 30.000 personas que se iban a dejar la garganta. Tras la reanudación, continuó el espectáculo. Carlos Vela pudo adelantar a la Real pero no estuvo acertado en la definición. No pasaba nada. Quedaba todavía un mundo.

Markel Bergara estaba en todas partes y no paraba de recuperar balones, Por su parte Agirretxe se dedicaba a hacer cosas de otra galaxia. Desde la época de Satrustegi, ningún delantero de la cantera han brillado tanto como él. El Valencia quería pero cada vez le costaba más llegar y físicamente iba a menos. La inteligencia de la Real hizo que los chés cayeran en la trampa. Los de Montanier sabían que tenían un arma letal, el contragolpe. Corría el minuto 73 y el Valencia sacaba una falta. La Real recupera el balón y Agirretxe y Chory Castro montaban una contra con dos paredes imaginarias que el uruguayo finalizaba con maestría. Era el 2-1 y ya no podíamos estar sentados en nuestros asientos. Los cimientos de Anoeta retumbaban. Un gol que dejó literalmente KO a un Valencia que cayó, de nuevo, en las garras de la Real. Los txuri urdin llegaron por oleadas y en el 86´, Agirretxe de nuevo al contragolpe, hacía el 3-1. Parecía todo hecho.

Pero todas las grandes batallas merecen un final épico. En una jugada aislada, Jonás aprovechó un rechace de Bravo para marcar el 3-2. Era el minuto 89, y sobrevoló la sombra del Villarreal. El recuerdo de Mendizorrotza se hizo presente entrando como una punzada en nuestro corazón. Más aún cuando el árbitro se inventó una falta en la frontal del área a favor del Valencia. Fueron unos instantes de pánico que concluyeron cuando Jonás disparó a la barrera.

Quedaban aún 4 minutos de descuento. El videomarcador de Anoeta parado en el 45:00. Pero este equipo bate registros y rompe maleficios. En el último segundo llegaría el éxtasis con el 4-2 de Agirretxe con una vaselina que ni Romario en sus mejores tiempos. Era el final digno a otro encuentro para la historia. Los aficionados nos abrazábamos y aplaudimos a rabiar a los nuestros con la felicidad de la misión cumplida. Esta vez no, Valencia. La Real 2012/13 no os tiene ningún miedo. 9 goles en 2 partidos. Otro mito que cae este año. Nadie se va a librar de tener pesadillas con la Real.

Una victoria que vale oro. No solo seguimos cuartos sino que les sacamos 5 puntos al Valencia y al “sancionado” Málaga. La Champions League empieza a viajar desde la sede de la UEFA con rumbo a San Sebastián.  La semana que viene es probable que la Real logre su clasificación matemática para la Europa League (es suficiente con sacar el mismo resultado del Rayo que juega en Zaragoza), pero queremos más.

Europa ya nos conoce y el mensaje es claro: “This is Real Sociedad”. Milán, Arsenal, Chelsea, Schalke 04... ya empiezan a temblar.